domingo, 21 de febrero de 2016

La Jaula de las Locas

La Madeja del Gato (toda una cachel)
Madeja #323
Por Christopher Vergara

A simple vista, La Jaula de las Locas podría parecer una obra musical innecesaria al tratarse de un músical viejito que no tendría porque volverse a montar en nuestro país. Sin embargo, ese pensamiento queda más que superado una vez que uno ve en escena la fantástica adaptación que Juan Torres produce y que se presenta todos los fines de semana en el Teatro Hidalgo Ignacio Retes de esta Ciudad de México. 

Como dije, La Jaula de las Locas (La Cage aux Follies) es una obra relativamente vieja pero que pese a todo demuestra contar con gran vigencia. Estrenada en Broadway en 1983, con libreto de Harvey Fiersten y música y letras de Jerry Herman, basado en la obra de cámara francesa del mismo nombre de Jean Poiret, La Jaula de las Locas narra las aventuras de Georges, el gerente de un cabaret drag queen y su pareja Albin, estrella drag del mismo centro y las situaciones en que se meten cuando deben fingir ser una familia heterosexual normal ante los ojos de los padres ultraconservadores de la prometida de su hijo, adoración de ambos. 

En su momento, La Jaula de las Locas fue una obra hiperrevolucionaria. Estamos hablando de los ochenta, la época en que el tema de la homosexualidad apenas se empezaba a hablar con libertad en algunos círculos liberales. Que llegara una obra sobre una pareja gay, que además crió un hijo y además intenta engañar a un dúo ultraconservador fue un shock en época. Por eso fue tan relevante culturalmente hablando y la hizo ganadora de seis Premios Tony, incluyendo Mejor Musical y Mejor Libreto. La obra en México se estreno diez años después, en el escenario del extinto Teatro Silvia Pinal bajo la producción de esa mítica estrella. 

En esta ocasión, Juan Torres (sin Guillermo Wichers, su co-productor de años) nos presenta una versión que aunque actualizada en cuanto a montaje escénico preserva la esencia de su mensaje que además cobra relevancia en el contexto actual donde las familias homoparentales son una realidad cada vez más constante en nuestra sociedad y donde aunque la batalla cultural ha avanzado mucho aún existe homofobía y discriminación en nuestro país. Es decir, es un tema socialmente relevante. 

El elenco lo encabezan en esta ocasión Roberto Blandón en el papel de George y Mario Iván Martínez en el papel de Albin. Ambos están magníficos. No se podía esperar menor de Roberto Blandón, un actor que en repetidas ocasiones ha demostrado su madera no sólo como actor sino como cantante. La manera en que da vida a George es encantadora y varonil. Sin embargo, el verdadero agasajo es ver a Mario Iván Martínez como Albin. Mario Iván entrega el alma en escena con un personaje encantador donde todo está perfectamente montado, el tono de voz, las entonaciones, el desempeño vocal, los manerismos, los momentos dramáticos y cómicos, el glamour y la frialdad que lo acompaña. Sea como Albin o como su alter ego Zazá, o siendo la madre de Jean Michele o intentanto ser varolnil Mario Iván se lleva la obra de inicio a final.  

Otra persona que conquista la obra en cada escena es el delirante Rogelio Suárez (a quien hace pocas semanas elogié como Linus en Eres Bueno, Charlie Brown). En esta ocasión Rogelio interpreta a Jimmy, el desgarbado mayordomo de Albin que gusta de vestir como sirvienta y sueña con poder actuar aunque sea un noche en el club. Su personaje, uno de los comic relief del montaje termina siendo amado por la audiencia que cae conquistado por la forma tan divertida con que Suárez interpreta al personaje. Israel Estrada como el muy apuesto y algo confundido Jean Michele también roba cámara en varias de sus escenas, en especial en aquel número donde canta sobre lo enamorado que está.

Completan el elenco Patricio Castillo y Aida Pierce como el ultraconservador diputado Din Don y su esposa así como un genial ensamble que incluye un talentoso y bien entrenado cuerpo de bailarines que deslumbran como las enigmáticas y divertidas Cachels, las bailarinas del cabaret, todos ellos bajo la dirección de Matías Gorlero. La adaptación del guión, obra de José Luis Ibañez (que hasta donde entiendo, es la misma versión con que se montó en México en 1993) es bastante adecuada, tanto en la adaptación que hace de las letras como en la fidelidad que guarda.

