martes, 18 de agosto de 2015

Daredevil

La Madeja del Gato (sin miedo)
Madeja #310
Por Christopher Vergara

El año pasado Marvel, ABC y Netflix anunciaron sus intenciones de desarrollar cuatro series exclusivas de dicha plataforma de televisión digital basada en cuatro personajes Marvel que eventualmente convergerían en quinta serie donde se unirían como equipo. El acuerdo, que además incluyo una intensa labor de producción en la ciudad de Nueva York, buscó trasladar el éxito del Universo Cinemático Marvel a la televisión por internet con una formula similar a la utilizada con los Vengadores pero con un perfil de héroes más urbanos y humanos. 

Es así que los cuatro personajes elegidos fueron Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist. Por ser el personaje más conocido, Daredevil fue el primero en producirse y estrenar los trece episodios de su primera temporada el pasado abril (esta columna, sobra decirlo, llevaba meses intentanto escribirse). 

Daredevil además es una propiedad cuyos derechos regresaron recientemente a Marvel. Fox tuvo la licencia del personaje la década pasada y produjo una no muy afortunada producción del personaje en 2004, estelarizada por Ben Affleck, seguida de otra muchísimo menos afortunada película de Elektra con Jennifer Garner. Fox, a diferencia de los Cuatro Fantásticos no logró poner en marcha una producción por lo que los derechos regresron a Marvel. 

Daredevil fue creado en 1964 por Stan Lee y Bill Everett aunque sería hasta la década de los ochenta cuando bajo la mano y pluma de Frank Miller, Daredevil conocería su versión 'definitiva' como personaje de cómic. Miller aprovecharía elementos como poderes menos fantásticos y la ubicación en un Nueva York menos glamuroso para construir una visión más humana y compleja sobre los superhéroes. Daredevil fue el precedente para lo que Miller haría un par de años después con Batman en The Dark Knight Returns y Year One

La serie de Netflix de Daredevil bebe básicamente de esta esencia oscura de Miller aunque con un tono más de heroísmo puro antes que el antihéroe que construyó dicho autor. Además la serie conserva mucho del carisma, humor  y romance clásico que establecieron Lee y Everett en los números iniciales junto con algo de lo hecho por Brian Michael Bendis y Ed Brubaker en sus respectivos runs con el personaje a principios de siglo. 

Es así que tenemos a Matt Murdock (Charlie Cox), un jóven abogado que cuando niño perdió la vista dado que químicos radioactivos le cayeron en los ojos más sin embargo lo dotaron de sentidos aumentados. Su padre, el boxeador Jack Murdock fue su principal sostén y apoyo hasta que fue asesinado tras rehusarse a perder una pelea. Es así que Matt inicia un largo entrenamiento físico y mental que lo llevarán a buscar la justicia de día como abogado y de noche como vigilante. A el se unen su mejor amigo de la Universas, Foggy Nelson (Elden Henson) y eventualmente Karen Page (Deborah Ann Woll), una mujer que llega pidiendo ayuda y con el tiempo se vuelve secretaria del despacho. A la postre, el gran amor de Matt. 

La primera temporada de Daredevil nos narra los inicios del personaje, no enfocandose tanto en sus orígenes primarios, sino en sus primeras aventuras, las cuales implican enfrentarse y buscar derrocar al Kingpin de la ciudad, Wilson Fisk (Vincent D'Onofrio) que se está apoderando de su querido barrio natal Hell's Kitchen, con la intención de regenerarlo y venderlo como artículo de lujo, expulsando a sus populacheros habitantes a la vez que continúa expandiendo su imperio criminal y delictivo por el área. 

La serie, producida por Steven S. DeKnight (creador, escritor y productor de la saga Spartacus) quien tomó el manto de Drew Goddard (escritor de Cloverfield, Alias, Buffy la Cazavampiros, etc) y sólo produjo la serie en sus estados iniciales es realmente buena. No es un producto tan alegre y optimista como las películas de Marvel Studios en razón de esta aproximación más oscura que posee Daredevil. Ergo, tenemos sangre, muertos, y violencia en expresiones más gráficas pero sin caer en lo exagerado o grotesco (no llega al nivel de Spartacus, pues). Sin embargo si es visualmente más agresivo que otras producciones de Marvel. No por ello la serie deja de lado su vena más cómica y ligera, usualmente a cargo de Foggy, del propio Matt en su humor retorcido y de Karen con su candidez inherente. 

