sábado, 8 de febrero de 2014

Sobre la indiferencia

Toda mi vida he temido a la indiferencia. 

Es por ello que muchas veces me esfuerzo tanto con las personas, muchas veces más de lo que realmente necesitan o merecen. Tengo una solida necesidad de ser recordado por otros que buena parte de mi aprobación viene del exterior. Quizá estoy mezclando conceptos, pero en resumen la indiferencia de otros me lastima y hace sentir ignorado. Ni siquiera es como tal un miedo a la soledad, es un miedo a que nadie me recuerde. 

Ultimamente hay otro tipo de indiferencia que me está preocupando cada vez un poco más. Uno que noté hace tiempo y que cada vez he ido sintiendo más fuerte. La indiferencia sobre aquello que siento. 

De ello fui consciente hace un año o algo así, viendo un episodio de Once Upon a Time (lo sé, así de patético soy en ocasiones). En ese episodio se cuenta porqué la Reina Malvada odia a Blanca Nieves. De alguna manera Blanca Nieves fue culpable de la muerte de el único hombre que la Reina alguna vez amo en su vida. 

Más allá de la historia y todo lo relativo a la serie (que es magnífica), lo que realmente me traumó fue ver, sentir de manera clara como el corazón de la Reina no sólo se rompía, más que eso, se hacía duro, se cerraba, no dejaba entrar nada nunca más en su vida. 

Proporciones guardadas y sin odio, claro. Pues, así me he sentido últimamente. Tras mi último fracaso amoroso, el último de tanto, y tras una medianamente breve depresión tras ello. Me he sentido... completamente indiferente ante el amor, y en menor medida ante todo lo demás. Como si, inconscientemente, no quisiera nada. 

Anteriormente, recuerdo que como muchos de mis amigos y amigas, solía ir por las calles pues viendo chicos. Quizá jamás les hablaba ni nada por el estilo, pero los veía, me sentía atraído hacía ellos, me gustaban, y hasta los sabroseaba para ser textual. Pero éstos días, ya no lo hago. Me he dado cuenta que difícilmente veo a los chicos y mucho menos pienso en ellos más que humanos comunes y corrientes como todos los demás con los cuales no tengo ninguna relación. 

Otro aspecto donde lo he notado es que... ya ni siquiera me duele tanto. Antes, cada cierto tiempo, me deprimía estar solo y lloraba por ello. Ya casi no lo hago. Incluso en ocasiones me he sentido triste por ello o por otras cosas, y realmente no me he sentido tan triste como para llorar. Me ha costado mucho trabajar llorar. Ya no me sucede tan facilmente como antes. Y no es que me guste llorar, pero hacerlo muchas veces me aliviaba y otras me hacía sentir algo.

Aunque por el contrario, y creo que como consecuencia de, me he vuelto un sensible de primera. O me conmuevo facilmente. Me ha pasado, en más de una ocasión, que ciertas cosas, como una película o ciertas imagenes en la calle, me conmueven de manera fuerte y me causan algunas lágrimas. Como si una mezcla de celos con nostalgia inexistente se apoderará de mi y me hiciera llorar. Rompiera ese envase y sacara todo.

Y me preocupa mucho porqué... bueno, no convertirme en una de esas personas amargadas e insensibles que se pierden en ellas mismas simplemente porqué han perdido la fe. No cuando se que puedo ser tan romántico y tan entregado y apasionado en una relación. Cuando creo de sobremanera en el amor y le doy vital importancia en mi vida. Sería como fracasar en el gran momento de tu vida y condenar el resto de ella al olvido.

No quiero dejar de sentir, ni dejar de buscar algo. Quiero volver a emocionarme, a enamorarme, e incluso quiero volver a sentir esa especie de dolor tras un fracaso. No quiero volverme una persona insensible. Pero, ¿cómo hacerlo?, ¿cómo te vuelves a emocionar por algo que nunca llega?. Es difícil mantener la misma esperanza e ilusión cuando todo conduce a apagarla. Sinceramente a veces quisiera saber que me sucede y porqué me siento así.

Tampoco es que no quiera o busque una relación. Lo sigo haciendo, pero ya no siento esa emoción o e ímpetu al hacerlo. Quizá mezclado un poco con alguna depresión o algo así, pero se siente como, si supiera que no lo voy a obtener y que sólo estoy lánzadome al vacío sabiendo que caeré. Como si hubiera perdido la fe. 

¿Cómo dejas de ser indiferente ante ello?, ¿cómo logras volver a conectar y volver a emocionarte?. Incluso más allá de que la vida parece negarse sistemáticamente a lo que busco. ¿Cómo logras perder la indiferencia?, ¿cómo recuperas la pasión por algo?, en especial algo tan importante como eso. Es decir, ¿cómo vuelves a sentir esa emoción?, ¿cómo crees en algo en lo que llevas tanto tiempo soñando?.

En muchos sentidos siento que mi vida no tiene dirección y mucho menos destino, aunque se que parte de ello es propio de la edad y del momento en que me halló en mi vida. Pero se que en éste aspecto que relato no. No debería sentirme tan perdido y tan tonto y tan inútil en ello. 

A veces siento que la respuesta se halla en factores externos a mi, que se hallan fuera de mi control. Pero, sinceramente no sé. Igual y realmente debo aceptar que así va a ser toda mi vida, y tomar esa indiferencia como aquello que me permitirá sobrevivir a todo. ¿Pero ese no es el mejor escenario, verdad?. 

Quizá es una prueba. Deseo que sea la tormenta oscura antes del claro amanecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario