sábado, 21 de diciembre de 2013

Frozen: Una Aventura Congelada

La Madeja del Gato (animada)
Madeja #245
Por Christopher Vergara

Una de las máximas en todo cuento de hadas es que la magia más poderosa que existe (aunque sea la más difícil de encontrar y comprender) es el amor verdadero. Más aun, el amor verdadero es tan poderoso que es el único capaz de romper cualquier hechizo, por poderoso que éste sea. Sin embargo, pocas veces se nos recuerda que el amor verdadero se manifiesta de muchas y diversas formas. 

Frozen: Una Aventura Congelada, nos cuenta la historia de Anna y Elsa, dos princesas en el reino nórdico de Arendelle, Elsa posee poderes mágicos de nacimiento que le dan control sobre el hielo con los cuales juega con su hermana menor Anna, sin embargo, cuando un accidente pone en peligro la vida de Anna, sus padres deciden separarlas, aislando a Elsa del mundo y haciendo ambas crezcan separadas. 

Tres años después de la muerte de sus padres, cuando Elsa es coronada reina de Arendelle, Anna presiona demasiado a su hermana provocando que ésta explote y revele sus poderes ante todos, tras lo cual decide huir a las montañas desde donde construye un palacio de hielo, sin darse cuenta que ha atrapado a Arendelle en un invierno eterno. Anna, con la ayuda de Kristoff, un vendedor de hielo, Sven, el fiel reno ayudante de Kristoff y Olaf, un muñeco de nieve viviente creación de Elsa, deberá encontrar a su hermana y regresar el ansiado verano al reino de invierno eterno. 

Frozen está muy ligeramente basada en el cuento de hadas La Reina de las Nieves de Hans Christian Andersen, sin embargo, los directores del filme Jennifer Lee (guionista de Wreck-It Ralph y también de Frozen) y Chris Buck (director de Tarzán y Reyes de las Olas) logran construir un hermoso relato sobre el amor fraternal de dos hermanas, en el reafirman el legado cultural y la esencia de Disney a la vez que ofrecen nuevas e interesantes posturas sobre las bases fundacionales del estudio. 

Esto, que parecería una contradicción no lo es. Tras una década verdaderamente complicada, Disney Animation Studios ha ido recuperando poco a poco el prestigio merecidamente ganado desde 1937, cada filme desde La Familia del Futuro de 2007 a superado al anterior y Frozen consolida ésta estela de crecimiento y espectacularidad. Frozen contiene todos los elementos que son insigne en Disney: un cuento de hadas donde el amor verdadero triunfa, canciones fabulosas, unos protagonistas empáticos y simpáticos y unos sidekicks encantadores y divertidos. Los ingredientes de la receta ahí están. 

Pero los ingredientes de la receta no bastan cuando no hay corazón (ahí tenemos desde la insípida Pocahontas hasta la petulante Merida de Valiente), y eso es lo que Jennifer Lee le supo aportar con soberbia maestría. Disney ha intentado durante los últimos años evolucionar el concepto de Princesa ante las críticas que se han formulado a la luz del feminismo y la equidad de género. Tiana habló sobre el trabajo duro como método para conseguir los sueños, Rapunzel mostró que las mujeres también saben golpear además de valerse por si mismas. En Frozen, Elsa nos muestra que las mujeres también saben ejercer el poder y Anna que no hay nada que se interponga entre una chica que busca lograr sus objetivos. 

Habrá voces que digan lo contrario y piensen que la película sólo repite las formulas del pasado mostrando Princesas igual de débiles y necesitadas. Habrá quienes al contrario digan que hasta la misma Bella Durmiente mostraba tales características en su filme. Pero lo cierto es que Frozen consolida el mensaje que Disney busca mostrar sobre lo que es ser una Princesa en el siglo XXI. No sólo en el sentido de mostrar mujeres empoderadas e independientes, sino reafirmar que las debilidades de una persona pueden ser su propia fortaleza cuándo las conocen y deciden enfrentarlas o aprovecharlas. 

Ser Princesa entonces significa abrazar los valores esenciales del feminismo actual sin renunciar a cuestiones más 'banales' como el enamoramiento o el aprecio por la belleza personal. (cuestión dónde muchas feministas casi se quieren aventar al carril del Metro).

