jueves, 3 de abril de 2014

Capitán América y el Soldado del Invierno

La Madeja del Gato (vengadora)
Madeja #258
Por Christopher Vergara

Ser un héroe no es tan fácil como lo era hace setenta años. El mundo de hoy se ha tornado complejo, repleto de grises, que hacen difícil distinguir los blancos de los negros, mucho más si fuiste criado y creciste en un mundo mucho más sencillo de entender que el actual donde has despertado. Ese será siempre el eterno dilema del Capitán América, el hombre fuera de tiempo que lucha por salvaguardar sus ideales en un mundo en el que cada vez importan menos las ideas y más los resultados. 

Capitán América y el Soldado del Invierno es la secuela directa del primer filme del Capitán que nos contó su origen por allá de 2011 pero a la vez es la continuación de Los Vengadores, el filme de 2012 que reintrodujo al Capitán al contexto actual a la vez que lo hizo líder del equipo de superhéroes más poderosos del planeta. Es decir, no estamos ya situados en la década de los cuarenta donde se desarrolló básicamente el primer filme, sino en la actualidad, donde nuestro querido Capitán se enfrenta a dilemas morales para los que jamás soñó lidiar. 

Bajo la dirección de los hermanos, Anthony y Joe Russo, directores de You, Me and Dupree y de diversos episodios de Arrested Development y Happy Endings, y con guión de Christopher Marcus y Stephen McFeely, guionistas de las tres adaptaciones de Las Crónicas de Narnia así como Thor: The Dark World, Capitán América y el Soldado del Invierno nos narra los eventos posteriores a The Avengers, con un Capitán América (Chris Evans) convertido en agente de S.H.I.E.L.D, que empieza a descubrir que los modos de operar de la agencia, no son del todo públicos, sino llenos de secretos y misterios, aunque del director Nick Fury (Samuel L. Jackson), hacía el mismo Capitán. 

Todo cambia radicalmente y toma nuevo sentido, cuando Nick Fury es presa de ataques que revelan un funesto secreto que se remonta a los orígenes de S.H.I.E.L.D., la asociación está infiltrada hasta el tuétano por HYDRA, la perversa asociación liderada por Red Skull en los cuarenta que subsistió al fin de los Nazis y sigue persiguiendo su objetivo de controlar al mundo. Será entonces tarea del Capitán América, junto con sus aliados, Black Widow (Scarlet Johansson) y Falcon (Anthony Mackie) revertir los destructivos planes de HYDRA, mientras el Capitán enfrenta sus demonios del pasado en la figura del (no tan) misterioso Soldado del Invierno (Sebastian Stan). 

La película ha sido recibida de forma muy positiva por la crítica que le ha dado magníficas reseñas y realmente ello es cierto. Como pieza de entretenimiento estamos ante uno de los productos más solidos del Universo Marvel. El guión no sólo está cargado de buenas ideas, sino que está ejecutado de manera muy adecuada. Los giros dramáticos, los gags cómicos, las secuencias de acción, todo está bien medido y calibrado. En ese sentido Marcus y McFeely logran un trabajo mucho más solido que en Thor. The Dark World. El guión no sólo tiene la fortaleza de ser estructuralmente solido y entretenido sino que reflexiona sobre el rol del héroe en el personaje del Capitán América. 

La dirección es muy afortunada, pese a que la experiencia de los directos es básicamente en comedia, la verdad es que está se halla mucho más medida que en otros productos Marvel. Las actuaciones están bastante entonadas y adecuadas, destacando como siempre Evans, Johansson y Jackson, con la muy agradable adición de Mackie como Falcon, un héroe de segunda que sin embargo no se siente tan insulso como War Machine en Iron Man. Robert Redford como Alexander Pierce cumple bastante bien, lo mismo que roles pequeños como el de Hayley Atwell como Peggy Carter, la vieja amiga del Capitán y su nieta y prospecto para Steve, Sharon Carter, interpretada por Emily VanCamp. 

La película contiene muchos más efectos que su antecesora, pero éstos, a cargo de Industrial Light & Magic (una subsidiria de Lucasfilm, ergo irónicamente también de Disney) están bastante bien hechos, y como dije, las secuencias de acción son francamente delirantes. 

Retomando el punto comentado dos párrafos atrás, es realmente interesante la reflexión que realiza el filme sobre el rol del Capitán América en el mundo actual. Como dije. el 2014 no es 1945, cuando fácilmente se podía distinguir lo bueno de lo malo, el mundo actual es mucho más complejo, repleto de matices y tonalidades que hacen difícil mantener la pulcritud y los principios intactos. La misma S.H.I.E.L.D. es presa de ello, al verse envuelta en una estela de corrupción y traiciones consecuencia del método con el cual trabajo durante tantos años. 

El Capitán entonces se halla ante dilemas morales como el eterno debate entre la libertad y la seguridad, que son valores necesariamente contrarios entre si. A mayor seguridad, menores libertades y a mayores libertades, menor seguridad. La tarea de S.H.I.E.L.D. es proteger al mundo pero, ¿a qué costo?. El tema podría parecer trivial pero en realidad son lecturas sociopolíticas muy actuales, como las que los avances tecnológicos nos ponen hoy en día. 

Tal como el algoritmo de Armin Zola revela, hoy en día es mucho más sencillo conocer a una persona, y conocer si además es peligrosa, en base a toda la cantidad inimaginable de registros que dejamos, de información que tenemos dispersa en diversas fuentes. ¿Debe un gobierno o no registrar y rastrear esa información?, ¿hasta que punto hay razones válidas de seguridad y hasta que punto se invade la privacidad de las personas en un afán de controlarlas?, ¿qué es más inadecuado, realizar éstas acciones, o no realizarlas a sabiendas de qué alguien más las va a realizar?. 

Y a todo esto, ¿cuál es el rol del Capitán América frente a éstas situaciones?. El guión entonces tiene un giro soberbio al mostrar con claridad cuál es el rol del Capitán América en el mundo actual. El Capitán es un símbolo, un símbolo de gran calado para Estados Unidos y para el mundo entero, pero su papel no es ser ni un empleado del gobierno, ni un defensor siquiera de los valores americanos. No, el rol del Capitán América es el mismo que jugó en 1945 pero con mucha más claridad: el Capitán América existe para defender la libertad de las personas. 

Ideologías aparte, guerras dejadas de lado, sin Nazis de frente, la amenaza principal en 1945 era la libertad. Hoy las cosas son mucho más complejas, la confianza se gana más difícilmente y se pierde más sencillamente, pero la cuestión sigue siendo la misma, la libertad. El Capitán América es el guardián de la libertad, y la libertad implica sacrificar incluso instituciones fundamentales como S.H.I.E.L.D. que queda practicamente en ruinas tras los eventos de la película. 

En el contexto actual, el Capitán América es quizá el héroe con mayores problemas de universalidad, por su origen netamente patriótico, pero el tratamiento al personaje es más que adecuado, resaltando sus inherentes valores esenciales, que tienen sin lugar a dudas, impacto global. 

Y en la próxima madeja: El nuevo Consejo General del INE.

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