jueves, 3 de julio de 2014

Que Pobres Tan Ricos

La Madeja del Gato (telenovelera)
Madeja #269
Por Christopher Vergara

El pasado domingo, El Canal de las Estrellas transmitió el final de Que Pobres Tan Ricos, la versión mexicana de la telenovela colombiana Pobres Rico, producida por RCN Televisión. Bajo la producción de Rosy Ocampo y estelarizada por Jaime Camil, Zuria Vega, Sylvia Pasquel, Manuel El Flaco Ibañez, Queta Lavat y un gran elenco, la telenovela es una de las apuestas más arriesgadas y francamente encantadoras que Televisa ha lanzado en los últimos años. 

Particularmente yo no soy un espectador asiduo de las telenovelas, lo he sido de manera casual (el último melodrama que vi fue Para Volver a Amar, hace como dos o tres años), sin embargo empecé a ver la telenovela por los comentarios relativos al romance gay entre dos personajes de la serie. Tras un capítulos la teleserie me atrapó de inmediato y me hizo fan, no sólo de la historia gay, sino de todas las demás. 

Que Pobres Tan Ricos narra la historia de los Ruizpalacios, una familia millonaría que un buen día se ve envuelta en un escandalo financiero que los lleva a perder todo, teniendo que vivir en casa de los Menchaca, una familia de clase popular que se dedica al comercio. El choque de ambos mundos provocará caos y desorden al principio, pero al final terminará mostrando que las diferencias sociales no impiden que florezca el cariño, el amor, el aprecio y el respeto. 

Que bonita telenovela fue Que Pobres Tan Ricos, aunque melodrama en esencia, su ejecución fue hecha en tono de comedia, pero de comedia bonita, inocente y tierna, lo cual se agradece en un género tan habituado a tirarse a los peores dramones. No hay manera de no enamorarse de ese elenco, sean los fresas Ruizpalacios, los populacheros Menchaca e incluso los divertidos villanos. El elenco, la dirección, la realización técnica, en términos generales fue una producción impecable, la mejor que se le ha visto a Rosy Ocampo en años. 

No lo puedo negar, por cercanía personal mi historia favorita fue la de Diego Armando (José Eduardo Derbez) y Leonardo (Diego de Erice), la pareja de personajes gay de la telenovela. La historia estuvo en un nivel muy tierno e inocente, más que amor de adultos jóvenes parecía de adolescentes pues incluía el proceso de descubrimiento de su sexualidad de ambos personajes y su consecuente primer amor, con todos los problemas que ello significa incluyendo la salida del closet, el shock con los padres, las diferencias de personalidad, entre muchas otras temáticas. 

Además la novela fue bien inteligente en como abordar el tema, consciente de lo complicado de los temas para una audiencia tan tradicional como la de El Canal de las Estrellas, compuesta mayoritariamente por señoras y señores de clase media, media baja. El tema lo tocaron poco a poco, como dije de forma muy tierna e inocente y con tacto y calma. Para algunos eso es equivocado, pero yo lo considero apropiado. 

Este tipo de temáticas que pueden resultar controversiales (aún) para muchas personas, deben empezar a tratarse de forma muy tranquila y lenta, para no asustar a las audiencias Tomemos el ejemplo de la televisión estadounidense: Will & Grace, aquella mítica sitcom de finales de los noventa era muy light en su tratamiento sobre el mundo homosexual, era un nivel muy básico y tierno, pero era necesario hacerlo así en ese momento. Títulos como Modern Family, The New Normal o Looking no habrían existido sin ese primer y vital antecedente. Es incluso más valiente quien abre brecha, que quien la continua. 

La temática homosexual ya había sido tratada en otras telenovelas mexicanas, particularmente recuerdo Los Exitosos Pérez con la pareja homosexual formada con los personajes de Jaime Camil y José Ron, pero hasta donde recuerdo nunca se había tratado un amor de pareja entre chavos, casi adolescentes. Y enserio, el tratamiento es bien bonito, uno se quiere comer a besos a Leonarduki y Diego Armando de lo tiernos, divertidos y carismáticos que son. El trabajo de José Eduardo Derbez y Diego de Erice es una verdadera revelación pues sin caer en los clichés típicos del estereotipo gay hacen unos personajes creíbles y amenos. 

En el capítulo final el personaje de Jaime Camil realizó un monólogo final de reflexión con la audiencia, en la que reitero el mensaje de aceptación e inclusión de toda la novela. Ahí se reafirmó que el respeto a las preferencias y decisiones de otros, es la llave básica para la convivencia sana entre las personas. Un mensaje probablemente muy obvio, pero que rara vez parece ser abordado en la televisión abierta privada, tan tirada últimamente al recurso fácil y la ganancia fugaz. 

Obviamente el mensaje central iba referido a las diferencias entre clases sociales, entre 'ricos' y 'pobres' pero también se hizo hincapié en la orientación sexual al mostrar la relación de forma clara (aunque sin beso, que hubiera sido la cereza del pastel) entre Leonardo y Diego Armando. Sin duda alguna la telenovela acude a muchos elementos clásicos del género, desde la estrategia del pez fuera del agua, estereotipos clasistas sobre pobres pero felices y ricos pero infelices, entre otros clichés del género. Pero en general se entienden por la naturaleza y metas del producto y porque pues realmente funciona. 

Sin duda como siempre se dirán quejas de que sea una historia comprada en otro país y adaptada a nuestro medio, y aunque sin duda es ciertamente deseable que tuviéramos más historias autóctonas, pues la labor de adaptación fue francamente encantadora y eso es algo que se ha hecho de toda la vida. Al menos no lo percibo como algo netamente negativo. 

Que Pobres Tan Ricos es de las telenovelas más divertidas y graciosas que se han hecho en los últimos años. Un ejercicio fresco y relajado. Y en su historia gay, fue un enfoque tierno y ameno que sirve para abrir temáticas en una señal tan conservadora como lo es el Canal. 2

Y en la próxima madeja: Review de Buenos Vecinos.

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