domingo, 19 de junio de 2016

Las Ventajas de Ser Invisible

A diferencia de muchos, me tardé bastante en conocer Las Ventajas de Ser Invisible, de hecho primero vi la película en Netflix (mucho después de que fuera un éxito) y la amé con todo mi corazón. Me encantó la temática, la dirección, las actuaciones tan geniales de Emma Watson, Logan Lerman y Ezra Miller. Dije, tengo que leer la novela.

Me tardé. Tiempo después compré la novela y más tiempo después la leí. Apenas ayer la terminé. 

Algo que tienen los libros es que forman una relación mucho más intensa con sus lectores que una película con sus espectadores. Se forma una relación íntima, única y mucho más duradera, empezando por el hecho de que regularmente uno tarda más en leer un libro que en ver una película. Cuando el libro que estás leyendo te resuena emocionalmente, esa relación se vuelve más íntensa y quizá más difícil. 

Me tardé un tiempo en terminar el libro. No porque no me gustara (lo amé, muchísimo) sino porque cada que lo leía me dejaba una suerte de terremoto o cuando menos sacudida emocional que me duraba un par de días. Las Ventajas de Ser Invisible me habla en muchos niveles pero en especial me llevó a tener un diálogo bien intenso conmigo mismo, con mi pasado adolescente (que tiene temas que me atormentan) pero que igual me dió algunas respuestas. 

Es imposible no amar a Charlie. Es imposible no amar su torpeza, su inocencia, su excesivo análisis de las cosas, es muy genial cuando empieza a preguntarse o teorizar sobre la vida de los desconocidos. Es algo genial que creo todos hemos hecho. Teorizar sobre cómo será la vida de la persona que conduce el camión o de aquella madre con su hijo. Charlie es un personaje que te da muchas oportunidades para identificarte con el. Principalmente porque antes que otra cosa es un personaje que siempre muestra su propia vulnerabilidad, sus propios defectos o zonas en las que aún es inocente. Todos hemos sido Charlie, más allá de que quizá no nos hayamos sentido invisibles o marginados (Yo levanto la mano, porque si lo he sentido). 

Charlie vive cosas muy geniales en la novela, empezando porque conoce dos amigos, Sam y Patrick que le cambian radicalmente la vida y lo llevan a vivir grandes aventuras. Pero algo que amé de la novela es que no glamuriza la adolescencia, sino que incluso te muestra (y te recuerda) que tiene momentos muy geniales pero también tiene muchos momentos espantosos, horrendos o cuando menos mediocres. 

De alguna forma yo tengo conflictos con mi adolescencia. Siento que no viví lo suficiente en aquellos años. Que fui muy tímido, muy miedoso o muy tonto y no viví lo que tenía que haber vivido (y que eso ha venido arrastrando muchas cosas en los años que le siguieron). Siento que no hice todas las cosas que debí haber hecho en la preparatoria (salir del closet mucho antes y ser más arriesgado y menos inseguro e intentar más actividades, etc). Y creo que de alguna forma me he obsesionado con ello e incluso he culpado esas conductas de cosas que sucedieron después, como mi constante y hasta la fecha vigente desastre romántico. 

Charlie me hizo recordar mi propia adolescencia. Y al mostrarme que su adolescencia tuvo cosas buenas y malas me hizo caer en cuenta de que no está bien que me obsesione con las cosas negativa que tuvo y olvide que también tuvo cosas buenas. Si, quizá no tenga un mejor amigo que sea inseparable y con el que haya vivido grandes cosas, y quizá no tuve muchos amores (ninguno de hecho) y quizá no hice cosas locas, pero tampoco estuvo totalmente en blanco. Hice buenas amistades (unas pocas grandiosas de hecho), tengo algunas buenas anecdotas y aunque me tardé acepte quien soy en mis propios términos y tiempos. 