Otra lectura sin duda muy rica tiene que ver con la metáfora sobre los errores que cometen los padres, muchas veces sin notarlo. Buscando proteger a sus hijas, los Reyes deciden separarlas, cerrar las puertas del Castillo, y aislar durante años a Elsa en su habitación (algo que si me lo permiten clasifica como maltrato infantil). Peor aun, condicionan a Elsa, y en lugar de ayudarla a explotar sus poderes, la obligan a esconder su talento por miedo a lo que fueran a pensar los demás. Cambién los adjetivos y dejen los verbos y tendrán lo que muchos padres hacen con sus hijos cuándo éstos no son lo que ellos hubieran deseado. Desde una niña a la que no le permiten realizar deportes hasta un niño al que le impiden practicar ballet. Lee acierta al reflejar uno de los errores más cotidianos que tienen los padres, consecuencia de su propia ignorancia y temor.

Elsa creció toda su vida atosigada y atormentada por sus padres que cometieron el grave error de no comprender a su hija, sino sólo buscar limitar quien es. Por ello es que Let It Go / Libre Soy, el musical donde Elsa decide renunciar a esconder quien es y abrazar su esencia tiene un potencial catártico impresionante. Una descripción de la canción que me fascino dice que Let It Go es "mitad Defying Gravity de Wicked y mitad 'estoy tan loca como una cabra y me importa un carajo' lo cual técnicamente sigue siendo Defying Gravity". Y esa descripción es completamente cierta, parte de aceptar quien eres es defraudar a tus padres al deshacer algunas de sus aspiraciones y sueños. El mensaje de Let It Go es inmensamente poderoso, es un himno de liberación y de aceptación, de aceptar que 'el frío es parte también de mi'. El uso de las metáforas es celestial. 

Pero la aventura de Anna tampoco es menospreciable. Anna también sufrió el trauma de crecer pensando que su hermana no la quería, pese a que, con los pocos recuerdos que ella tenía, recordaba lo mucho que disfrutaban juntas y se amaban. Descubrir los poderes de Anna en lugar de asustarla, reafirma el inmenso amor que siente por Elsa y la lleva a emprender un viaje épico donde además conoce lo que es el verdadero amor romántico, que no se diferencia en esencia del fraternal ni de cualquier tipo de amor que básicamente es 'poner de lado tus intereses por el bienestar de otra persona'. 

Que es así como se llega al acto final. Elsa aprende la vieja lección de que el pode corrompe y destruye, y como en su caso en muchas ocasiones se sale de control. Pero es ahí donde la virtud de cuento de hadas aparece y como tal se convierte en un aliciente de esperanza y redención. Es el amor el que salva todo. Es el amor el que ayuda a Elsa a realmente entender sus poderes ya que aprende aquello que sus padres no supieron transmitirle por una mezcla de amor con temor. El amor es aquello que modula las almas y convierte el frío más congelante en un cálido abrazo, es aquello que le permite tomar control de sus poderes, descongelar a Arendelle y tomar su lugar, gobernando con sabiduría, templanza y claro, amor. 

Y esa lección se la sin duda Anna, que gracias a Olaf, a Kristoff, a Anna y hasta el mismo Hans, comprende lo que es el amor, y comprende que más que placer y gozo es sacrificio, y justo cuándo ella decide hacer el sacrificio final por su hermana, es que la salvación le es brindada. El amor verdadero entonces, vienen en muchas formas distintas, de hermanos, de amigos, de tu pareja o de un muñeco de nieve. Por eso el amor es tan poderoso y fuerte, porqué es muy flexible, aparece donde y como menos lo esperas.

Por esto es que el guión de Frozen es verdaderamente brillante, y por ello es que es el mejor filme Disney desde El Rey León, eleva la calidad del guión a un nivel altísimo al dotarle de lecturas y contenidos a las viejas enseñanzas de toda la vida. Aquí el amor ya no sólo se explica en base a frases y acciones, el amor es dotado de un discurso filosófico sólido, sólo equiparable al de El Rey León o La Bella y la Bestia. Es ahí donde la esencia Disney encuentra un sentido y motivo en el mundo actual, en el discurso actual.

El elenco de apoyo cumple sus funciones de manera impecable. Olaf sin duda es el sidekick clásico Disney, encantador y divertido, con grandiosos chistes y un origen sumamente bello, pues remonta sus orígenes a la infancia de Elsa y Anna. Kristoff es el amor romántico de Anna, cumpliendo su función de reafirmar la enseñanza básica sobre que es el amor aunque de una manera más tradicional. Quizá lo destacable sin duda es que si ésta película hubiera sido hace veinte años, hubiera sido Anna y Kristoff quienes salvaran Arendelle, y no solamente Anna. Hans sin duda constituye el villano de la historia, uno que es tratado de encubrir para que sea un giro de tuerca aunque la verdad sea dicho no se sostiene. Sin embargo cumple la función de revelar a Anna que NO es el amor y con ello completar la lección.

