lunes, 11 de enero de 2016

La Familia de Diez

La Madeja del Gato (teatral)
Madeja #319
Por Christopher Vergara

Una Familia de Diez fue de las últimas comedias que Televisa produjo con bastante éxito (y eso fue hace ya la friolera de ocho años) y que hasta la fecha sigue repitiendo de manera constante dentro de sus señales abiertas de y cable. Y la verdad es que con merecido reconocimiento, pues se trata de uno de los trabajos más pulidos de Jorge Ortiz de Pinedo: una comedia de situación con unos personajes perfectamente delineados y situaciones hilarantes y desternillantes que forman una de esas combinaciones únicas que hacen un trabajo memorable. 

Televisa prometió, como en muchas otras situaciones, una segunda temporada que es hora que aún no llega (y quizá nunca lo haga), lo que llevó a Jorge Ortíz de Pinedo a revivir tan amada serie en el teatro, presentándose desde hace dos años, y con muchas posibilidades de continuar, tanto en la Ciudad de México (donde se ha presentado en el Teatro López Tarso, del Centro Cultural San Ángel) como en el interior de la República con una intensa y larga gira. 

La Familia de Diez (así titulada en el teatro) es una adaptación libre de El Casado Casa Quiere, una comedia española obra del dramaturgo Alfonso Paso, la cual narra las aventuras y desventuras de una familia de cada vez más integrantes que se encuentra cada vez más apretada en un pequeño departamento de mala muerte y donde de todos los integrantes, sólo dos aportan al gasto familiar. 

La obra, en general narra los eventos más importantes que vimos en la serie (y que seguramente son el arco dramático principal de la obra de Paso). La llegada de Gaby, la esposa de Plutarco a la casa, la llegada de Aldolfo, pareja de la Nena y finalmente el triunfo de los López en ganar una casa en un concurso de televisión. 

Dicen que las mismas historias nos las pueden volver a contar siempre que se haga bien y este es el caso de La Familia de Diez. Aunque es una historia conocida, verla en el teatro es una delicia, no sólo por la irrepetible conexión que existe en cada función entre elenco y público, sino por la manera muy elegante y divertida en que Ortiz de Pinedo ha mantenido actualizado y fresco el guión además de lo que siempre ha sido la mayor fortaleza de la serie: el carisma que derrochan sus protagonistas. 

Es un gran alivio que (casi) todo el elenco de la serie se mantenga intacto. No sólo por revivir lo que vimos en televisión, sino por la química única que tienen en escena. Desde Jorge Ortiz de Pinedo que realiza los más geniales monólogos de queja (el monólogo sobre los adultos mayores en los supermercados es inolvidable y delirante) como Plácido, hasta Ricardo Margaleff que se lleva las palmas con la comedia física del entrañable Plutarco, no hay uno de los miembros del elenco que este mal. 

Don Eduardo Manzano como el zangano y tragón Arnoldo resulta todo un goce, en especial por ver una leyenda del entretenimiento en escena, vital y lleno de vida, regalándonos un personaje tierno e irreverente al mismo tiempo. María Fernanda García como la dramática e hipocondríaca Licha es una delicia pese a su poco tiempo en escena. Mariana Botas como la ignorante pero presumida Martina es realmente muy divertida. 

Jessica Segura como Tecla, la 'ahijada' del abuelo que se viene desde su pueblo es desternillante, en especial con su astucia en la tecnología. Andrea Torre como la Nena mantiene esa frescura como la pobre hija de Licha, lo mismo que Moisés Iván Mora como Aldolfo, su activista y bueno para nada novio. 

Renata es el único cambio en la obra, pues en esta ocasión lo interpreta Laura Luz, quien logra con bastante carisma y energía sacar a tal personaje, haciéndolo suyo y sin necesidad de fusilar o imitar lo que era nítido en el personaje que en pantalla (y una parte de la gira) realizó Zully Keith, que eran los errores de confusión con sus múltiples novios. 

Finalmente está Daniela Luján. Una de mis actrices favoritas de toda la vida (y cuando digo de toda la vida, es desde que ambos eramos infantes), la razón por la que vi y me enamoré de la serie y quien como la ingenua y carismática Gaby del Valle, roba escena y genera risas con su inigualable Principo Plutarco. 

Podría narrar decenas de escenas y grandes momentos que la obra contiene, pero es mejor que las vean con sus propios ojos; La Familia de Diez es no sólo una cálida reflexión sobre las familias mexicanas y los retos que implica establecer un hogar propio sin terminar completamente hacinados, es una desternillante comedia que prueba las mejores dotes de Ortiz de Pinedo como productor: conjuntar un gran elenco que lleve a la vida un libreto inteligente y bien estructurado, que además te hará reír durante dos horas. 

Porque al final, el casado casa quiere. 

Y en la próxima madeja: Review de Como Quieras Perro Amame