sábado, 16 de julio de 2011

Las Reliquias de la Muerte, parte 2

La Madeja del Gato (potteriana)
Madeja 123
Por Christopher Vergara

Finalmente, tras 10 años de que Warner Bros. iniciará una tarea cinematográfica que parecía impensable y cuyo puerto no era seguro, se estrenó el pasado 15 de julio, en casi todo el mundo, la segunda parte de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, con la cual concluye la épica guerra librada durante años por Harry Potter y su más acerrimo rival, El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado, Tom Ryddle, o Lord Voldemort.

Ante todo, no puedo ser muy parcial con esta saga, como todas aquellas cosas con las que crecí, o que aprecio en demasía, hay una conexión emocional muy fuerte que me impide juzgar correctamente, pues si con una saga he crecido durante los ultimos diez años es con Harry Potter, aun recuerdo la emoción que me causaba leer la novela, el boom que apareciera meses después con el estreno de la saga cinematográfica, y los continuos lanzamientos tanto literarios como cinematográficos, coronados con el lanzamiento en 2007 y en 2011, de las partes finales de cada medio propio.

J.K. Rowling fue una escritora tan talentosa e inteligente, que no sólo creció y pulió su talento, sino que convirtió su saga, de una sencilla historia sobre un niño que encuentra su destino tras serle negado durante muchos años (una historia de corte Cenicienta) en una poderosa tesís sobre valores universarles como el amor (en todas sus encarnaciones), el sacrificio, la amistad, la familia, la solidaridad, la confianza, entre muchos otros más. Reflexiones tan valiosas sobre como las circunstancias efectivamente influyen en quien somos, pero también en como nuestras decisiones nos afectan. Es todo un testamento de ideas, sustentado en una rica historia, llena de personajes y situaciones entrañables y lugares fantásticos y llenos de vida.

La ultima adaptación filmica, a cargo de David Yates (quien se hizo cargo desde La Orden del Fénix) y con guión de Steve Kloves (quien hizo 7 de las 8 adaptaciones) como saben fue dividida en dos partes, haciendo una primera parte que en general fue una preparación rumbo a esta, la segunda parte.

En estricto orden cronológico, Las Reliquias de la Muerte 2 nos narra el asalto a Gringotts para recuperar la Copa de Helga Hufflepuff escondida en la Cámara de Bellatrix Lestrange, el regreso a Hogwarts y la primera batalla que ahi realizan el Ejercito de Voldemort contra La Orden del Fénix, y los profesores y alumnos de Hogwarts, la destrucción de la Copa en la Cámara de los Secretos, la busqueda de la Diadema de Rowena Ravenclaw y su destrucción, la muerte de Snape y la revisión de sus memorias, la 'muerte' de Harry y su encuentro final con Dumbledore, así como el regreso para la batalla final y la muerte definitiva de Voldemort. Así como el epilogo, 19 años después.

Tal y como sucede en la novela, esta entrega final se caracteriza por su trepidancia y su constante acción, al ser una película de cierre no da lugar a un breve respiro, todo sucede rapido y frenéticamente. Valorandola en conjuto con la primera parte se encuentra un adecuado balance entre la calma y construcción dramática y el trepidante final.

Las reliquias de la Muerte 2 es ante todo un cierre perfecto para una saga de grandes valores de producción, a nivel técnico todo en esta película esta en los niveles necesarios, La fotografía es adecuada, perdiendo un poco los tonos grisaceos o verdes que tuvo en el final se decanta por tonos muy naturales y auténticos. Los efectos especiales son muy adecuados, llenos de la vitalidad y factibilidad necesarios, destacan en especial el dragón de Gringotts (lleno de energía y vitalidad, en una escena que recuerda el primer vuelo con Buckbeak), la charla con la Dama Gris (primer fantasma que se logra ver más que curioso, al además darle un cariz neurótico y enojado), las serpientes de fuego en la Sala de los Menesteres, y por supuesto la trepidante batalla final, así como el bien logrado pedazo moribundo de alma de Voldemort.

La música, en esta ocasión a cargo de Alexandre Desplat cumple con su papel, añadiendo dramatismo, emotividad, emoción o majestuosidad según lo requieran las escenas, y en especial, haciendo unos homenajes al score de John Williams, que con el clásico Hedwig's Theme se convirtió en tema simbolo de la saga.

Las batallas quiza sea el tema que pueda encontrar más críticable, aunque el primer asalto a Hogwarts (donde Harry llegar a buscar la Diadema) es adecuado ante la cantidad de cosas que pasan, la batalla final sin duda queda a deber, no sólo por la ausencia animales fantásticos como los hipogrifos, Grawp, centauros, y elfos domésticos, sino por una ausencia de espectacularidad y el alargamiento innecesario de algunos momentos (como la muerte de Nagini) que sólo lo tornan anticlimático, es ese la falla de Yates como director, su falta de talento con las batallas.