Hay una parte que me marcó mucho donde Charlie narra como le causan cierta curiosidad las fotos antiguas, porque todos parecen muy felices en ellas, como si fueran más felices que tu. Porque enmarcan días de glorías. Y Charlie concluye diciendo que cuando tenga hijos espera poder decirles que ellos son tan felices como él lo parece en sus fotos viejas. 

Esa reflexión funciona realmente en dos sentidos. Ustedes serán tan felices como yo en esas fotos, y tan tristes como no lo parece pero realmente lo fue. Como dije, Charlie tiene buenos ratos y malos ratos, y aunque una foto encierra un momento donde aparenta que todo es felicidad, tras de ese momento capturado existieron momentos tristes, de angustía, de miedo o de enojo. Es una crítica muy elegante hacía como la sociedad, la nostalgía y los propios medios glamurizan la adolescencia como una época dorada donde todo es genial y donde vives al máximo y cada día es único. Y aunque tiene cierta razón también es cierto que es una étapa donde vives cosas tristes, depresivas, horrendas, etc... y está bien. 

Al final, Charlie tiene otra reflexión, quizá bastante cliché pero que funciona de maravilla en el libro respecto a que quizá no podemos elegir de dónde venimos, pero si podemos elegir hacía dónde vamos. Esa idea por trillada que suene, me hizo mucho eco al final del libro y me brindó cierta resiliencia respecto a las 'heridas' que siento respecto a mi adolescencia. No puedo cambiar el pasado, no puedo viajar y decirle a mi yo más jóven que sea más aventurero o alocado y tengo que aceptar eso, y más aún, tengo que estar en paz con ese pasado. Por eso decía que no podía seguir enojado o culpando ese pasado. Tengo que aceptarlo como es, porque mal que bien, me ha traído hasta aquí. Tengo que dejar de culpar el pasado y elegir hacia donde quiero ir. Algo que quizá no he hecho del todo. No puedo culpar decisiones de hace ocho años de las cobardías de hoy en día. 

En algún punto, Charlie charla con su profesor de Literatura (con quien tiene una relación fraternal mucho más cercana y productiva intelectualmente hablando) y este le dice (uno de los mantras del libro) respecto a que tenemos el amor que creemos merecer. La frase toma total sentido hacía el final del libro, cuando sostiene una charla bastante intensa con Sam, a quien ama loca y profundamente donde ella le dice (en esencia) que el amor pasivo no significa nada para ella, pues de alguna forma es como si no estuviera él ahí, que Charlie no sólo tiene que procurar a los demás sino que tiene que procurarse asimismo y buscar su propia felicidad, su propio amor. Charlie no cree merecer el amor de Sam y por eso vive pensando que basta con que procure la felicidad de ella, aún a costa de no sentir nada y en última instancia sentir infelicidad. 

Es bien dificil sentir que mereces amor, cuando tu mismo crees que nadie te puede amar. Cuando tu medio exterior pero especialmente tu (y básicamente sólo tu) te has estado machacando en tu cerebro que nadie podría enamorarse de ti porque no eres interesante, no eres atractivo, no eres delgado, no eres divertido, no eres especial. Es muy complicado construir autoestima y confianza cuando te has pasado entre quince y veinte años destruyendo tu propia apreciación y cariño propio. Si, quizá de orígen externo, pero que tu diste importancia, engrandeciste, alimentaste y en última instancia diste vida y fortaleza en tu propio detrimento. 

Es bien difícil romper ese ciclo que he estado viviendo desde hace mucho. Que tiene puntos de orígen en mi infancia, en mi adolescencia, en mis pocos años de vida adulta y que tiene múltiples puntos de contacto y resonancia entre si. No sé como romper ese ciclo, es muy fácil decir que quiero romperlo aunque sea mucho más complejo realmente hacerlo. Pero quiero hacerlo. Quiero aceptarme como soy, así como quiero estar en paz con mi pasado quiero estar en paz conmigo mismo y sentir que aunque no soy perfecto y quizá no soy como quisiera ser, eso no me hace indeseable. Sino que pese a todo, merezco amor y merezco buen amor. No amor por compasión o por desesperación o por interés. Amor genúino, amor con sus partes horrendas y hermosas. Pero intenso y en última instancia y en esencia positivo. 