La Jaula de las Locas es una obra eminentemente vigente no sólo porque presenta una pareja gay completamente funcional y feliz con muchos años de relación, sino porque presenta una estructura funcional donde dos homosexuales que aún en un ambiente aparentemente sordido como un cabaret criaron con total normalidad y plenitud a un joven que además fiel a su naturaleza es un heterosexual feliz que tuvo dos grandes padres (pese a una ausente y mala madre). 

La Jaula de las Locas es en ese sentido un discurso político de primer nivel que todos tendrían que ver, en especial porque vivimos en una sociedad cuyo sistema jurídico permite las familias homoparentales y que cada vez con mayor recurrencia dejaran de ser un mito o un tabú para volverse parte de una realidad social que tenemos no sólo que tolerar, sino aceptar y de ser posible celebrar. 

Al final del día los lazos de sangre no necesariamente brindan afecto como en muchas ocasiones los lazos de amistad si. La Jaula de las Locas fue una obra precursora y visionaria en su momento y por eso mismo merece ser vuelta a ver, porque esas situaciones que previó hoy en día son toda una realidad. 

Un gran libreto que está genialmente montado y deliciosamente actuado y cantado con todo el corazón. ¿Qué mas pueden pedir?

Atrévanse a entrar, a la jaula de las locas. 

Y en la próxima madeja: Las primarias demócratas.

Zootopia

La Madeja del Gato (utópica y animal)
Madeja #322
Por Christopher Vergara

A simple vista Zootopia podría parecer una cinta más de animación con animales. Es decir, ¿cuantas cintas de animación con animales antropomorfizados y parejas disparejas no existen? Disney incluso podría dar un posdoctorado en ello. Zootopia a simple vista parece eso, pero estamos ante la producción animada con el subtexto y discurso social más rico y revolucionario que haya visto la animación comercial en mucho tiempo. 

Zootopia, la más reciente producción de Walt Disney Animation Studios se situa en una sociedad utópica donde los animales han abandonado la dinámica de presa y cazador para convertirse en una sociedad idílica donde presas y cazadores conviven pacíficamente. Ahí es donde conocemos a Judy Hopps (magníficamente interpretada por la cada vez más diversa Romina Marroquín Payró), una coneja nacida en una granja que desde pequeña sueña con ser policía pese a las resistencias de sus padres y que a base de esfuerzo se convierte en policía para una vez en la práctica verse relegada a ser una simple policía de parquimetros cuyo mayor reto es poner cien multas al día. 

Todo cambia cuando una serie de misteriosas desapariciones vuelven loco al departamento de Policía y gracias a un golpe de suerte, a Judy se le permite investigar la desaparición de una nutría, para lo cual se alía con Nick (con la genial voz de René García), un zorro que haciendo honor a la fama de su especie se dedica a estafar a todo aquel que se deje. Eso da inicio a una dispareja relación donde ambos vivirán muchas locas aventuras (las cuales incluyen lobos, osos polares, unos delirantes perezosos y criminales zarigueyas) y descubrirán los orígenes de este misterio. 

Como mencionaba al principio, de entrada la cinta parece bastante convencional. Tenemos dos grandes y carismáticos personajes llenos de sueños y miedos que logran vencer los obstáculos y cumplir aquello que los motiva. Tenemos situaciones que nos harán reír o conmover en todo momento (insisto, los osos perezosos y las zarigueyas son los mejores personajes de apoyo vistos en mucho tiempo) y una cinta cuya calidad técnica es innegable, con un diseño visual delirante y un detalle en los aspectos más mínimos que es hermoso (la forma en que Zootopia está diseñada es un derroche de imaginación y razonamiento). 

Pero donde el corazón de Zootopia resuena con mucha más fuerza es en lo poderoso, atemporal y actual de su mensaje. Zootopia es una cinta que en lineas generales habla sobre los prejuicios y la diversidad, que en lineas específicas es un discurso político contra el racismo y la misoginia así como sobre la diferencia entre la tolerancia y la aceptación y que en general es una pulida reflexión sobre la otredad y la forma en que los seres humanos agrupados como sociedad enfrentamos lo que es distinto a nuestros canones comunes. 

