viernes, 25 de marzo de 2011

El PRD, al 2012, ¿a dónde?

La Madeja del Gato (politologa)
Madeja #106
Por Christopher Vergara

La semana pasada el Consejo Nacional del PRD eligió a la dirigencia que encabezará al partido durante las cruciales elecciones de 2012 y hasta principios de 2014. Tras ardúas negociaciones y pactos, los principales bloques del partido, uno encabezado por Nueva Izquierda y otro encabezado por Izquierda Demócratica Nacional lograron pactar la Presidencia para Jesús Zambrano y la Secretaría General para Dolores Padierna.

El movimiento tiene muchas lecturas, entre ellas la neutralidad y manejo político realizado por Marcelo Ebrard (con mucho el perredista con mayor poder real), así como la conservación de la estructura por parte de los Chuchos, así como la reiteración de la negativa de IDN de abandonar el partido.

Pero más allá de estas lecturas, que han sido agotadas en los días pasados, y de los cuáles los medios, han hecho como siempre gran estruendo, rimbombancia y crítica (mostrando su imparcialidad acostumbrada), la gran interrogante es, tal y como lo ha sido desde 2007, ¿a dónde va el PRD?.

Lo que ha vivido el PRD desde 2007 no ha sido más que la consecuencia de sus principales cánceres, por un lado la necesidad de una figura fuerte que sea el factor real de poder del partido y por otro que sin este factor, las corrientes inician un proceso de autodestrucción sucesivo.

El primer factor surje tras la conducta tomada por Andrés Manuel López Obrador, una conducta que sólo conducia al partido a una innecesaria radicalización y que tuvo su punto de quiebre cuando Nueva Izquierda, dueña del aparato del partido, decidió cortar esa relación provocando una ruptura, con el lider (que no con sus seguidores) que sumió al PRD en una crisis que llevó al segundo factor.

La depredación de las corrientes, esta depredación se cristalizó en el proceso de renovación de la dirigencia en 2008, cuando la polarización llegó a niveles que despretigiaron al partido (con la siempre atenta campaña de los medios), lo cual llevó a la fráctura del partido en 2009 con el PT y Convergencia (los pequeños monstruos a los que el partido dió vida), con la división de la base social lopezobradorista y con una campaña política gris que se resumió en los peores resultados electorales del PRD en años.

La única alternativa que encontró la dirigencia perredista fue la de aliarse con Acción Nacional en diversos estados con el fin de detener a la renovada maquinaria política, las alianzas han demostrado ser exitosas, y han probado ser útiles a la realidad política actual, pero no dejan de indicar que ambos partidos, han dejado de realizar su debida tarea. Además, estas alianzas sólo han venido a desgastar aun más la dinámica interna del partido.

De ahi que Jesús Zambrano y Dolores Padierna deben ser extremadamente inteligentes, se encuentran, más que nunca en los ultimos cinco años, en la posibilidad de generar acuerdos suficientes para relanzar al partido. Ya ni siquiera por ideología, o compromiso social, sino por la mera supervivencia del proyecto del partido.

El 2012 es una fecha crucial, no porque represente necesariamente el (deseable) triunfo de la izquierda como forma de completar la transición política, sino porque debe ser la elección que vuelva a unir a la izquierda, le permita conservar el bastión fundamental que es la Ciudad de México, y le permita renovarse y seguir adelante.

El partido ha caido muy bajo y se ha desgastado de manera terrible en los ultimos meses, puede caer aun más, pero eso no se debe permitir, las corrientes internas del PRD deben ser inteligentes para no seguir depredando el partido, para trabajar en su imagen y relaciones públicas, para reposicionar al partido, para no dejar que el PT y Convergencia sigan creciendo y que a la vez esos votos sigan estando unidos a la izquierda.

Puede que el PRD no gane la elección presidencial de 2012, pero el objetivo central es que el partido siga existiendo y siendo viable, las corrientes internas deben estar conscientes de que el proyecto se esta perdiendo y se tiene que trabajar por que siga vivo, de lo contrario, todo lo hecho durante decadas se habrá ido a la basura.

Esta es la última oportunidad, la oportunidad definitva de que el PRD o cave su tumba o, por mera supervivencia política e incluso económica se reinvente, y sea la opción que México necesita.

Al tiempo.

El Último Hilo: Y si, Andrés Manuel López Obrador sigue siendo la incognita en esta ecuación, sigue teniendo una base social nada despreciable, pero sus acciones y discursos sólo han ido en el sentido de destruir al partido a cambio de su proyecto personal. Ojala Andrés Manuel tenga la sensibilidad e inteligencia, de anteponer el proyecto de izquierda que enarbola, antes que sus fobias para dentro del PRD. Si lo logra, el proyecto tendrá vida, si no, estará en más grave riesgo.

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