En ese sentido Daredevil balancea muy bien ambos aspectos, por un lado el drama humano con tintes legales y por otro la acción y aventura heroica. El viaje de descubrimiento e identidad que hace Matt de su faceta superheróica se construye a lo largo de los episodios hasta llegar a su propia toma de conciencia como el diablo de la guardia de Hell's Kitchen. 

Los actores están realmente bien, Charlie Cox como Matt es el contenido y siempre reflexivo abogado que sabe cuando atacar, Elden Henson como Foggy es su contraparte, el siempre dubitativo pero operante policía bueno, Vincent D'Onofrio como Wilson Fisk es imponente, con esa mezcla de ira y furia lista para explotar en cualquier momento combinada con traumas de la infancia y falta de amor, que se ve mitigada por Vanessa (Ayelet Zurier), el bálsamo de Fisk que sin embargo debe estar ligeramente demente para enamorse de el. Deborah Ann Woll como Karen Page logra construir un personaje bastante incisivo y proactivo aunque también que gusta de meterse en problemas. Finalmente la participación de Toby Leonardo Moore como James Wesley la mano derecha de Fisk y de Vondie Curtis-Hall como el galardonado periodista Ben Urich cierran un elenco bastante balanceado y con mucha química entre si. Aunque es algo lamentable la breve participación y destino de Urich, uno de los personajes más ricos y flexibles dentro del universo de las historietas dado su perfil periodístico. 

La primera temporada de Daredevil es un afortunado inicio para conocer otros rincones del Universo Marvel más sórdidos y oscuros pero también más humanos y terrenales, algo que le hacía falta al UCM ante tanta grandielocuencia realizada en la pantalla grande. Son esquinas más pequeñas pero no por ello menos relevantes. Es además una agradable y honesta adaptación de un personaje tan rico y bondadoso dentro de su aparente oscuridad como Daredevil. Buen trabajo Marvel, a esperar la siguiente temporada. 

Y en la próxima madeja: Descendientes de Disney Channel.

domingo, 9 de agosto de 2015

Los 4 Fantásticos

La Madeja del Gato (siempre ambicionando ser fantástica)
Madeja #309
Por Christopher Vergara

Ante lo que fue considerado dos cintas de mediocre éxito (lanzadas en 2005 y 2007), 20th Century Fox anunció desde 2009 sus intenciones de rebootear (reiniciar) su franquicia de Los Cuatro Fantásticos en la pantalla grande. Dichos esfuerzos se aceleraron a partir de 2012 ante la probabilidad de que los derechos cinematográficos se revirtieran a Marvel que para ese momento ya era parte de Disney. Fue así que Fox se aventuró a una nueva versión de La Primer Familia de Marvel la cual estrenó este fin de semana en las pantallas de México. 

Para esta nueva versión, Fox contrató a Josh Trank, un novel director que en 2012 dirigió y co-escribió Chronicle, una cinta de ciencia ficción que fue aclamada por la crítica. Trank parecía el perfil indicado para la cinta y la adición de Simon Kinberg y Matthew Vaughn (productores que reavivaron la franquicia de X-Men con First Class) también parecían indicar buenas noticias para la franquicia. 

Pero en algún momento las cosas empezaron a sonar mal. No sólo porque Fox parecía desesperada en no perder los derechos de los personajes, tal y como le sucedió con los derechos de Daredevil que regresaron a Marvel ante la incapacidad de Fox de tener lista otra película. La película generó mal ruido entre los fans y medios tanto por cuestiones relativamente tontas como la selección de Michael B. Jordan como Johnny Storm/Human Torch (un personaje históricamente blanco) hasta comentarios que alienaron a los fans como que esta seria una versión oscura y seria sobre los Cuatro Fantásticos. 