Tengo que dejar de creer que no merezco amor y creer que merezco el amor que me haga más pleno. No tener el amor (o la ausencia de él) que creo merecer. Sino tener el amor que me haga esencialmente feliz. El amor que realmente merezco. Y si, tengo que trabajar mucho en ello. Es una telaraña que lleva muchísimos años creciendo y pegándose, que llevo muchísimos años alimentando. 

Empecé leyendo Las Ventajas de Ser Invisible pensando que sería otra novela adolescente donde proyectaría aquello que sueño haber vivido en mi adolescencia. Tal y como creo hice con la película (y he hecho con miles de series, libros, películas, etc). Terminé haciendo un viaje emocional muy intenso. Que me llevó a enfrentar mis demonios, mis fantasmas, mis miedos y en última instancia a mi yo adolescente. Y quizá me puso en camino a estar en paz con mi pasado, dejar de culparlo y voltear al futuro que es donde yo puedo hacer aún todo lo que quiera. Al final, es una novela que me ha dado muchas ganas de 'involucrarme' y no sólo ver como suceden las cosas.

Fue una novela donde no sólo quise sentirme infinito. Sino en la que recordé todas las veces que me he sentido de esa manera, las veces que no, y todas las oportunidades que aún tengo de ser infinito. 

Gracias Charlie. Gracias infinitas por todo. 

Si nunca volvemos a vernos, piensa que las cosas están bien y si no lo están que pronto se arreglarán.

domingo, 12 de junio de 2016

Fey - 9.0 American Tour

La Madeja del Gato (mi media naranja)
Madeja #334
Por Christopher Vergara

Una de las mejores cosas de asistir al inicio de una gira es que todo es una sorpresa. Al desconocer que presentara el artista en cuestión uno no puede más que guardar cierta expectativa y emoción respecto a lo que veremos en el escenario. El pasado 8 de junio, asistí al inicio del nuevo tour de Fey, el 9.0 American Tour. Una de las mejores noches de mi vida. 

Fey es una cantante que me gusta muchísimo desde que era un niño y en 1995 me conquistó con Media Naranja. Es una cantante con la que he crecido en los últimos veintiún años en los que hemos pasado por muchas etapas, muchos cambios, crecimiento, amor, sufrimiento, perdida. Hemos vivido muchas cosas, pero esa conexión mágica y únicqa que surge entre artista y fanático se ha mantenido viva, ha crecido y se mantiene vibrante con cada nuevo tema que Fey ha logrado colocar en mi corazón. Debo conocer y amar prácticamente todo su catálogo. 

A diferencia de hace tres años, en esta ocasión Fey no esta promocionando un nuevo disco que la haya llevado a pisar nuevamente el escenario del Auditorio Nacional, ese mítico escenario que para ella ha sido su casa desde hace veinte años. A lo mucho, Fey promociona un nuevo tema, una romántica pero desgarradora bachata llamada No Me Acostumbro que interpreta al lado del cubano Lenny de la Rosa. 

Pero no hizo falta, porque Fey tiene un magnífico y delicioso catálogo con el que nos puede emocionar y sorprender. Y aunque muchos de esos temas tienen la fuerza necesaria por si solos para enamorarnos, es realmente asombroso lo que Fey hizo el pasado 8 de junio en el escenario. 

A diferencia del Primera Fila donde Fey se sentía más haciendo una suerte de homenaje a esos grandes temas, en esta ocasión Fey tuvo el atino de jugar con ellos, de volver a hacerlos suyos y volver a regalarnos pero jugando y disfrutando con ellos de una forma magnífica en el escenario. 