Si, es todo un tratado político. 

Los prejuicios se hacen presentes desde los primeros momentos de la película y aparecen de manera constante en ella, como lo que son: juicios previos que hacemos de las cosas sin conocerlas, en muchas ocasiones sin esperar alguna virtud del otro y esperando algún efecto negativo de lo mismo. Más aún, los prejuicios aparecen como algo que todos (absolutamente todos) son capaces y generalmente piensan: desde pensar que un conejo es tierno, un zorro es astuto o un elefante sabio. La diversidad vista a través del prejuicio no es por tanto algo positivo sino algo como a lo que se debe rehuir. 

No es gratuito que Jude Hopps sea mujer o sea un conejo. Ambas decisiones encierran una metáfora sobre la misoginia que es grandiosa cuando uno la nota. Jude no es sólo una mujer, es un conejo, un animal que todos piensan que es tierno. Una característica que dentro de los estereotipos se espera de una mujer, mujer tierna. En el pensamiento común (que tiene la sociedad e incluso sus padres) Jude debería conformarse con ser una tierna coneja que vende zanahorias. Por ello resulta tan revolucionario que Jude se esfuerce y logre ser una policía, que además es investigadora y no una cara amable de la corporación y que además logra resolver un gran y complejo crimen. En ese sentido Jude es un modelo a seguir para cualquier mujer. Un personaje que logra vencer los obstáculos que la sociedad le impone para ser lo que ella quiere. 

La cinta además habla de racismo en su sentido más puro cuando divide a las especies entre depredadores y presas (binomio que aplica para cualquier división racial, sea blancos, negros y latinos, ricos y pobres, nacos y finos, etc). La forma en que aborda la aparentemente sólida (pero realmente frágil) paz entre ambos bandos es un reflejo de como las sociedades actuales viven muchas veces más en tensa paz que en verdadera plenitud.

La forma en que la cinta narra como los prejuicios explotan en momentos de crisis es además una lectura sobre como existe una diferencia entre tolerancia que raya en la hipocresía social y aceptación. Si realmente la linea entre depredadores y presas hubiera estado borrada de forma utópica, los últimos no se hubieran vuelto paranoicos contra los primeros, ni los hubieran culpado de todos sus males. Piensen en esto último en el contexto actual (por ejemplo, donde muchos republicanos culpan a los inmigrantes de sus problemas o donde los europeos buscan expulsar a los africanos de sus países) y verán que esa distinción entre depredadores y presas existe en nuestra sociedad que busca de manera perversa y en última instancia eliminar las diferencias para homogeneizar en la medida de lo posible.

Pero la cinta no sólo critica de forma directa y certera estos aspectos de la sociedad actual cada vez más prejuiciosa y divisoria, sino que además (como buena cinta Disney) presenta un mensaje de esperanza que tiene mucha aplicación en la vida real. Zootopia termina siendo una celebración sobre la diversidad en todas sus formas. Así sea la diversidad de pensamiento entre una familia de conejos y una diversidad de especies dentro de una sociedad. Jude cierra con una frase demoledora y fantástica acerca de como es aceptando las diferencias de los otros y trabajando sobre bases en común es que se logra la verdadera utopía. No debemos luchar contra las diferencia, excluir y homogeneizar. Debemos celebrar lo que nos hace distintos y buscar las coincidencias que permitan mantener esas diferencias pero en última instancia permitirnos vivir en armonía. 

¿Se dan cuenta lo revolucionario que es este mensaje contra los prejuicios y estereotipos en una película 'infantil' sobre una coneja y un zorro de una hora y media de duración? Es muy poderoso. Porque además está dirigido a quienes son más aptos para destruir esas barreras sociales que hoy nos enferman. Los niños y jóvenes. 

