lunes, 7 de abril de 2014

El Consejo General dei INE

La Madeja del Gato (electoral)
Madeja #259
Por Christopher Vergara

El pasado jueves con 417 votos a favor (del PRI, PAN, las corrientes mayoritarias del PRD, NA, PVEM y la mayor parte del PT), 41 en contra de casi toda la bancada de Movimiento Ciudadano y 23 diputados del PRD, así como cuatro abstenciones del PT fue electo el Consejo General del Instituto Nacional Electoral. 

Fueron electos ocho hombre y tres mujeres para periodos constitucionales a nueve, seis y tres años, con el fin de mantener el escalonamiento en el Consejo. Y en general lo que podemos decir, pese a todos los malos augurios, chismes, filtraciones, y hasta intentonas ilegales es que el nuevo procedimiento establecido en la Constitución resultó realmente funcional y afortunado. El Consejo General electo en términos generales es bastante bueno. Un Consejo quizá no visto en muchos años. 

Se podrán decir santo y misa sobre los mismos argumentos de siempre: que si hubo reparto de cuotas, que si los consejeros son correas de transmisión de quienes los impulsaron, que si el PRI arrasó con las posiciones convirtiéndolo en el PRINE y una serie de sin sentidos, que sólo demuestran por un lado la pequeñez de clase política que tenemos y como fácilmente el discurso antipolítica es reproducido por los medios y comprado por la gente. 

Si de algo podemos estar claramente orgullosos es de la labor que desempeñó el Instituto Federal Electoral durante veintitrés años, y que lo han convertido en una institución solida, funcional y fuerte que no depende de sus consejeros para cumplir a cabalidad las tareas encomendadas. Para ello basta ver el solido labor desempeñado desde noviembre de 2013 cuando el Consejo General de forma extraordinaria e inédita operó con apenas cuatro Consejeros. El Instituto nunca detuvo su marcha y proceder. 

Tenemos entonces una buena institución y creo que en términos generales, salvo aquel espantoso Consejo General entre 2003 y 2007 hemos contado con buenos Consejeros. Pero lo que tenemos hoy en día, promete llevar a buen término la compleja y apresurada reforma electoral de 2015. 

Como Consejero Presidente por nueve años fue electo el Dr. Lorenzo Córdova Vianello. Córdova es un pérfil del cual es difícil tener quejas motivadas. Cuenta con una amplia experiencia académica dentro del Instituto de Investigaciones Jurídicas y la Facultad de Derecho de la UNAM, vasto conocimiento en teoría política, investigación y Derecho Electoral y Constitucional y la experiencia de más de dos años dentro del Consejo General del Instituto Federal Electoral. 

Lorenzo ha sido atacado por prácticamente todos los flancos posibles: para algunos es un izquierdista radical derivado de ser hijo de Arnaldo Córdova, uno de los pilares de la izquierda clásica. Para otros no es más que un caballo negro del PRI, otros más dicen que es un izquierdista light cómodo para el poder, muchos más crítican su falta de conocimiento práctico (lo que quiera que eso signifique). Para peor todos se quieren adjuntar su paternidad, desde el PRI y los Chuchos hasta algunos miembros del PAN. 

Irónicamente esa es la mejor prueba de que Lorenzo no se debe a nadie más que asi mismo y a su trabajo y prestigio que lo respaldan desde hace años. Yo personalmente conozco al Doctor pues tuve la fortuna de ser alumno de él hace un tiempo. Y puedo decir que si, efectivamente su ideología es de izquierda, no radical y obcecada como la de Morena, sino una izquierda racional y plural, como la que necesitamos hoy en día. También puedo dar fe de su inteligencia y conocimiento en los temas de los que es experto. 

Pero más que eso, se debe destacar que Lorenzo pese a su ideología es un demócrata convencido, que busca convencer en sus posiciones, pero sabe aceptar cuando la votación le es contraria, y más importante, que conoce el valor de la institucionalidad, en especial en una Institución de tal calibre como el IFE/INE. Para ello no se requiere haber sido su alumno, basta revisar sus votaciones y discursos en el Consejo General. 

Algunos izquierdistas trasnochados lo acusaron de ser parte de la 'mafía' que convalidó el 'monumental fraude electoral' de 2012. Lo cual es completamente falso. Lo que éstas personas no quieren ver es que sus acusaciones carecieron en todo momento de sustento y pruebas, convirtiéndose meramente en acusaciones cargadas de ideología y teorías conspiratorias. La actuación del Instituto fue siempre la correcta, aun en delicados temas como la fiscalización, donde unos se pasaron de inteligentes y los otros de tontos al hacer sus cuentas. 

Para cerrar el tema, Lorenzo Córdova es una buena apuesta de los partidos para el INE. No va a estar sometido a ninguno, se conducirá por los cauces legales que la legislación marque, siempre buscando las mejores condiciones democráticas para todos. No unos cuantos intereses sectarios. Como dice el clásico, al tiempo. 