Pero como siempre, es cargo de las actuaciones, bajo la correcta y eficiente dirección de Yates (quien finalmente logra con estas dos entregas brindar por completo su sello al universo, con todas sus carencias y deficiencias como director), que la película logra, sin duda, aunque breves, las apariciones de grandes actores como Warwick Davis, Jim Broadbent, David Thewlis, Emma Thompson, Miriam Margoyles, David Bradley, George Harris, Natalia Tena, sin olvidar a los siempre presentes Maggie Smith, Robbie Coltrane, Mark Williams, y Julie Walters.

Las muertes estan muy bien montadas, en especial resalta la desgarradora escena donde los Weasley lloran el cuerpo sin vida de Fred, la escena logra conmover hasta las lagrimas, pues muestra en su nivel más profundo esa sensación de desesperanza que representa Voldemort.

Pero corre a cargo de las principales figuras de la saga los momentos más emocionantes de la saga, la muerte de Snape y su revisión a las memorias en el Pensadero es el momento cumbre del personaje, Alan Rickman brilla como nunca antes, al mostrar en breves escenas la emotividad y profundida de un personaje tan rico como Severus, Rickman logra no sólo plasmar sus verdaderos motivos, sino el profundo amor que siempre sintió Snape por Lily Potter.

A la vez Emma Watson y Rupert Grint nos regalan sus mejores momentos como Ron y Hermione, la imponente escena en la Cámara de los Secretos, apenas narrada en el libro, aqui es demostrada con toda su espectacularidad, no sólo haciendo imponente la destrucción de la Copa de Hufflepuff, sino completando, en el mejor momento posible, el amor tan fuerte y energético que existe entre ellos, con un perfecto beso.

La escena posterior, dónde Harry acepta morir y encuentra la Piedra de la Resurección es particularmente hermosa, el reecuentro con sus James (Adrian Rawlins), Lily (Geraldine Somerville), Sirius (Gary Oldman) y Remus (David Thewlis), la escenificación casi calca de el libro es hermosa.

La escena en la entrada al Más Allá, dónde Harry se encuentra con Dubledores, es quiza el momento clave de este ultimo querido personaje, y la unica escena donde Michael Gambon logra completamente apoderarse del personaje y sin perder su toque particular, recordar a Richard Harris, quien era el Dumbledore perfecto. Michael Gambon tuvo un gran reto al quedarse con el papel, y en pasadas entregas siempre quedo, en mayor o menor medida a deber, en esta por fin encuentra su tono correcto con el papel. La escena por demás es hermosa, aunque se omite la historia de Gellert Grindewald, Ariana y Aberforth, que sin duda le brinda humanidad y profundidad a un personaje tan querido como Albus.

La batalla final con Voldemort, como comente queda en momentos a deber, aunque sin duda la carga dramática reside en la conversación que sostienen Harry y Voldemort, quienes pulen sus personajes hasta llevarlos a los extremos que representan, Ralph Fiennes teje a su mejor Voldemort, lleno de malicia, con atisbos de locura, con la debilidad y la desesperación corriendo tras de si, viendo como se escapa su vida, y como esta termina. Daniel Radcliffe nos brinda su mejor Harry, un personaje que fue construyendo durante 10 años y el cual ya domina pero lo lleva más allá, al lograr los tonos, matices y expresiones dramáticas necesarias, sean de tristeza, de sacrificio, de coraje, Radcliffe es un gran actor que se ha ido puliendo y aqui lo logra. La muerte de Voldemort es tan instantanea y definitiva como debe ser, corrompida y rota su alma, el sólo se puede deshacer.

El final, es como debe ser, ligeramente aturdido, ante una batalla llena de perdidas, pero con un dejo de algarabia por la derrota final de Lord Voldemort, aunque ciertamente se extraña la escena final donde Harry se despide del retrato de Dumbledore, repara su varita y decide enterrar la Varita de Sauco, el montaje de Yates, ante un destruido pero brillante Hogwarts es igual de hermoso.

Y el epilogo, si, podemos críticar que algunos se ven más fregados que otros a sus treinta y cinco, y si, podemos decir que Albus Severus se parece a Justin Bieber, pero el sentimiento que impregan los ultimos 20 minutos del filme es de una sensanción de despedida y de termino tan fuerte, que uno no puede evitar otra vez las lagrimas.

Porque el final es perfecto, es justo como siempre debió ser. Todos ellos merecían ser felices, y es hermoso que lo terminen siendo. El Hedwig's Theme como cierre es el broche perfecto.

Gracias Harry, gracias a todos, todos, todos, por este viaje. Hasta siempre. ;)

Y en la proxima madeja: Outsourced, la nueva comedia de Warner.

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