lunes, 20 de enero de 2014

Wolverine: Inmortal

La Madeja del Gato (mortal)
Madeja #248
Por Christopher Vergara

Tras los muy mixtos resultados de X-Men Origins: Wolverine, que practicamente sepultó esa loca idea de 20th Century Fox de hacer stand-alones con los orígenes de los más populares X-Men, Fox buscó una dirección diferente (y mucho más agradable) para una (no se que tan necesaria) secuela de Wolverine. Tras unos fallidos intentos de que la dirigiera Darren Aranofsky, fue James Mangold (Walk the Line, Kate & Leopold) quien tomó la dirección bajo un guión de Mark Bomback (Race to the Witch Mountain, Live Free or Die Hard) y Scott Frank (The Lookout, Minority Report). 

Basado en la mítica miniserie Wolverine de 1982, escrita por el patriarca mutante Chris Claremont y con arte de Frank Miller, Wolverine Inmortal narra los eventos posteriores a X-Men: The Last Stand donde Logan (una vez más interpretado por Hugh Jackman) ha desarrollado una especie de estrés postraumático a consecuencia de haber tenido que eliminar a su gran amor, Jean Grey (Famke Jansen), con quien tiene 'charlas' en sus sueños, que no son más que manifestaciones de sus propias culpas que lo persiguen. 

Exiliado en las montañas de Canadá y viviendo como un salvaje, Logan, que ha renunciado al nombre de Wolverine, es hallado por Yukio (Rila Fukushima), una mutante clarividente que puede ver como será la muerte de las personas, quien lo ha buscado por dos años tras ser enviado por Yashida (Haruhiko Yamanouchi), un multimillionario japonés a quien Logan salvó de la muerte durante el estallido de la bomba atómica de Nagasaki, y quien se halla al borde de la muerte por vejez y quiere despedirse de el. 

Más a regañadientes, Logan viaja a Japón para reencontrarse con Yashida, descubriendo que éste tiene una oferta para el, consistente en 'retirarle' su factor de curación y con ello permitirle vivir una vida mortal, donde eventualmente pueda morir. Ahí mismo conoce a la nieta de Yashida, Mariko (Tao Okamoto) y a la misteriosa Dra. Green (Svetlana Khodchenkova) quienes formarán parte de una intrincada persecución una vez que Yashida muera. 

Esta es la premisa básica (que como se ve es bastante larga) de Wolverine: Inmortal, un filme que en su parte 'humana' o reflexiva está bastante bien construida pero que en su parte fantástica o mutante es ciertamente floja o genérica. 

Dentro de lo primero la construcción que realiza sobre los demonios internos de Wolverine es muy buena, mucho más eficaz que lo realizado en la trilogía original o en la cinta de los orígenes, agregando el elemento de la muerte de Jean (para lo cual se agradece que al fin avancemos en el tiempo en lugar de seguir viajando al futuro) se crean una interesante serie de telarañas mentales de Logan que es interesante ir poco a poco desmenuzando. La forma en que el necesita ir perdonando sus pecados así como estar en paz con la muerte de Jean es el tipo de historias sobre la redención y el mal necesario que siempre han caracterizado al personaje y lo han hecho tan humano y en consecuencia popular. 

Por otro lado el romance que surge entre Mariko y Logan (uno de los más antaños y memorables dentro del comic) es realmente muy bonito y ameno. El filme se toma su tiempo para ir poco a poco narrando la atracción y cariño que surge entre los personajes y como, aunque no pase de unos besos (lo cual es bastante platónico) si sea el avance o el siguiente paso que necesita Logan para seguir adelante con su vida, entendiendo que si bien Jean sea el gran amor de su vida, eso no significa que haya perdido la oportunidad de encontrar otra persona con quien compartir momentos intimos. 

La parte fantástica es como dije la más floja del filme. No me malentiendan, la parte de los yakuza, las intrígas familiares/corporativas, etc en general están bien logradas. Es en la conclusión, en especial en la revelación del Silver Samurai robot así como la Dra. Green como la mutante Viper, donde la historia flaquea mucho. Principalmente porqué se sienten como elementos fuera de lugar metidos con calzador para mantener elementos mutantes de la franquicia de la que deriva el filme. 

Fuera de ésta razón no se explica la necesidad de tener a Viper, una villana que habitualmente es enemiga de los Avengers y en menor medida de los X-Men dado su largo historial de crimen delictivo en HYDRA. Y que salvo por tener a alguién con poderes y conocimientos bioquímicos no tiene mayor razón de ser. Lo mismo aplica para el Silver Samurai robot que se siente muy fuera de lugar. 

Quizá el principal problema es que Fox no quiso renunciar a la espectácularidad de un filme de superhéroes, cuando Wolverine, mayoritariamente en sus historias en solitario, de manera muy clara en la miniserie que retoma el filme, son historias más de acción y aventura, de intríga y de romance, pero con historias que al menos en escala son más humildes y no conllevan ese elemento de 'el mundo entero está en riesgo' más propias del género de superhéroes. Es por ello que la historia y el filme en general tienen un sabor discordante y hasta disperso. 

