domingo, 14 de febrero de 2016

Deadpool

La Madeja del Gato (con chimichangas)
Madeja #321
Por Christopher Vergara

Cuando lees de forma regular cómics es inevitable desarrollo afecto o afinidad por uno o varios personajes. Conectas con ellos de tal forma que se vuelven tus favoritos sea porque te caen bien, te identificas con ellos o los admiras. Los X-Men (en especial Jean Grey, Storm y Nightcrawler) siempre han sido mis favoritos. Y así como hay personajes de los que te enamoras inmediatamente hay otros que ni con verlos diez mil veces te caen bien. Eso me pasaba con Deadpool. 

Creado en 1991 dentro de las paginas de New Mutants (pronto a cambiar en X-Force) de la mente siempre inquieta de Rob Liefeld junto con Fabian Nicieza, Deadpool es un claro ejemplo de muchas cosas que estaban mal en la industria del comic, empezando con el nunca consistente o lógico pero muy energético dibujo de Liefeld pasando por la violencia excesiva, la carencia de tramas con sustancia, el shock value gratuito hasta llegar al absurdo donde un cómic vendía porque un personaje usaba grandes pistolas (si, hablo de ti mi querido Cable). Aunque muchos lo adoran en mi particular punto de vista Deadpool es una fantasía masturbatoria violenta y parlanchina de Liefeld. 

Y en cierta forma lo es, pero con el paso de los años, y la pluma de guionistas más capaces como Joe Kelly, Gail Simone, Daniel Way o Gerry Duggan, Deadpool se fue convirtiendo en un favorito de la audiencia gracias a una combinación de humor agil y parlanchino con violencia y acción (como el hijo perdido de Spider-Man y Wolverine). De ahí que Fox mostrará interés en el personaje aunque no mucho tino cuando realizó una nada afortunada y poco fiel adaptación del personaje en X-Men: Orígenes Wolverine, donde Ryan Reynolds vio por primera vez como se le iba el tren del superheroísmo (que se le volvería a ir en Green Lantern). 

Pero la tercera es la vencida y gracias a la entrega e insistencia de Reynolds y Lauren Shulen Donner, productor de largo cuño de la franquicia mutante para Fox, el proyecto de alguna forma se mantuvo en trabajo, incluyendo una prueba de pantalla mucho más fiel al personaje del cómic (tal y como Lauren y Ryan siempre quisieron) que se filtró en 2012 y fue la punta de lanza para que Fox diera luz verde al proyecto con esta visión en mente. 

Y las cosas empezaron a correr por si solas, no sólo Reynolds encantado aceptó volver a encarnar el personaje principal, sino Shulen Donner y Simon Kinberg lograron crear una tormenta creativa perfecta que incluye al debutante Tim Miller en la dirección y a Rhett Reese y Paul Wernick en el guión. 

Deadpool nos narra la historia de Wade Wilson, un ex soldado que se gana la vida como mercenario de adolescentes y que se enamora de Vanessa Carlysle, una escort con quien vive un año de apasionado romance hasta que le es detectado cáncer. Entonces es contactado por una misteriosa agencia que le ofrece curarse de su enfermedad sin saber que realmente esta aceptando participar en un proyecto del mutante Ajax, que busca replicar un proceso del proyecto Weapon X donde se activan los genes mutantes en humanos normales mediante metodos violentos y que en Wade se manifiestan con un factor de curación acelerado. 

Deforme y sin valor para contactar a Vanessa, Wade decide hacerse un traje y convertirse en Deadpool, una suerte de antihéroe mercenario que tiene como principal objetivo cazar a Ajax y obligarlo a que le arregle su fealdad. A la par de esto deberá lidiar con los X-Men, Colossus y Negasonic Teenage Warhead que desean reclutarlo para que se una a los X-Men. 

Deadpool es una adaptación extremadamente fiel del mercenario bocón a la pantalla grande. Tiene muchos chistes, muchas groserías, mucha violencia, algo de sexo, algo de profanidad, y mucho humor. Y funciona increíblemente. 

Esta película denota algo en toda su realización que muchas cintas igual poseen pero no presumen: esta hecha con muchas ganas y mucho corazón. Realmente el director, guionistas, actores y equipo técnico dejaron el alma en esta cinta, se diviertieron haciéndola y fueron honestos en sus pretensiones. Es imposible no amar y divertirse con una cinta que sólo despide buena onda y buena vibra, aun con lo profana y grosera que pueda sentirse. 

Ryan Reynolds finalmente se redimió y encontró el papel de su carrera. Olviden el anterior Deadpool, olviden a Green Lantern. Ryan Reynolds nació para hacer este papel. Todo gira de forma tan perfecta alrededor de su interpretación que es imposible no sentir simpatía y cariño por el personaje aun cuando es un menso.

La cinta es muy divertida, tiene secuencias realmente desternillantes de risa (cuando se rompe las extremidades con Colossus es por mucho mi secuencia favorita). La acción es adecuada y muy divertida y la historia fluye de forma muy natural. La forma en que Deadpool rompe la cuarta pared es fenomenal. Como dije, es una tormenta creativa perfecta. 

Incluso aquellos elementos que ligan esta cinta con la franquicia mutante están bien, aunque Negasonic Teenage Warhead sea una versión muy libre del personaje y Colossus desconozca el personaje que conocíamos de cintas anteriores (además de que la cinta pone en contradicción toda la franquicia mutante o sigue pretendiendo ignorar que X-Men: Origins Wolverine sucedió). 

Yo no daba un peso por Deadpool hace un año y me parecía una cinta que no tendría futuro o me llamaría la atención. Pero en un primer momento la publicidad me cautivo por irreverente y divertida. Por bien hecha. La cinta fue una grata cristalización de mis expectativas. 

No se si sea fan o no de Deadpool, pero me encantó su película y espero la secuela. Ojalá sigan por esta senda. Cuando Fox se lo propone maneja con maestría la franquicia mutante, incluso sin Bryan Singer. Ojalá sigan por esta senda. 

Y en la próxima madeja: Review de La Jaula de Las Locas.

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