La música... no hay manera de no amar esta música. A cargo de Robert Lopez y Kristen Anderson Lopez, el primero fue autor de las fantásticas y poco familiares musicales de Broadway, Avenida Q y The Book of Mormon, la segunda es su esposa y juntos habían hecho la música del infravalorado Winnie The Pooh de 2011. A diferencia de la música de Enredados o La Princesa y el Sapo que funcionan como piezas individualess pop, la música de Frozen está claramente integrada en la trama, sin ella no se explica y sólo con el filme funciona perfectamente, tal como un musical de Broadway, que esperemos Disney esté planeando. 

Entre todas las canciones sin duda destaca la magnífica Let It Go / Libre Soy, la letra es simplemente estrujante, la orquestación es brutalmente fantástica y la voz de Idina Menzel, una de las mejores voces en la historia del teatro musical es perfecta. Do You Want To Build a Snowman? / ¿Y si hacemos un muñeco? es completamente desgarradora, una balada que con su montaje hace imposible no llorar. For The First Time In Forever / Finalmente y como nunca es la canción I Wish de Anna, fresca y radiante como el personaje.

Love is An Open Door / La Puerta es el Amor y Fixer Upper / Reparaciones son la antítesis aunque no lo parecen, y son brillantes canciones. Ambas hablan sobre el amor, pero la primera se refiere al enamoramiento sin comprensión, propio de un adolescente, un amor sin compromisos e infantil, mientras que la segunda habla sobre la aceptación que viene con el amor verdadero, sobre el aceptar al otro como es, sin buscar realmente cambiarlo. 

El aspecto técnico realmente sorprende. Disney es sin duda el líder en animación, sea en Pixar o en Disney Animation. Sin embargo el CGI de Disney Animation seguía sin lucir realmente sorprendente hasta éste filme. Es simplemente deslumbrante la calidad de animación de éste filme, las atmósferas, los climas, los copos de nieve, las texturas, el diseño de personajes, los climas, las ráfagas, la hermosa demostración de poderes de Elsa, todo es francamente alucinante. En el aspecto técnico Disney establece un estándar realmente único.  Let It Go no sería el momento cumbre que es, sin esa animación francamente alucinante. El 3D es realmente hermoso, al provocar la sensación de profundidad incomparable en esos grandes escenarios.

El doblaje realmente cumple. La verdad yo tenía mis dudas pues Carmen Sarahí (actriz de teatro musical en México) está muy lejos de Idina Menzel, pero más allá de que Idina Menzel es mucho para cualquiera y el personaje está hecho a su medida, Carmen Sarahí cumple muy bien, realmente crea una Elsa creíble, sería, confundida y liberada como debe ser. Romina Marroquín Payró finalmente es la Princesa que debía ser desde Enredados, y entrega una Anna impecable su voz es divertida y cándida, su canto es pulido y amable. 

José Gilberto Vilchis (otro que debía ser Príncipe desde Enredados) también entrega un doblaje carismático y amable, realmente su voz logra transmitir el desgarbo y carácter rustico de Kristoff a la vez que es lindo y tierno. Hugo Serrano cumple también como Hans, provocando ternura instantánea que se revela como falsa. Quizá la parte más débil sea David Filio que aunque cumple como Olaf, sin duda se siente corto en algunas partes. 

La adaptación de las letras al español, obra de Gaby Cárdenas, David Filio y Raúl Aldana es correcta en la mayoría de los casos. Donde presenta más problemas es en Finalmente y como nunca que tienen partes díficiles de entender pero en general funciona bien. La dirección a cargo de José Antonio Macías bastante bien. 

No exageran quienes llaman a Frozen el mejor filme animado del año, casi quince años después de que la vorágine cultural de Pixar y DreamWorks casi derrotan a Disney, ésta ha logrado levantarse de las cenizas y demostrar que su esencia es tan profundamente poderosa que nunca podrá ser eliminada, pues no hay cosa más resonante que una historia de amor perfectamente bien contada. Bravo Frozen, bravo Disney. 