Fuera de ello el filme es en general bastante bueno. Las actuaciones están bien logradas (siendo Logan, Jean Grey y Mariko los mejores), a nivel técnico el filme es impecable, aunque se nota que no es un presupuesto tan alto como el de otras entregas del filme y si Fox decide continuar está saga pues al menos lleva un mejor camino que con el filme de 2009. Wolverine Inmortal es pues un buen blockbuster veraniego de modestas intenciones y presupuestos que cumple su cometido.

Eso si, la escena post-créditos promete finalmente el gran regreso de la franquicia que Fox lleva años deseando. 

Y en la próxima madeja: Review de María de todos los Ángeles.

viernes, 10 de enero de 2014

La Sirenita

La Madeja del Gato (clásica)
Madeja #247
Por Christopher Vergara

Aprovechando el reciente relanzamiento del título en Blu Ray, sirva la presente columna para realizar un review sobre éste clásico lanzado por Disney en 1989. 

Lanzada en 1989, La Sirenita representa muchísimas cosas para Disney. Fue el primer éxito animado en grande que tuvo la compañía en más de veinte años, pues desde El Libro de la Selva, Disney no había obtenido un éxito masivo en suceso (aunque Oliver y Compañía ya había mostrado cierta recuperacion). Fue además el primer triunfo para la generación de cineastas aprendices de los míticos Nueve Viejos que tantas glorias dieron a Disney tiempo atrás. Fue además el renacimiento de la animación como medio de entretenimiento masivo, al regresar a niños, familias, parejas y almas solitarias a las salas de cine de animación debido a que es una película practicamente perfecta en todo sentido. Música, animación, historia, voces, un conjunto pocas veces igualado.

Basado en el cuento de Hans Christian Andersen del mismo nombre y bajo la dirección de John Musker y Ron Clement (que entonces habían dirigido Policias y Ratones y más tarde dirigirían Aladdin y Hércules), La Sirenita es la historia de Ariel, una joven princesa, hija del Rey Tritón, gobernante de los mares, que sueña con vivir aventuras fuera de mar. Cuando rescata al Príncipe Eric de un naufragio en cuestión y se enamora de el, la negativa de su padre a comprender sus deseos la lleva a pactar con la malvada bruja del mar, Ursula, que a cambio de su voz (en una treta por derrocar a Tritón) le da piernas por tres días a Ariel que se volverán permanentes si ésta logra obtener un beso de amor verdadero de parte de el. 

La Sirenita es ante todo un cuento de hadas, y ahí se hallan presentes muchos de los elementos definitorios del género, tenemos un lugar de fantasía, una Princesa, una bruja malévola, un amor imposible, entre otros elementos. Pero así como hoy en día Frozen reinventa el género de los musicales animados, La Sirenita lo hizo hace casi 25 años. Ariel rompe el arquetipo hasta entonces presentado de las Princesas Disney (que en ese entonces se limitaban a Blanca Nieves, Cenicienta y Aurora) y presenta una heroína decidida, rebelde, aventurera, intrépida y valiente, que no teme enfrentar la autoridad ni el poder en pos de sus deseos. 

Algunas de las críticas más comunes al filme son por un lado el desapego a la obra de Andersen y por otro que en realidad Ariel no representa un cambio el paradigma de la Princesa. Sobre lo segundo, quizá vale la pena aclarar que una vez más ésta apreciación es falsa. Claro que Ariel es todo un giro en la forma de presentar Princesas, mucho más humanas, mucho más activas y mucho más decididas. El que sea el amor romántico su principal interés sigue siendo el trauma de muchos, pero vamos que al final de cuentas parte vital de los cuentos de hadas es el romance, más aun presentado el de una joven que vive su primer amor. 

Por el lado de la obra de Andersen la crítica sin duda es más valida. Ariel no tiene el mismo destino que en el cuento clásico, es decir, no se convierte en espuma del mar, ni es llevada por las Hijas del Aire para ganar un alma inmortal, tras ver al Príncipe casarse con otra. Pero también es entendible porqué amén de que el cuento de Andersen es mucho más complejo y maneja otro tipo de temáticas (Ariel además del amor humano desea un alma inmortal, algo que no tienen las sirenas y al final pierde el amor, pero gana la inmortalidad, lo cual es un símil de la propia vida de Andersen, un alma solitaria) que en realidad son poco apropiadas para un musical familiar y más aun para un producto que va dirigido a los niños. El debate sobre el papel de Disney dulcificando las historias nunca terminará con argumentos consistentes a favor y en contra, aunque mi posición será siempre que ésto es valido en tanto sigue respetando las reglas del género y a éstas alturas de la vida, las bases mismas que le dan sentido a la compañia y al estudio. 