Sin lugar a dudas el 9.0 American Tour es una gira infinitamente superior a Todo Lo Que Soy. Fey se encuentra más relajada que nunca y eso se nota en la seguridad y confianza con que devora el escenario, pero además se encuentra en una etapa asombrosamente creativa, como dije, la forma en que Fey jugó con las canciones es francamente genial pero no se queda ahí, el show es un despliegue visual que desborda creatividad en cada número acompañado de un talentoso equipo musical y un energético y vibrante cuerpo de bailarines. El vestuario, los escenarios, todo es perfecto, y da mayor profundida y sentido a esos hermosos temas que Fey cantó de forma sensacional. 

Otra cosa que además amé con locura y ciega fe es el repertorio de temas tan geniales que Fey nos regaló, si estuvieron los clásicos infaltables pero Fey se dió el lujo de interpretar temas que jamás pensé volvería cantar. Canciones como Vuelve, El, La Soledad Me Matará, Provocame, Adicto a Mi Cuerpo, Bajo el Arcoiris, Popocatépetl, así fuera por un breve momento llenaron mi corazón de alegría. No sólo porque nos demuestran que Fey se encuentra totalmente en su pasado que quizá alguna vez le causó conflicto, sino porque además son temas que quizá no arrasaron tanto como Media Naranja o Azúcar Amargo pero para nosotros, sus fans, son grandes joyas del pasado. Fueron una hora y cuarenta y cinco minutos (de las 8:35 a las 10:20 de la noche) imborrables y fantásticas.

El 8 de junio fue una de las mejores noches de mi vida porque Fey se entregó en corazón y alma en un viaje al pasado lleno de grandes recuerdos que permanecen vibrantes y radiantes, un viaje que implicó revivir viejos amores, amistades o momentos y que además fue una (ciertamente innecesaria) reivindicación de que María Fernanda Blázquez Gil es una artista completa, talentosa, cuya creatividad y energía permanecen vigentes y vibrantes como en 1995. Una promesa de que el futuro aún guarda grandes cosas para un alma lleno de emociones y momentos que vivir y contar. 

Esa es la magia y el poder de la música. Esa conexión única e irrepetible que se forma entre artista, fanáticos y canciones que nos enlazan a traves de emociones que nos mueven, divierten o quizá entristecen y en última instancia nos hacen sentir vivos. 

Otra fecha mi Fey, quiero más noches como esa.

Setlist:
1.  La Noche Se Mueve
2. Frío
3. Adicto a mi Cuerpo
4. Provocame
5. Barco a Venus
6. Me Enamoro de Ti
7. Gatos en el Balcón
8. Medley Baladas: Mujer contra Mujer / Subidón / La Soledad Me Matará / Desmargaritando El Corazón / Como Pan y Chocolate / Las Lágrimas de mi Almohada / Ni Tu Ni Nadie / Canela.
9. No Me Acostumbro con Lenny de la Rosa
10.  El
11. Díselo con Flores
12. Vuelve

13. Medley Electrónico: Lentamente / Popocatépetl / Se Lo Que Vendrá / Y Aquí Estoy / Cielo Liquido / Bajo el Arcoiris / Fiebre del Sábado. 
14. Azúcar Amargo
15. Media Naranja
16. Te Pertenezco
17. Muévelo

Y en la próxima madeja: Review de Buenos Vecinos 2. Ahora si.

lunes, 6 de junio de 2016

La integración del Constituyente y como voté

La Madeja del Gato (post-electoral)
Madeja #333
Por Christopher Vergara

El polvo finalmente se asentó y los resultados electorales de la elección de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México son bastante claros. Seguramente se moverán algunos votos arriba y abajo cuando inicien los conteos distritales el próximo 8 de junio pero los porcentajes dificilmente cambiarán. La participación fue baja, como se esperaba, del orden del 28% lo cual reveló una lamentable falta de interés por parte del electorado de la Ciudad. 