Las cosas solo aumentaron conforme los rumores de producción hablaban de un caos y desastre creativo en todos los niveles, incluyendo fuertes desacuerdos creativos pero también personales entre Trank con los productores y la misma Fox. Cuestiones como maltratos de Trank hacía miembros de la producción, los técnicos y hasta el elenco y una supervisión asfixiante de Fox hacía el director recientemente fueron conocidos. Para terminar el pastel, Fox ordenó a principios de años que se realizaran reshoots relativos al tercer acto en un intento de salvar el producto. 

Todo esto hacía pensar un desastre de proporciones épicas. Y tras ver la película, queda claro que más allá de si estos reportes (que el estudio y la producción siempre negaron) son ciertos o no, la película es un total desastre. Es una cinta que no sólo traiciona y fracasa en capturar la esencia de Los Cuatro Fantásticos, no sólo es una cinta que fracasa en lo que debería ser; es además una película que fracasa en lo que intenta ser y termina siendo terriblemente intrascendente y aburrida, algo que no es ni aceptable ni esperado en una cinta de superhéroes. Veamos cada aspecto. 

Los Cuatro Fantásticos se convirtieron en La Primer Familia de Marvel por ser el cómic que inició la era Marvel a cargo de Stan Lee y Jack Kirby. Hasta entonces, Timely (entonces nombre de la editorial) publicaba mayormente historietas románticas o de terror, pero ante el resurgimiento que tuvo el género de los superhéroes gracias a la Liga de la Justicia, Martin Goodman, entonces dueño de Timely encarga a Stan Lee, editor de la linea, la creación de un equipo similar. 

Lee, junto con Kirby crearían a Los Cuatro Fantásticos, que debutaron en 1961 y desde entonces revitalizaron y revolucionaron el mundo de los cómics. Los Cuatro Fantásticos tienen la virtud de ser los pioneros en la fórmula que haría a los superhéroes de Marvel diferenciarse de los de su principal competidora DC Comics. Lee y Kirby desarrollarían una mezcla de drama humano, con comedia cálida y aventuras desbordantes de color e imaginación. Esta combinación, que hasta la fecha es la esencia de la Marvel misma, fue la llave al éxito que sería el antecedente de éxitos como Spider-Man, Iron Man, Thor, los Avengers, Hulk, entre muchos otros. El run de Lee y Kirby continúa siendo histórico y único y ha sido seguido por runs igualmente fenomenales a cargo de escritores como John Byrne y Jonathan Hickman.

Si ustedes alguna vez conocieron y les agradaron estas versiones de Los Cuatro Fantásticos o alguna de sus encarnaciones televisivas y piensan que eso podrían encontrar en esta cinta, temo decirles que nada más alejado de la realidad. Toda la diversión, color, comedia, drama y corazón que significan los Fantastic Four está absolutamente ausente de esta cinta. En términos prácticos, la anterior adaptación de Tim Story con Ioan Gruffod, Michael Chiklis, Jessica Alba y Chris Evans en cartel, con todo y su bobería y tontería adolescente es mucho más fiel al concepto de lo que son los FF. En este sentido, la cinta de Josh Trank fracasa (una vez más) en lo que debería ser. 

Pero lo más grave no es eso. Siempre he sido partidario de juzgar a las películas por lo que pretenden ofrecer y ser, ya que esos son sus parámetros de existencia (no debes juzgar una comedia simplona como juzgas un drama existencialista, no sólo sus ambiciones y pretensiones son radicalemente distintas, sus motivos de ser y sus reglas de construcción son mundos opuestos). Fantastic Four de Josh Trank pretende ser un drama de ciencia ficción sobre cuatro sujetos que obtienen poderes y como lidian con eso para eventualmente covertirse en héroes. El problema es que en eso fracasa rotundamente. 

El punto de partida para un drama pasa necesariamente por las emociones humanas. Un drama requiere personajes que sientan toda una gama de emociones, conecten emocionalmente con su audiencia y de esta forma generen empatía y logren generar esas mismas emociones, de alegría, tristeza, dolor, compasión, estrés en la audiencia. Fantastic Four jamás logra eso. 