No puedo dejar de reconocer el brillante trabajo de dirección que realizó Ricardo Tejedo y que incluye además de a Romina y René al genial Sergio Zurita como Flash, a Carla Medina en el hermoso rol de Bellweather, a Octavio Rojas como el prejuicioso pero de buen corazón Jefe Bogo, al maestro Pedro D'Aguillón y Marcela Páez como los papas de Jude y a Shakira en un rol especial y muy genial como Gazelle, una estrella pop que tiene además un gran número en Try Everything

Zootopia es no sólo una nueva y arrolladora comedia de Walt Disney Animation Studios que merece triunfar por todos lados. Es una revolucionaria cinta que con la anecdota más sencilla hace una lectura de la sociedad actual. Enhorabuena al duo imparable de Byron Howard (Bolt, Enredados) y Rich Moore (Ralph, el demoledor) en la dirección, Jared Bush en la co-dirección y Clark Spencer en la producción. 

Try everything. Intenta todo.

Y en la próxima madeja: Ahora si, review de La Jaula de Las Locas.

domingo, 14 de febrero de 2016

Deadpool

La Madeja del Gato (con chimichangas)
Madeja #321
Por Christopher Vergara

Cuando lees de forma regular cómics es inevitable desarrollo afecto o afinidad por uno o varios personajes. Conectas con ellos de tal forma que se vuelven tus favoritos sea porque te caen bien, te identificas con ellos o los admiras. Los X-Men (en especial Jean Grey, Storm y Nightcrawler) siempre han sido mis favoritos. Y así como hay personajes de los que te enamoras inmediatamente hay otros que ni con verlos diez mil veces te caen bien. Eso me pasaba con Deadpool. 

Creado en 1991 dentro de las paginas de New Mutants (pronto a cambiar en X-Force) de la mente siempre inquieta de Rob Liefeld junto con Fabian Nicieza, Deadpool es un claro ejemplo de muchas cosas que estaban mal en la industria del comic, empezando con el nunca consistente o lógico pero muy energético dibujo de Liefeld pasando por la violencia excesiva, la carencia de tramas con sustancia, el shock value gratuito hasta llegar al absurdo donde un cómic vendía porque un personaje usaba grandes pistolas (si, hablo de ti mi querido Cable). Aunque muchos lo adoran en mi particular punto de vista Deadpool es una fantasía masturbatoria violenta y parlanchina de Liefeld. 

Y en cierta forma lo es, pero con el paso de los años, y la pluma de guionistas más capaces como Joe Kelly, Gail Simone, Daniel Way o Gerry Duggan, Deadpool se fue convirtiendo en un favorito de la audiencia gracias a una combinación de humor agil y parlanchino con violencia y acción (como el hijo perdido de Spider-Man y Wolverine). De ahí que Fox mostrará interés en el personaje aunque no mucho tino cuando realizó una nada afortunada y poco fiel adaptación del personaje en X-Men: Orígenes Wolverine, donde Ryan Reynolds vio por primera vez como se le iba el tren del superheroísmo (que se le volvería a ir en Green Lantern). 

Pero la tercera es la vencida y gracias a la entrega e insistencia de Reynolds y Lauren Shulen Donner, productor de largo cuño de la franquicia mutante para Fox, el proyecto de alguna forma se mantuvo en trabajo, incluyendo una prueba de pantalla mucho más fiel al personaje del cómic (tal y como Lauren y Ryan siempre quisieron) que se filtró en 2012 y fue la punta de lanza para que Fox diera luz verde al proyecto con esta visión en mente. 

Y las cosas empezaron a correr por si solas, no sólo Reynolds encantado aceptó volver a encarnar el personaje principal, sino Shulen Donner y Simon Kinberg lograron crear una tormenta creativa perfecta que incluye al debutante Tim Miller en la dirección y a Rhett Reese y Paul Wernick en el guión. 

Deadpool nos narra la historia de Wade Wilson, un ex soldado que se gana la vida como mercenario de adolescentes y que se enamora de Vanessa Carlysle, una escort con quien vive un año de apasionado romance hasta que le es detectado cáncer. Entonces es contactado por una misteriosa agencia que le ofrece curarse de su enfermedad sin saber que realmente esta aceptando participar en un proyecto del mutante Ajax, que busca replicar un proceso del proyecto Weapon X donde se activan los genes mutantes en humanos normales mediante metodos violentos y que en Wade se manifiestan con un factor de curación acelerado. 