El Último Hilo: Antes de Frozen se proyecta el corto ¡Es Hora de Viajar!, el cuál es estelarizado por Mickey Mouse. El corto inicia como un corto clásico de Mickey en blanco y negro para después convertirse en un irreverente y gracioso corto con todo el sabor clásico de Disney y una utilización soberbia de la tecnología en 3D. De alguna manera anticipa en pocos minutos, lo mismo que Frozen ampliará después. Además claro, el doblaje con don Francisco Colmenero como Pedro el malo y Dianita Santos como Minnie, fabuloso. 

Los temas de cierre de Frozen nada mal. Demi Lovato no es Idina Menzel, y Martina Stoessel no es Lovato. Pero sus versiones de cierre bastante bonitas sin duda. Los créditos, diseño de la fantástica Lisa Keene, muy destacables sin duda. 

Y en la próxima madeja: Review de Aviones.

2 comentarios:

  1. Muy buena crítica, de acuerdo en la mayoría de los puntos y que no es una historia convencional como las de Disney.


    Con lo único con lo que no estoy de acuerdo es con la visión un poco simplista de lo que crees que piensan (pensamos) quienes apoyamos el feminismo (el real, investigado, que inició como movimiento en los 60 y con raíces en trabajos de personas como Simone de Beauvoir, etc.). Las feministas no nos oponemos al 'enamoramiento' o la 'belleza personal'. Es un argumento falaz que utilizan quienes aborrecen el feminismo por aborrecerlo (y se extiende fácilmente, de ahí supongo tu opinión). Es tanto como decir que buscamos estar solas y permanecer lo más feas posible (nada más ve a Gloria Steinem, aún hoy, y verás cuán 'fea' es). Si acaso el feminismo se ocupa de que las mujeres no sigan creyendo que su único fin en el mundo es ser esposas y madres, por lo tanto, deben buscar a esa media naranja, a ese príncipe azul que "las va a hacer felices". Ese tipo de enamoramiento es el que creemos se debe aprender a distinguir del amor real, como tú mismo lo pones, en el cual dos personas, en igualdad de circunstancias y que pueden aportar ambas a un matrimonio o a una pareja, puedan estar y crecer juntos. No subordinaciones ni fantasías tipo las anteriores películas de Disney.

    Lo mismo con la belleza personal. Si acaso la idea es no vivir por y para la belleza porque otros lo dictan, con los estándares irreales (photoshopeados, por ejemplo) que impone el mundo, sino bajo nuestros propios términos y por amor propio y simple gusto. Ser bella porque "si no nadie me va a querer" o porque "todas se pintan, se hacen cirugías, se hacen y deshacen cosas" es lo que consideramos una manera muy banal de perder el tiempo cuando se puede estar pidiendo igualdad de salarios por igual trabajo, que dejen de tratar a las mujeres como objetos sexuales (desde los hombres con los que convivimos hasta exigir se acabe, por ejemplo, la trata), apoyar a causas como que no haya una cultura de la violación (en la que se enseña a las mujeres a no 'provocar' violaciones en lugar de enseñarle a los hombres a no violar, a que 'no' es 'no' y demás).

    En fin, sorry si me extendí pero precisamente porque me gustó tu crítica me pareció que eso que dijiste era como un manchón de tinta en un, de otra forma, impecable texto.

    Saludos.

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  2. ¡Hola!

    Gracias por tus puntos, los cuales comparto ampliamente. Me parece que la intención de esa parte del texto no quedó del todo claro pues me faltó precisar la idea. Yo no creo ni establezco que el feminismo en general tenga esas conceptualizaciones sobre la belleza o el amor.

    Mi afán era hacer un de poco de sátira de un cierto sector del feminismo, muy radical y dogmático, que rechaza de inmediato cualquier alusión al enamoramiento o al cuidado corporal, más aún viniendo de un producto Disney, por considerarlo de inmediato indigno de lo que consideran debe ser la mujer.

    Un juicio en muchas ocasiones injusto, pues lo establecen sin siquiera conocer el producto, como en el caso de Frozen, o sin intentar siquiera contextualizarlo como algunos productos del pasado. Considero que cualquier extremo es malo, y muchas veces mal reflexionado o sin sustento alguno. Muy diferente a los puntos que tu me compartes, en los cuales tengo total coincidencia.

    Voy a editar la crítica para aclarar el punto, muchisímas gracias por tus apreciaciones y claro, por leerme. Saludos! ;)

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