Morena fue el ganador de la elección al conseguir el 36.1% de los votos validos emitidos para partidos políticos (el porcentaje real seguramente es menor, pues alrededor de 16% de los votos fueron nulos o para candidatos independientes, de los cuales ninguno alcanzó el número suficiente de votos necesarios para entrar en primera vuelta) seguido muy de cerca por el PRD que obtuvo el 31.5% de los votos. Esta Ciudad demostró una vez más una fuerte vocación de izquierda pues ambas fuerzas políticas básicamente concentraron más del 67% de los votos. En un lejano tercer lugar el PAN colectó el 11.3% de los votos seguido del PRI que obtuvo 8.5% de los votos. La chiquillada se repartió el resto con 3.9% para Encuentro Social, 3.1% para Nueva Alianza, 2.3% para Movimiento Ciudadano, 1.9% para el Verde y 1% para el Partido del Trabajo. 

A nivel de diputados constituyentes, los 60 espacios de la Asamblea Constituyente se distribuirán de la siguiente forma: 22 para Morena, 19 para el PRD, 7 para el PAN, 5 para el PRI, 2 para Nueva Alianza, 2 para Encuentro Social, 1 para Movimiento Ciudadano, 1 para el Verde y 1 será para el candidato independiente Ismael Figueroa Flores, quien entró en repechaje (o por resto menor) y quien es el líder del sindicato de trabajadores de los bomberos. 

En realidad, va a ser un buen Congreso Constituyente. Como señale en anteriores columnas, los partidos integraron listas bastante aceptables de candidatos y tendremos buenos perfiles. Obviamente cada uno tendrá negros en el arroz o cascajo político pero creo que la mayoría serán buenos. De Morena me agradan perfiles como el de Irma Sandoval, Bernardo Bátiz, Bruno Bichir, Carlos Payán, Jaime Cárdenas, Javier Quijano, Héctor Bonilla, Patricia Ruíz o Damián Alcázar. El PAN aunque es el partido con el que ideológicamente más difiero tendrá al menos un buen elemento en Santiago Creel. 

Yo voté por el PRD. Lo hice bastante convencido y de forma bastante entusiasta y me da gusto que el partido haya tenido buenos resultados y haya logrado meter un buen número de elementos (así sólo haya sido por que fue una elección de estructuras más que de ciudadanos, pero ese no es un argumento válido para achacarselo a los partidos y su partidocracia, sino también a los ciudadanos). 

La principal razón por la que el PRD fue mi elección clara fue primordialmente que me gustó mucho su lista de candidatos. Creo que fue una lista bastante plural y que refleja mucho lo que creo debe ser la izquierda y las causas por las que debe luchar. Katia D'Artigues es una periodista que tengo más de diez años de seguir y a la que admiro mucho por su incansable lucha por los derechos de las personas con discapacidad. Un tema en el que la he seguido y del cual he aprendido mucho desde que tuvo a su hijo Alan el cual tiene síndrome de Down. 

Me gusta que el PRD haya postulado a una feminista incansable y prolífica como Marcela Lagarde, o que haya abierto espacio a un periodista crítico del Gobierno de la Ciudad y las administraciones del PRD como Miguel Ángel Muñoz. Obviamente será un inmenso honor que una leyenda de la política y de la izquierda como la maestra Ifigenia Martínez participe en la redacción de la Constitución. 

Como parte de la comunidad LGBTTI me da gusto que estemos bien representados con dos grandes constituyentes como Lol Kin Castañeda, una feminista incansable y promotora del matrimonio igualitario así como Horacio Franco, un talentoso flautista y promotor cultural. Finalmente, como una persona que cree firmemente en los derechos que poseen los animales como seres vivos, me da mucho gusto (aun y cuando estuvo en una posición que consideré riesgosa) que Elena Chávez, una consumada animalista sea parte de las diputadas elegidas. 

Si, ninguna lista es perfecta. Y la lista de candidatos del PRD tiene sendo cascajo político e indeseable además de con pocas luces como Jesús Ortega, Ana Julia Hernández o José Manuel Oropeza. Pero creo que son los menos contra una lista que esta bastante bien. 