Esta nueva versión nos presenta a Reed Richard (Miles Teller), un jóven e incomprendido prodigio cientifico que con su mejor amigo Ben Grimm (Jamie Bell) desarrollan un transportador de materia que casualmente es descubierto en una feria de ciencia por el doctor Franklin Storm (Reg E. Cathey) y su hija adoptiva Sue (Kate Mara). Es así que Reed es invitado a la Fundación Baxter para desarrollar esta investigación junto con Sue, su hermano Johnny (Michael B. Jordan) y el genio incomprendido u oveja descarriada de Víctor Von Doom (Toby Kebell). 

El experimento es un éxito y logran descubrir una dimensión alterna (la Tierra Zero), la cual es una especie de planeta joven abandonado y rico en recursos. Ante la amenaza de que sea la NASA y no ellos quienes exploren dicho lugar, Doom convence (borrachera de por medio) a Reed y Johnny de viajar ellos a Planeta Zero, para lo cual Reed invita a Ben. Así los cuatro se embarcan en un viaje que obviamente es un desastre, donde aparentemente muere Víctor y donde el accidentado regreso a casa termina afectando a Sue. 

Hasta este momento, la cinta presenta un problema, es demasiado lenta. Ha pasado una hora completa desde que inicio el filme para llegar a este punto. Hasta este momento sin embargo más allá de que es lenta la cinta no es terriblemente mala. Hay un deficiente desarrollo de personajes (en realidad, Teller, Mara, Jordan y Bell nunca logran ser carismáticos y empáticos, lo cual empieza a tornar a los personajes en intrascendentes) que se compensa con un relativamente decente desarrollo de ciencia ficción. No es que todo el desarrollo de los mundos alternos, la transportación de materia y eso sea realmente revelador o imaginativo pero cuando menos está bien hecho. 

Pero el segundo arco presenta muchos más problemas. Como consecuencia del accidente, los cuatro jovenes desarrollan poderes que en principio les cuesta manejar y aparentemente les duele incluso. Reed adquiere la habilidad de estirarse, Sue la habilidad de volverse invisible, Johnny la de encenderse en llamas y Ben se convierte en una mole de roca viviente. El segundo arco es básicamente Reed escapando, un brinco de un año donde Ben y Johnny se han hecho soldados del ejercito y Sue busca como loca una cura a su condición para lo cual necesita y caza a Reed con el objetivo de que reconstruya la maquina. 

En este segundo acto es que nos damos cuenta lo necesario que se vuelve el drama y la comedia así como la empatía con los personajes. Aunque estamos viendo a Reed sufrir por estirar su cuerpo jamás nos importa un comino, Ben más allá de ser una piedra callada y malhumorada jamás demuestra el drama personal que le representa haberse convertido en una suerte de monstruo y el romance de Sue y Reed a este momento es más frío que el Polo Sur. Peor aún, en este momento la cinta tira por la borda su premisa de ciencia ficción y coquetea con el terror y el horror de las malformaciones (que insisto, terminan sin funcionar) sin que hasta el momento el espectador haya tenido una sola risa. 

Y entonces viene el tercer acto donde la cinta completamente se desbarranca. La reconstrucción del portal cuántico es exitosa y un equipo logra viajar al Planeta Zero para descubrir que Víctor Von Doom sigue vivo. Doom es traído de vuelta a nuestra Tierra y ha sido cubierto por una especie de metal que lo hace respirar y hablar como un Darth Vader de mala muerte. Doom aparenta está debil pero realmente estaba fingiendo y la cinta continúa su vena de terror pues Doom se dedica a estallar cabezas y cuerpos y llenar todo de sangre para así finalmente poner en marcha su plan maestro de regresar a Planeta Zero y abrir un portal interdimensional de tal tamaño que va a devorar a la Tierra (pues para que 'EL' planeta de Doom viva, la Tierra debe morir). 

Es entonces cuando los cuatro jóvenes se vuelven un equipo y estelarizan una genérica y relativamente sosa secuencia de acción donde deben unirse y derrotar a Doom de una forma por demás tonta para un personaje al que lo desarrollaron con una omnipotencial peligrosa. Los héroes triunfan y les imponen condiciones al gobierno para seguir colaborando con ellos, y gracias a unos malos comentarios y dialogos deciden llamarse Los Cuatro Fantásticos. 

