martes, 9 de diciembre de 2014

How To Get Away With Murder

La Madeja del Gato (asesina)
Madeja #286
Por Christopher Vergara

Shonda Rhimes es una de las productoras más exitosas en la televisión dramática estadounidense de los últimos años. creadora y productora del éxito de diez temporadas Grey's Anatomy, así como de su spin-off Private Practice, y del drama político Scandal, Rhime decidió presentar dentro de su lucrativo contrato con ABC Studios un proyecto creado por Peter Nowalk, uno de sus pupilos y escritor en los proyectos antes mencionados. 

El proyecto resultó ser How To Get Away With Murder (en español se podría adaptar en Como salirse con la suya asesinando) un brillante y seductor drama legal que contiene todos los elementos de las producciones de Rhimes (sexo, drama, giros de tuerca, tensión, más drama y más sexo) pero dentro de un nivel de sofisticación argumental y actoral bastante apreciable. 

How To Get Away With Murder nos narra la historia de Annalise Keating, una éxitosa abogada postulante y profesora de la Middleton University de Philadelphia, quien cada año elige de entre su grupo a a los mejores estudiantes para trabajar dentro de su firma. Los elegidos resultan cinco talentosos abogados en formación que se van enredando dentro de una trama que enlaza la vida privada de Annalise y sus estudiantes con un terrible caso de asesinato (les dije que a Rhonda le gustaba el drama). 

La serie brilla en primer lugar por la siempre fantástica y más brillante que nunca Viola Davis que entrega un solido trabajo como Annalise, uno quiere comerse a besos a Viola de lo tremenda actriz que entrega. Una mujer apasionada, imperfecta, valiente, llena de contradicciones y que logra dominar sus miedos y demonios. Todo un modelo a seguir que sin caer en el cliché de la abogada todaspuedo entrega un personaje brillante. 

Los estudiantes son francamente fantásticos. Mis favoritos son obviamente el guapisimo Jack Falahee que interpreta a Connor Walsh, el narcicista estudiante que se tira a todo hombre que se le tira enfrente y obviamente a la hermosa y brillante Karla Souza (si, la de Nosotros los Nobles) que se fue a los Estados Unidos para triunfar e interpreta a una estudiante latina idealista, inteligente y muy centrada. Obviamente es imposible no mencionar a el buen Dean Thomas, digo Alfred Enoch que interpreta a Wes Gibbons, el estudiante apenas aceptado en la Universidad sobre el cual gira parte central de la trama. 

Es de reconocer además lo bien construidos que están los guiones, pues no sólo plasman casos legales bastante divertidos e interesantes en cada episodio, sino la forma en que van tejiendo la trama central (mediante una serie de flashbacks intermitentes) es intensa y divertida, además de generar obviamente interés en el espectador para continuar la semana siguiente (sin ir más lejos, el cliffhanger del episodio de mitad de temporada es francamente alucinante). 

Quizá haya ciertos problemas en la longevidad de la serie, no sólo por los múltiples compromisos de Viola, sino porque las tramas que están tejiendo se dirigen hacía un rompimiento total, pero cuando menos los nueve capítulos estrenados han sido sensacionales y los seis restantes pintan igualmente alucinantes. 

Hacía mención al grado de sofisticación que ha logrado Rhimes porque si, lo admito, me parecen tremendamente geniales la escenas de sexo (en especial las gay por lo bien hechas que están), los giros de tuerca son fantásticos, los dramas personales de cada personaje (que si la abogada es infiel con el policía, que si Laurel le gustan señores, que si Wes se enamora de Rebecca y por eso la protege). Todo es muy intenso pero jamás se siente telenovelero, cansino o falso. Las actuaciones son creíbles, las situaciones también, los giros dramáticos son acertados, los personajes están bien construidos. Todo está realizado con una pulcritud e inteligencia proverbiales. 

Es sencillo identificarse con estos personajes, reconocer sus contradicciones en las nuestras propias y sentirnos atrapados en las mismas problemásticas que los personajes. Ese nivel de empatía no todos los dramas realistas lo pueden lograr. Es brillante. Por eso How To Get Away With Murder es la consolidación de Shonda Rhimes como la gran productora de los dramas estadounidenses. Así de simple. 

Y en la próxima madeja: Review de Flash.

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