Finalmente, aunque es muy probable que el PRD pierda el gobierno de la Ciudad dentro de dos años, me parece que la promulgación de la Constitución Política de la Ciudad de México podrá ser una suerte de testamento político respecto a lo que dicho partido y quienes votamos por ellos a lo largo de veinte años pensamos de nuestra Ciudad, tanto en el sentido de darle su merecido lugar a aquellos derechos sociales reconocidos en los últimos diecinueve años como una prospectiva respecto a cuál es la visión que queremos de nuestra Ciudad. 

Al paso de los años sigo pensando que la visión del PRD, que la visión de la izquierda (en todas sus ramificaciones, aún las más radicales) es la correcta para la Ciudad (aún y con sus múltiples errores). Por ello me parece apropiado que la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México cuente con una fuerte y dinámica presencia de la izquierda (aún en su ligeramente retorcida versión de Morena) pues tal y como lo señale anteriormente, será un apropiado cierre del proceso de transición democrática de nuestra Ciudad así como el inicio de un nuevo ciclo para la vida política de esta Ciudad. Uno incierto, quizá más plural pero igualmente interesante. 

Al tiempo. Mientras tanto, y a pesar de los pesares, creo que fue una buena elección. 

Les toca ahora hacer, una gran Constitución. 

Y en la próxima madeja: Las elecciones en los Estados.

jueves, 2 de junio de 2016

¿Por qué votar en el Constituyente de la CDMX?

La Madeja del Gato (cívico-electoral)
Madeja #332
Por Christopher Vergara

Cada proceso electoral vuelve a surgir entre el electorado la persistente duda de cuál es la razón u objetivo de votar. En especial porque los retos y problemáticas de la democracia y de la Ciudad superan por mucho el espectro de respuesta y de acción del gobierno de la Ciudad y de los partidos de oposición. En pocas palabras, cada proceso electoral pareciera que no hay razón para votar si las cosas sólo permanecen igual o empeorarán. 

El argumento más sencillo y rotundo sería contestar que es nuestra obligación. Tenemos que votar, no sólo porque sea un derecho, sino porque es necesario formar parte de los asuntos públicos del país, y aunque el menú de opciones políticas no nos deje del todo satisfechos debemos elegir alguno de ellos, esperando que dentro de la mecánica de poder de la Ciudad responda de alguna forma cercana a nuestras expectativas o intereses. Ese argumento es completamente válido pero me parece absolutamente derrotista y peor aún condescendiente respecto al electorado. Creo que es necesario elaborar un poco más los argumentos para convencer a la gente de votar. 

La elección del próximo domingo será bastante atípica. Los habitantes de la Ciudad de México votaremos para elegir al 60% de la Asamblea Constituyente que se encargará de aprobar y modificar la Constitución Política de la Ciudad de México, lo cual será el punto final (a la vez que el inicio) del largo proceso de transición democrática que esta Ciudad ha vivido desde la reforma política de 1986. Es un proceso que ha tardado treinta años. 

Hay una razón primordial para participar en este proceso político. Los capitalinos debemos ser parte en el proceso tan neurálgico de la redacción, discusión y aprobación de lo que será la Constitución Política de nuestra Ciudad. 

Una de las razones por las que amo el Derecho Constitucional y me llevó a ser especialista en ello, es que la Constitución es un documento normativo bien diferente de cualquier otra ley o norma. La Constitución tiene una doble función al ser un documento que a la vez que organiza el poder (regula una situación establecida) establece o traza lineas de acción respecto a las aspiraciones o metas que tenemos como sociedad. Es un documento que plasma y regula una realidad pero va más allá y traza que queremos ser. 

Muchas veces este idealismos o futurismo que contiene una Constitución es atacado o menospreciado, pues la Constitución es vista como un documento que termina convirtiéndose en una carta de buenos deseos que no sirve para nada. En cierta forma es cierto, que la Constitución establezca que todos tenemos derecho a una vivienda digna decorosa o a un medio ambiente sano, no implica ipso facto que aparezcan millones de hogares para todos o la contaminación desaparezca. 