La Sirenita presenta pues, una de las historias más solidas y bien narradas de la filmografía Disney, con una historia lineal que rara vez decae y donde todo tiene un sentido y un porqué. Mucho de ésta parte se debe al brillante guión de Musker y Clements, pero también con mucho honor a las magníficas canciones de Howard Ashman y Alan Menken. Quizá haya algunos puntos flojos como toda la historia de Sebastián con el cocinero y la canción de Les Poissons o el cómo Scuttle se siente demasiado excesiva en ocasiones, pero en general es un guión muy redondo. No hay manera de no reírse con las ocurrencias de Scuttle, o la neurósis e histrionismo de Sebastián, emocionarse con los peligros a los que se enfrenta Ariel o compadecerla ante la intransigencia de su padre (adolescente al fin y al cabo y como toda buena hija, decepcionando a los padres), o claro, como no admirarse de la maldad de Ursula y sus secuaces ante lo que parece el inevitable fin de Ariel.

Gracias al material extra del BD podemos conocer con mayor profundidad a ese magnífico hombre que fue Howard Ashman, un tipo completamente genial, extraído de la escena del Broadwat neoyorkino que supo cumplir muchas de sus grandes pasiones a través de integrar (o reintegrar) los musicales a Disney. Ashman ve a las canciones como información para el espectadores, información que ayuda a la trama avanzar a la vez que le brinda un momento emotivo a la audiencia, más aún, si puedes extraer una canción sin que ésta afecte al filme, es que no estás realizando bien tu trabajo. 

Y vaya que Ashman lo logra con muchas de las piezas musicales de La Sirenita. Sin duda la canción cumbre es Part of Your World, a la que Ashman define como la canción 'I Want' del filme, un momento (que existe en todos los musicales y también en muchas cintas Disney) donde la protagonista cuenta cuáles son sus sueños y anhelos, un momento en el cual el público debe enamorarse del personaje, al identificarse con el y sentir ese mismo afán de libertad. Lo mejor del caso es que Ashman mismo, reflejó mucho de su interior en esa bella pieza que es Part of Your World, una hermosa, conmovedora, dolorosa y triste canción sobre alguien que se halla atrapado en sus circunstancias. 

El resto de las canciones son brillantes. Under the Sea, es uno de los mejores números musicales jamás escritos, divertido, ligero, lleno de vida, que invita a bailar y a cantar, tal como un pez bajo el agua. La romántica y magnífica Kiss The Girl, donde Sebastian y una treintena de animales intentan convencer a Eric de besar a Ariel y claro, mi absoluta favorita Poor Unfortunate Souls interpretada por Ursula. Que delicia de canción, con un estilo de musical de Broadway, y una letra alucinante, retorcida, diabólica. Perfecta. 

Toca entonces hablar del magnífico doblaje, tanto en inglés como en español. Jodi Benson, es perfecta para el papel sin duda, de ahí que tantos años después lo siga interpretando, una voz dulce, angelical, tierna, pero energética y llena de chispa. Pat Carroll y Samuel E. Wright se lucen como Ursula y Sebastian. Pero el doblaje en español, tan icónico no se queda atrás, bajo la dirección de Javier Pontón y realizado con un elenco netamente angelino (uno de los pocos filmes Disney sin doblaje hecho en México) tiene a Isela Soto como la perfecta voz cantada de Ariel y a Gabriela León como su voz hablada, a don Guillermo Romano con su potente voz como Tritón y a la magnífica Serena Olvido (una travesti de la vida real) en una deliciosa y única Ursula. La adaptación de las letras de Javier Pontón, salvo algunos defectos en la labia y silabas de más es además de icónica, muy bien realizada. 

Respecto de la animación. La verdad tenía muchas reservas a como se vería en alta definición. La animación de los ochenta no envejeció con gracia. No es la brillante y cuidada animación realizada entre los treinta y cincuenta, ni el coqueto Xerox desarrollado en los sesenta, o mucho menos la brillante animación realizada con CAPS. La Sirenita es la última hija realizada bajo el Xerox mejorado desarrollado a principios de los ochenta que permitió eliminar ese 'suciedad de sketch' presente desde 101 Dálmatas pero que en muchos casos se ve poco desmejorado en especial con el alta definición. 

Sin embargo fue una muy grata sorpresa, La Sirenita luce brillante, radiante y preciosa en alta definición. Claro, el HD resalta el hecho de que los fondos son independientes a los personajes, más por la rotoscopia aplicada en su conversión a 3D, lo cual le resta un poco de homogeneidad, pero fuera de ese detalle no hay ninguna queja. El filme luce espectacular, demostrando una vez más que el trabajo técnico realizado por Disney es atemporal, cuestión de ver que otras animaciones de los ochenta no lucen hoy con tal dignidad y garbo. 

Como comenté líneas arriba, el material extra de La Sirenita (que anda por las tres horas) es extenso y bastante interesante, reconstruye la forma en que planteado el proyecto, su desarrollo, hay entrevistas con practicamente todos los participantes relevantes. Hay vídeos musicales, escenas eliminadas, chistes locales, y hasta una enciclopedia de animales marinos ciertamente divertida. Son un buen acompañamiento, pues.

Veinticuatro años después La Sirenita reafirma su relevancia dentro de la filmografía Disney así como la animación en general, presentándose una vez más, con la misma energía, calidez y calidad que la hicieron un éxito en 1989. La Sirenita es pues, por derecho propio, lo que llamamos un clásico cinematográfico.

Y en la próxima madeja: Review de María de todos los Ángeles.