martes, 17 de abril de 2012

La nacionalización de YPF

La Madeja del Gato (petrólera)
Madeja #160
Por Christopher Vergara

Ayer amanecimos con la noticia (en realidad largamente anunciada) de que el gobierno de la Argentina, encabezado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, decidió decretar la utilidad pública y en consecuencia la sujeción a expropiación de YPF S.A., enviando el proyecto de decreto al Congreso para su posterior aprobación. Es decir, la Argentina recuperó para si YPF.

YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) fue desde su creación en 1922 una empresa estatal pivote del desarrollo industrial y el crecimiento económico de la Argentina de los 30's. Durante los míticos gobiernos de Juan Domingo Perón y sucesores hasta principios de los 70's YPF fue punta de lanza del crecimiento sostenido y sólido que presentó Argentina en aquellos años. 

Desgraciadamente, al arribo de de la terrible dictadura militar durante la decada de los 70's y 80's, YPF fue utilizada como la caja chica de los militares que sólo se dedicaron a exprimirla, dejar de invertir en ella, en resumen, a explotarla, secarla y dejarla morir. 

Es así que al final de la dictadura la situación de YPF, al igual que buena parte de las instituciones y empresas del Estado argentino se encontraban al bordo del colapso. Es en estas situaciones que, inmersos en la locura neoliberal que vivió Argentina en los 90's (de la cual afortundamente salieron a diferencia de nosotros), el gobierno de Carlos Saúl Menem (hoy recordado con desprecio por los argentinos) decidió iniciar una paulatina privatización. 

Iniciando con el cambio de tipo societario (de una Sociedad de Estado a una Sociedad Anónima), el gobierno empezó a ceder el conrol sobre la empresa de la cual para 1997 el Estado Argentino sólo controlaba el 25% (más la famosa e inútil acción de oro) mientras el 75% restante se hallaba en manos de inversores locales. 

Para 1999 Menem y su sucesor Fernando de la Rúa lograron su objetivo, al vender la compañia a la española Repsol quien por poco más de 15 mil millones de dólares se hizo de alrededor del 97.8% de YPF, integrandola a su grupo empresarial. 

Los Kirchner nunca vieron con buenos ojos esa posesión de Repsol sobre YPF, aunque en un principio (bueh, durante los primeros 8 años de gobierno kirchnerista) con sus altas y bajas existó una relación más o menos aceptable. Sin embargo los Kirchner impulsaron (durante la administración de Nestor) que Repsol disminuyera su inversión en YPF, así en 2007 lograron que Enrique Eskenazi (y su Grupo Petersen) empresario argentino de la construcción entre otras y cercano al regímen, adquiriera 14.9% del paquete accionario que para 2011 aumentó a poco más del 25%. 

En esas condiciones, Repsol poseía el 57% de YPF, Grupo Petersen el 25%, alrededor de 17% en manos de inversores privados nacionales y un simbólico 0.02% (entre ellos la mentada acción de oro) en manos del Estado Nacional. 

Sin embargo, la venta de YPF a Repsol se da en el marco de ciertas negociaciones por las cuales (de manera entendible) Argentina tiene ciertas preferencias y derechos para utilizar los recursos que YPF genera, tanto a nivel de productos (crudo, gases, derivados, entre otros) como en ganancias. 

Y encontramos en los productos la razón por la cual el gobierno argentino puede declarar la utilidad pública y es que este argumenta una serie de incumplimientos por parte de Repsol que han dañado la economía argentina, entre ellos que en 2011 Argentina tuviera que importar una cantidad record de combustibles que alcanzó más de 9 mil millones de dólares (explicado en parte por una mayor necesidad de combustibles consecuencia del crecimiento que no fueron atendidos por YPF, obligando al gobierno a realizar importaciones). Casi el doble de los registrados en 2008 y 2010 y una situación agravada desde 2003 creciendo gravemente. 

Además el gobierno señala una importante caida en las reservas de YPF (que cabe señalar controla buena parte de los pozos petróleros que se ubican en Argentina) lo cual llevó sus reservas de 1,343 millones de barriles de petrólero a poco menos de 666 millones de barrilles en un plazo de 10 años. Es decir, YPF no ha realizado exploraciones ni investigaciones de relevancia que hayan repuesto el nivel de reservas de la compañia. 

Finalmente el gobierno de Fernández señala un dato relativo a la 'voracidad' de Repsol y es que esta sólo ha tomando (una vez más) a YPF como su vaca de ordeña empresa que en 12 años le ha representado ganancias de cuando menos 8 mil millones de dólares libres de polvo y paja que obviamente no se han quedado en la Argentina y han terminado en los bolsillo de los españoles dueños de Repsol. 

Con estos tres argumentos claves, baja de reservas y falta de inversiones, aumento de importaciones es que el gobierno lanza el decreto que por otro lado unicamente se refiere a acciones de Repsol (que la dejarian con el 6% del capital total de la compañia) lo cual como es obviamente lógico generó una reacción airada y furibunda del Presidente del gobierno español, Mariano Rajoy y hasta de comparsas payasos como el señor Felipe Calderón. 

Pero eso no le quita un ápice del gran valor y profunda inteligencia que entraña esa decisión de la Presidenta Fernández, pues es una decisión que entraña una visión de Estado y altura de miras hacia el largo plazo. Conforme avancen los tiempos la disponibilidad de recursos petróleros será más escasa y los hallazgos serán o menores o más dificiles, y es en este complejo contexto que debe corresponder al Estado, y no al capital privado, decidir como administrar esta ventaja y este poco tiempo (relativo) que existe de combustibles a la vez que el cambio de los modelos y fuentes de energía nos alcanza. 

El capítal privado tiene en su busqueda lisa y llana de la ganancia pura el principal obstaculo para tener la visión que se requiere para en principio entender que estamos en el inicio del punto de quiebre de la política energética para los próximos años y en segundo momento para asumir con responsabilidad este momento y lograr el mejor aprovechamiento de los recursos. Como la ganancia misma, el capital privado sólo quiere quemarse las ganancias y seguir adelante en su loca carrera por el dinero. 

Con esta histórica decisión el gobierno argentino no sólo reinvidica un bien que le pertenecia a los argentinos y que dejaron ir sin chistar durante la decada de los 90's donde Menem les vendió ideas de progreso, justicia y crecimiento que nunca se dieron. Además de ello Argentina digan lo que digan los tres leguleyos de siempre, toma en sus manos su destino, que por ahora parece luminoso. Además se confirma la máxima (negada por los ciegos que aun creen en el neoliberalismo) de que si bien hay muchas cosas donde el gobierno no debe intervenir hay otras donde debe tener un rol central y estratégico. 

Bien jugado, señora Presidenta, bien jugado, Cristina. 

El Último Hilo: Este blog esta de manchamanteles pues el próximo jueves cumple 3 años de feliz, prospera y larga existencia. Así lo demuestran las más de 160 entradas que le dan vida a estas bonitas columnas. Por su lectura y atención como siempre, eternos agradecimientos. Vamos por más, siempre. 

Y en la próxima madeja: Cuando toca la campana, review.

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