Pero quedarnos con esa visión simplista y reduccionista es, además de absurdo, algo miope. La función de una Constitución no es sólo contener esos postulados porque si. El trasfondo es mucho más profundo. La razón por la que es primordial que todos esos postulados o líneas de acción queden plasmados en la Constitución es que los vuelve derechos. Por tanto, al reconocerse como tales, se convierten en una herramienta de los ciudadanos que pueden respaldar sus demandas en esos derechos. 

Es mil veces preferible que un derecho este plasmado en la Constitución a que no lo esté. ¿Por qué? Porque el que no esté, de alguna forma implica que no 'exista' lo cual vuelve más arduo el poder invocarlo y buscar su cumplimiento. Muchos juristas critican, por ejemplo, que nuestra Constitución federal haya sido engordada con tanta normatividad en algunos casos bastante específica (y por tanto impropia, según la técnica jurídica, de una Constitución), sin embargo, más allá de que las coyunturas legislativas explican estas situaciones, también es cierto que el incluir esos derechos o incluso regulaciones ha sido necesario para poder dar cumplimiento a los mismos (lo cual sin duda es síntoma de un sistema jurídico con problemas en cuanto al Estado Derecho, pero ese es tema de otra discusión). 

Por eso es tan importante y crucial que participemos en la elección de quienes aprobaran la Constitución (e incluso sería mucho más valioso, que de alguna forma expresáramos ideas u opiniones respecto a los contenidos de la Constitución); porque el poder que estamos delegando en estos constituyentes no es cualquiera, esta Asamblea Constituyente no sólo reorganizará la vida política de la Ciudad para los años por venir, establecerá en ese documento, los derechos más importantes que se han ganado y reconocido en los últimos años y trazará las líneas de acción respecto a lo que queremos ser (o no) como Ciudad. 

Si, hay mucho que se podrá criticar del proceso. Desde que la totalidad de los Constituyentes no serán elegidos por medio de las urnas (lo cual fue un costo de las negociaciones de la reforma constitucional, que me parece válido pagar con tal de que la reforma fuera aprobada) hasta que las campañas fueron una completa decepción y flojera por parte de todos los partidos políticos y candidatos independientes, pasando porque la Constitución probablemente no implique una renovación radical en la calidad de vida de los ciudadanos, las Constituciones locales no cumplan realmente las características de una Constitución real debido a nuestro federalismo o esto sea otro plan de la clase política para gastar tiempo y dinero en algo innecesario. La mayoría de estas críticas, pese a todo, tienen un mayor o menor grado de verdad. 

Siempre he creído que un sistema más que una 'revolución política' que lo rompa, requiere de transformaciones y cambios desde su interior. Requiere ser transformado así sea con aparentemente pequeños o inocuos cambios que sin embargo trasciendan su peso. En este caso me parece que los cambios pueden ser mucho más que pequeños. 

Insisto, conozcan las listas de candidatos. Ningún partido presentó una lista perfecta (todos tienen cascajo político) pero tampoco ningún partido presentó una lista sólo de impresentables. Todos los partidos políticos presentaron listas donde mayor o menormente existen potenciales buenos Constituyentes. O ya si son muy alternativos, seguramente entre los 21 candidatos independientes habrá alguno acorde con tus ideas o críticas. Existen 561 candidatos, de los cuales 60 serán elegidos. Hay incluso un amplio espectro ideológico, académico y/o profesional entre los candidatos. Puedo apostar que al menos uno, entre todos esos te puede representar bien en el Constituyente. Si son más, mucho mejor. 

La elección del Constituyente trasciende la importancia que los actores políticos, la academia y los medios de comunicación le han dado. Es un proceso político importantísimo que requiere la mayor participación posible. Es más importante que elegir un Presidente, Congreso o Jefe de Gobierno. No estamos eligiendo poderes constituidos previamente, estamos eligiendo a los que determinarán las reglas del juego con que jugaran y actuaran esos poderes constituidos. Por eso es tan importante. 

Voten. Siempre, voten. 

Y en la próxima madeja: Review de Buenos Vecinos 2.