Los restantes diez Consejeros merecen en general todo nuestro respeto o al menos el beneficio de la duda. Para un periodo de nueve años fueron electos: Adriana Margarita Favela Herrara, ex-magistrada electoral en la Sala Regional de Toluca y es que considerada una ficha del PRI así como cercana a la Magistrada Electoral María del Carmen Alanís, José Roberto Ruíz Saldaña, abogado y filosofo, que cuenta con experiencia en la Sala Regional del DF del Tribunal Electoral, uno de los perfiles ciertamente menos conocidos y que supuestamente contó con apoyo del PAN. Finalmente fue designados Ciro Murayama Rendón, economista cercano al grupo de José Woldenberg (de donde también abreva Lorenzo Córdova), y considerado una ficha del PRD. 

Para un periodo de seis años fueron electos Marco Antonio Baños y Benito Nacif que como sabemos desde 2008 son miembros del Consejo General del IFE, y aunque son señalados como cartas claras del PRI y el PAN, la verdad es que su trabajo en el IFE, más claramente desde que fueron sólo cuatro Consejeros fue institucional y apegado a la legalidad. Ambos son buenos ejemplos de lo falaz que pueden ser los argumentos sobre las cuotas de partidos, que tocaremos más adelante. 

También para cuatro años fueron electos, Enrique Andrade, abogado que fue coordinador de asesores del Consejero Electoral, Francisco Guerrero, también considerado una carta del PRI, así como Pamela San Martín Ríos y Valles, con experiencia como asesora del Consejero Alfredo Figueroa así como en la Comisión de Derechos Humanos del PRD. Es considerada una carta del PRD por su labor en ambas instituciones. 

Finalmente para tres años fueron seleccionados: Beatriz Eugenia Galindo Centeno, que fungió como Magistrada Electoral de la Sala Regional en Monterrey durante ocho años, y también es considerada carta del PRI. Arturo Sánchez Gutiérrez, sociólogo, Consejero en el Consejo General de Ugalde y carta de Acción Nacional así como Javier Santiago Castillo, ex-Presidente del primer Consejo General del IEDF, y en automático carta del PRD. 

Como se puede ver, visto así con cuatro consejeros para el PRI, tres para el PRD, tres para el PAN y sabrá el señor a quién le quieran adjudicar al Doctor Córdova. Para mi, éstas son simplemente niñerías y argumentos bobos para posteriormente intentar minar la legitimidad de la autoridad electoral cuando no sea favorable a tales o cuales partidos. 

Es imposible pedir personas puras y sin ideología, amigos, preferencias o pasado. Es imposible, tendrían que ser maquinas y aún si fueran maquinas serían acusadas de estar manipuladas. Todas las personas tenemos nuestros pasados, nuestras simpatías, nuestros amigos y nuestros enemigos, pero eso no define como vamos trabajar, ni quienes somos. Es falso que quien impulse a tal o cual Consejero signifique actuar de tal o cual manera. 

Es en las capacidades y en la experiencia que se determina el actuar de una persona dentro de una institución. El tan recordado Consejo General de José Woldenberg es el más claro ejemplo de ello. Por dios, ahí había personajes de toda raigambre política, muchos de los cuales después se integraron a todos los partidos. Su trabajo fue loable porqué más allá de sus circunstancias ideologícas o su pasado, su trabajo fue institucional y con apego a la legalidad. Y ésto no lo dan los amigos o padrinos, lo da la experiencia. Ese Consejo de Woldenberg fue igual de cuotizado que los subsecuentes, fueron la calidad y perfil de sus integrantes lo que marcó la diferencia.

El grave error del Consejo General de 2003 y en menor medida de los subsecuentes fue apostar por perfiles menores, facilmente manipulables y desconocedores de la función electoral. La virtud del Comité Técnico de Evaluación surgido de éste proceso fue el alto compromiso de sus integrantes que resultó en una selección de verdaderos profesionales en materia electoral. Los más de 50 candidatos contenidos en las quintetas tenían experiencia profesional que los avalaba más allá de quien los impulsó. 

El Consejo General electo es francamente bueno, tenemos expertos provenientes de la Academia como Murayama y Ruíz Saldaña, de la jurisdicción electoral como Favela y Galindo Centeno y de la administración electoral como Santiago Castillo, San Martín Ríos y Valles, Enrique Andrade y ex Consejeros de probada experiencia, como el mismo Córdova, Baños, Nacif y Sánchez.Perfiles buenos si, hay, prestigio y reconocimiento también y eso elimina o reduce ampliamente cualquier posible presión de los partidos políticos. 

Los retos de la reforma electoral de 2013 son aun demasiados, simplemente el tener una adecuada y funcional legislación electoral es un reto tan grande como la reforma misma, un reto en el cual estamos contra reloj en todo sentido para la implementación acelerada de la reforma para el proceso electoral federal de 2015 y los procesos locales en más de 15 entidades federativas requieren talento, inteligencia, audacia y temple. El nuevo Consejo General del Instituto Nacional Electoral cuenta con esas características. Pero ellos no pueden solos, requieren una clase política que continué a la altura de las circunstancias y más importante, una ciudadanía que continúe dando su apoyo y soporte al Instituto Nacional Electoral tal como se hizo durante veintitrés años con el Instituto Federal Electoral.

Démosle un voto de confianza a la autoridad electoral, estoy seguro de que, aún y con nuestra funesta clase política, el INE nos entregará buenas cuentas en 2015. Al tiempo. 

Y en la próxima madeja: Los peros del Seguro de Desempleo.

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