Algo está tremendamente mal cuando una cinta tarda una hora en su primer acto, veinte minutos en el segundo y diez minutos en el tercero. Así es Fantastic Four. Aparentemente los reshoots que ordenó Fox fueron la secuencia final y entonces viene a la mente la pregunta de cuáles eran entonces las intenciones de Trank pues o quería hacer una cinta de tres horas o su final era aún más aburrido y anticlimático que esto. 

Realmente llegue a tener un poco de fe en esta cinta. Realmente esperaba algo y realmente inicia bien. Pero a partir de que Reed ingresa a la Fundación Baxter la cinta inicia un franco descenso hasta terminar en tierra de nadie. El problema de Fantastic Four es que no es tonta como la versión de 2005, ni siquiera es mala risible como Batman y Robin, es mediocre y totalmente intrascendente. 

Dejen ustedes que no haya drama, comedia (me reí una sola vez en toda la cinta y ni siquiera recuerdo porque fue), acción y aventura. No hay nada en esta cinta. Las actuaciones son anticlimáticas y sosas, la fotografía es oscura y depresiva, la dirección no logra sacar adelante un guión que a todas luces es inseguro e indeciso sobre que quiere decir y a donde piensa llevar a estos personajes. 

Habíase visto construcción tan mala de un villano. Doom se nos presenta (se nos presenta, que nunca se nos desarrolla) como una suerte de renegado antisistema en contra de la humanidad que depreda el planeta, lo perdemos todo el segundo acto donde supuestamente pasa un año y termina regresado en un maniático asesino gore cuyo único razón para ser malvado no es siquiera que lo dejaran abandonado sino que le quieren quitar su planeta. Doom es un berrinchudo asocial que hace ver las pataletas y berrinches de Loki como muestras de madurez. 

Una parte esencial de los Cuatro Fantástico es que son una familia. Una familia aventurera. No se les dice gratuitamente la Primer Familia de Marvel, se les dice así porque su dinámica es la de una familia. Reed es el padre que guía las aventuras, Sue es la madre que siempre saca de problemas a todos, Ben es el tío loco y gracioso que siempre te hace reír y Johnny es el hijo alocado e irreverente que se mete en líos. Esta dinámica es absolutamente ausente en esta película, Reed es un incompetente y timorato científico cuyos poderes son totalmente inútiles, Sue está completamente desprovista de fondo o sustancia con todo y que demuestra el uso más eficiente y útil de poderes, Ben es un tipo callado y retraído y Johnny quizá es lo más cercano a su esencia. Sin embargo la interacción entre ellos es inexistente. No se ve amistad o cariño entre estas personas. 

Los efectos especiales son bastante genéricos aunque el diseño visual de La Mole es muy bueno. Con todo y que Ben no usa pantalones se ve muy genial en pantalla. Igualmente el diseño visual de la Antorcha Humana es ciertamente bueno. Pero un aspecto visual aceptable no salva un desastroso guión, unas mediocres actuaciones y una confusa dirección. 

Fox seguramente intentará salvar los derechos y hacer alguna rareza como hacer un crossover con los X-Men o algo así. Lo mejor que podría hacer, sinceramente, es dejar que los derechos de los Cuatro Fantásticos se reviertan a Marvel. Lleva dos intentos, cada uno más desafortunado que el anterior. Sería más sensato concentrarse en los derechos de los X-Men donde ha hecho las cosas de bien a excelente y dejar ir esta propiedad que no ha sabido manejar. Es incierto si Marvel logrará hacerla funcionar pero tomando en cuenta que logró hacer un éxito en todo sentido una premisa descabellada como los Guardianes de la Galaxia algo decente podría hacer con los 4F. 

Esta cinta sólo daña de forma espantosa la marca de Los Cuatro Fantásticos en el cine. Vuelve uno de los conceptos más exuberantes y brillantes de los cómics en una cinta intrascendente, pretenciosa y aburrida. Los tres peores errores de una adaptación del género. 

Mejor suerte para la próxima. 

Y en la próxima madeja: Review de Daredevil.