Deforme y sin valor para contactar a Vanessa, Wade decide hacerse un traje y convertirse en Deadpool, una suerte de antihéroe mercenario que tiene como principal objetivo cazar a Ajax y obligarlo a que le arregle su fealdad. A la par de esto deberá lidiar con los X-Men, Colossus y Negasonic Teenage Warhead que desean reclutarlo para que se una a los X-Men. 

Deadpool es una adaptación extremadamente fiel del mercenario bocón a la pantalla grande. Tiene muchos chistes, muchas groserías, mucha violencia, algo de sexo, algo de profanidad, y mucho humor. Y funciona increíblemente. 

Esta película denota algo en toda su realización que muchas cintas igual poseen pero no presumen: esta hecha con muchas ganas y mucho corazón. Realmente el director, guionistas, actores y equipo técnico dejaron el alma en esta cinta, se diviertieron haciéndola y fueron honestos en sus pretensiones. Es imposible no amar y divertirse con una cinta que sólo despide buena onda y buena vibra, aun con lo profana y grosera que pueda sentirse. 

Ryan Reynolds finalmente se redimió y encontró el papel de su carrera. Olviden el anterior Deadpool, olviden a Green Lantern. Ryan Reynolds nació para hacer este papel. Todo gira de forma tan perfecta alrededor de su interpretación que es imposible no sentir simpatía y cariño por el personaje aun cuando es un menso.

La cinta es muy divertida, tiene secuencias realmente desternillantes de risa (cuando se rompe las extremidades con Colossus es por mucho mi secuencia favorita). La acción es adecuada y muy divertida y la historia fluye de forma muy natural. La forma en que Deadpool rompe la cuarta pared es fenomenal. Como dije, es una tormenta creativa perfecta. 

Incluso aquellos elementos que ligan esta cinta con la franquicia mutante están bien, aunque Negasonic Teenage Warhead sea una versión muy libre del personaje y Colossus desconozca el personaje que conocíamos de cintas anteriores (además de que la cinta pone en contradicción toda la franquicia mutante o sigue pretendiendo ignorar que X-Men: Origins Wolverine sucedió). 

Yo no daba un peso por Deadpool hace un año y me parecía una cinta que no tendría futuro o me llamaría la atención. Pero en un primer momento la publicidad me cautivo por irreverente y divertida. Por bien hecha. La cinta fue una grata cristalización de mis expectativas. 

No se si sea fan o no de Deadpool, pero me encantó su película y espero la secuela. Ojalá sigan por esta senda. Cuando Fox se lo propone maneja con maestría la franquicia mutante, incluso sin Bryan Singer. Ojalá sigan por esta senda. 

Y en la próxima madeja: Review de La Jaula de Las Locas.

domingo, 7 de febrero de 2016

Como Quieras... ¡Perro Amame!

La Madeja del Gato (teatral)
Madeja #320
Por Christopher Vergara

Aunque enamorarse puede ser una de las cosas más sencillas en la vida, cuando en tu vida amorosa has sufrido una, tras otra, tras otra y tras otra decepción, volver a creer en las relaciones de pareja se vuelve más complejo, pues tienes más contras que pros en tu historial. Recuperar esa disposición puede ser una tarea titánica pero tremendamente divertida, tal y como lo demuestra la comedia musical Como Quieras... ¡Perro Amame!, que actualmente se presenta simultáneamente en el Teatro Renacimiento del Centro Teatral Manolo Fabregas como en el Teatro SOGEM Wilberto Cantón. 

Como Quieras... ¡Perro Amame! es una comedia escrita (y supongo que dirigida) por Diego de Erice (quién también co-estelariza la obra y a quien seguramente recuerdan de telenovelas recientes, entre ellas Qué pobres tan ricos y A mi querida Lichita) que narra el encuentro de Sam y Max, una cuarentona fracasada en el amor y un joven arquitecto multiples veces engañado en la misma materia que coinciden una noche en un restaurante donde ambos fueron plantados. 

Cayendo en cuenta de esta trágica coincidencia, Max le pide a Sam que se quede y cenen juntos desahogándose por su mala suerte en el amor. Aunque la química entre ambos en inmediata, Sam se resiste pues Max es algunos años más joven que ella, mientras que Max percibe un odio irracional de Sam hacía los hombres cristalizado en su obra máxima, un libro donde compara a los hombres con los perros. Así ambos empiezan a compartir su experiencias e intentar explicar como es qué las relaciones de pareja aún son necesarias cuando tanto hombres como mujeres saben que el sexo opuesto es un dolor de cabeza. 

