Madeja # 176
Por Christopher Vergara
Hace tres años, cuando no pudo renovar los contratos con Sam Raimi para una cuarta parte de Spider-Man, Sony, decidió que era tiempo de realizar un reboot (reinicio) de la popular franquicia que tantos dividendos le habia generado.
Esta decisión de Sony no es por puro amor al arte, tiene que ver una cláusula legal que indica que si Sony no sigue explotando los derechos estos se revierten a favor de Marvel, y esto en términos prácticos es que los derechos ya serían de Disney, quien muy felizmente compró a Marvel hace 3 años.
Con esto en mente las expectativas no era exactamente las mejores, todo sonaba a un intento desesperado por Sony de no perder la franquicia más popular y exitosa que han tenido en la ultima decada, la designación de Marc Webb como director causo suspicacias, pues su trabajo más conocido (la fantástica 500 Days of Summer) señalaba que la franquicia tomaría un tono más juvenil que lo alejaría del trabajo de Raimi, muy apegado al clásico Spider-Man de Stan Lee y Steve Ditko.
Meses después se anunciaria en el casting a Andrew Garfield y Emma Stone como los nuevos Peter Parker y Gwen Stacy, lo cual sólo desataría más temores en el sentido de que se estuviera 'Twilight-zando' la saga del arácnico.
Y todos estabamos equivocados y a la vez no. No estabamos equivocados, The Amazing Spider-Man es probablemente la actualización más grande que se haya hecho en medios multimedios del arácnido siguiendo la línea marcada por el cómic Ultimate Spider-Man (que jocosamente debutó hace 11 años!).
Pero estabamos equivocados en el sentido de que Amazing Spider-Man es una gran adaptación cinematográfica que sin traicionar el espíritu del Hombre Araña, logra crear un universo actual, coherente, divertido, y emocionante que es el excelente punto de inicio para una nueva trilogía.
Quiza el cambio más notable en el desarrollo es algo que Marc Webb logró imprimir de manera perfecta (y a Raimi le fallaba notablemente) y es el lado emocional y humano de Peter Parker, este nuevo Spidey es un héroe al que vemos sufrir, al que vemos llorar, al que vemos traumarse, al que vemos ser patán, soberio, que demuestra todo una gama de emociones fantásticas que le dan una gran vitalidad al personaje. Garfield logra conmover a la audiencia cuando debe hacerlo, pues dentro de todo muestra a ese chico atormentado que busca su objetivo al tener poderes.
Lizard resultó un gran acierto como villano, si, el diseño del personaje presagiaba las peores cosas, pero esto es sólo una mala impresión, Rhys Ifans es el perfecto Doctor Connors, que muestra esa calidad de villano trágico que se ve vencido por la bestia ante unos sueños de brindar bienestar al mundo que se ven destruidos. Aunque no se halla la historia familiar que le imprimía más dramatismo al personaje, la sola historia y el proceso por el cual pasa el personaje es maravilloso. Eso sin contar que Lizard es una mole de dos metros atemorizante y letal que no decepciona.
El drama entonces esta ahi, pero también la comedia, y una vez más Garfield resalta en este aspecto, su Peter Parker es el típico nerd actual, ese que no es un ñoño total pero tampoco es sexy y cool, sino se halla en un punto medio bastante peculiar pero que logra el afecto del público como sus risas. En este renglón no se podía dejar de mencionar a una brillante Emma Stone que brinda una de las mejores actuaciones de su carrera como una Gwen Stacy inteligente, dvertida, emotiva y muy auténtica. En este nivel quiero señalar que a diferencia de Mary Jane Watson, Gwen no es una inútil de primer orden, al contrario, ayuda a Peter en más de una ocasión con gran efectividad.
Pero también hay espacio para el romance y el amor. La relación de Peter y Gwen es hermosa (nada que ver con Crepúsculo), si bien es un romance que surge relativamente rapido también es cierto que es llevado de manera natural, es divertido, emocionante y genúino. Y el factor familiar esta ahi, aunque hay una historia de los padres de Peter que no se acaba de contar bien, Sally Field realiza una encantadora Tia May (muy lejana a la de Rosemary Harris) y Martin Sheen cumple a cabalidad el rol que debe tener siempre el Tio Ben, ser el catalizador del heroismo de Peter.
Y la acción también esta ahi, unos efectos especiales con total calidad cierran un ciclo perfecto, en resumen tenemos una maravillosa dirección, un elenco precioso, una factura técnica impecable, un guión coherente y solido, todo un conjunto de elementos para entregar un filme muy solido, digno de la franquicia que representa.
Spider-Man da a las audiencias lo que siempre han querido de un superhéroe: acción, romance, comedia y drama, casi por así decirlo los cuatro géneros básicos del cine. Pero además le da algo más, que nunca se debe perder de vista en esta saga en particular que es la universalidad del personaje, la universalidad del mito del héroe.
El mensaje clave de Spider-Man, el que lo hace un personaje universal, siempre ha sido, que cualquiera pueda ser un héroe, que hasta un chico nerd y enclenque de Nueva York que es continuame bullyado y que esta completamente lejos de cualquier estereotipo de héroe, lo puede ser si cumple con una caracerística básica más allá de cualquier poder: el ser una buena persona.
Es por eso que el rol de Ben Parker es crucial, porque Ben cataliza toda la bondad que hay en Peter y lo impulsa a ser el héroe, más alla de la culpa que le crea con su muerte, lo empuja a que sea responsable, a ser una buena persona. Eso es lo que hace a Peter un héroe y no cualquiera de los enfermos villanos que enfrenta, el haber tenido una familia, que le dió valores, que le dió amor.
La escena donde Peter salva a un niño de caer del puente tiene toda esa carga de simbolismo del mito aracnido, donde no importa quien seas si tienes aquellos que convirtió a Peter en Spider-Man, que es la bondad y responsabilidad.
Eso es lo sorprendente de The Amazing Spider-Man, que no sólo nos lleva a soñar, sino a creer que todos podemos ser héroes.
Y en la próxima madeja: 2 Broke Girls
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