Aunque se anuncia como una comedia musical, Como Quieras... ¡Perro Amame!, es en realidad una comedia de situación con algunos cortes musicales que sirven para ilustrar momentos, recuerdos o sentimientos. En ese sentido, el libreto de Diego de Erice es francamente divertido. Uno no puede más que reír identificándose tanto con situaciones muy comunes (que en ocasiones parecen estereotípicas) de tratar con hombres y mujeres (aun y si no es en un plano netamente amoroso) así como de las historias propias de amor (y principalmente) desamor que narran tanto Sam como Max, un par de adultos que han perdido la fe en las relaciones románticas a causa de su propio caudal de decepciones. 

Dentro del libreto resulta bastante divertido la construcción que hace Sam de los hombres como perros y algunos ejemplos que da de ello, la obra te deja con una sensación de querer conocer más de dicha clasificación que realiza Sam, no sólo por lo hilarante que es, sino por las diversas situaciones o recuerdos que trae cae tipo de perro. 

Es necesario señalar que es realmente muy positivo que alguien tan joven como Diego de Erice (actualmente de 28 años, aunque esta obra la escribió cuando tenía 24) logre crear un texto tan pulido y divertido, aun y cuando es sencillo y humilde en sus intenciones y mensaje. La resolución final es bastante obvia, tanto en el sentido dramático (ya se imaginarán como terminan Max y Sam) como temático (la obra termina postulando que si bien es cierto que hombres y mujeres son igualmente caóticos y complicados en las relaciones, también valen mucho la pena vivirlas). 

El montaje aunque muy sencillo en su escenografía e iluminación es realmente muy funcional. En ese sentido, es obviamente su elenco el que da vida a esta puesta que antes de su producción actual contó con representaciones en teatros más modestos. A Max lo han interpretado el mismo Diego de Erice, Jerry Velázquez, José Luis Rodríguez, Eleazar Gómez y actualmente se integró a la puesta Roger González, mientras que a Sam el papel lo continuán alternando Michelle Rodríguez y Gicela Sehedi. Mi función en particular fue con Roger y Gicela. 

Yo no conocía a Gicela en el escenario y la verdad es que es gloriosa. No sólo porque tiene un talento vocal extraordinario que refrenda en cada uno de sus temas, sino porque su carisma y dominio en escena es brillante. La forma en que se apropia de Sam es divertida, honesta y auténtica, lo que esperarías de un personaje como Sam. Realmente es un gran talento que es genial disfrutar. 

Roger por otra parte es mi Roger González a quien tengo más de diez años de conocer en medios y seguir con relativa fidelidad. El año pasado lo había visto por primera vez en escena en Hoy No Me Puedo Levantar como Colate pero en esta ocasión fue genial verlo en escena como Max, un personaje en una obra mucho más íntima y sencilla lo cual ayuda a apreciar con más naturalidad sus talentos y limitaciones. Lo primero que realmente me sorprendió es la excelente calidad vocal que tiene Roger, no sólo porque canta, sino porque canta muy bien, tiene un rango bastante adecuado e interpreta solidamente. 

Por otro lado, su carisma y derroche escénico es más que conocido y apreciado, Roger tiene un callo tremendo en lo que se refiere a estar sobre un escenario y aunque lo ves en escena y sigues pensando que es Roger (por su misma personalidad magnética y transparente, incluso inocente) le va muy bien al personaje. Si, quizá no es un gran avance en su rango actoral pero es un personaje que le va como anillo al dedo. Lo hace muy bien. 

Como quieras... ¡perro amame! es una muy divertida puesta en escena que durante hora y media los hará reír y reflexionar sobre los sabores y sinsabores de las relaciones de pareja logrando que al final recuerden que a pesar de los pesares, tener novio/novia vale la pena, aunque sea para sumar otra página gris al libro de perros. 

Ahora sólo me falta repetir con Diego de Erice en escena.

Y en la próxima madeja: Review de La Jaula de las Locas.