miércoles, 17 de julio de 2013

La Extraña Vida de Timothy Green

La Madeja del Gato (con hojas en las piernas)
Madeja #225
Por Christopher Vergara

Una risa genuina es algo que la gente pocas veces valora como debería. Nacida de los sentimientos más básicos y primarios, una risa genuina es aquella que no requiere esfuerzo mental, que no requiere distorsiones propias de la sociedad, es aquella que nace simplemente del humor más blanco y puro que existe. Una risa genuina es lo que provoca esa pequeña joya que es La Extraña Vida de Timothy Green. 

Lanzada por Disney a finales del verano de 2012, La Extraña Vida de Timothy Green es no sólo la muestra más acabada de lo que el antiguo jefe del estudio, Rich Ross buscó realizar al promover películas 'pequeñas' en lo relativo a su presupuesto y promoción, pero que fueran grandes en su contenido y corazón. Iniciativa que obviamente tendrá pocos frutos pues la estancia de Ross en el estudio fue un avión que nunca pudo despegar propiamente. 

Cindy y Jim Green (una hermosa Jennifer Garner acompañada de Joel Edgerton) reciben la noticia más devastadora que puede recibir su idílica vida pueblerina en Stanleyville, Carolina del Norte -un pequeño pueblo cuyo centro de vida es una vieja fábrica de lápices de renombre mundial-, por más que lo intenten nunca podrán tener hijos biológicos. Una verdad espantosa que les es difícil afrontar. 

Buscando sacar los sentimientos a la vieja usanza de 'escribelos y así los sacas de tu sistema', Cindy y Jim escriben decenas de hojas de papel con todo aquello que tendría que ser su anhelado hijo: prodigio musical, anotaría el gol definitorio de un partido, tendría el sentido de humor de un viejo tío, sería honesto a nivel ingenioso, amaría y sería amado, entre otros. 

Decididos a seguir adelante, guardan todos los papelitos en una caja de madera, la entierran en el jardín y se van a dormir. Pocas horas después, son bruscamente despertados por una tormenta que misteriosa (y magicamente) sólo sucede sobre su casa. Para su sorpresa, al poco tiempo, hallan a un chico de unos doce años cubierto de tierra, que dice llamarse Timothy (el único nombre de niño que ellos habían colocado en la caja), que tiene unas extrañas hojas en las pierdas que de ninguna manera se pueden cortar y al que tras la sorpresa inicial deciden adoptar como su hijo. 

La historia es muy obvia así que no se pierde gran cosa al quemar el final: Timothy cambia radicalmente la vida de algunas personas que conoce: un tío anciano que no tardará en morir, la gruñona y amargada jefa de Cindy, el entrenador de futbol, el padre de Jim, la presumida hermana de Cindy, así como Joni, una adolescente de la cual Timothy se enamora y con la cual forja una profunda amistad.

El final no podía ser otro, Timothy tiene un tiempo limitado, cada vez que realiza una de las cualidades que Cindy y Jim anotaron en los papeles, pierde una hoja, lo cual irremediablemente conduce a su desaparición cuando la última cae. Cumpliendo su misión. 

Esta es la sinopsis de una de las historias más sencillas y hermosas que se han contado en el cine en los últimos tiempos, una historia tierna y dulce sobre como la vida en ocasiones da pequeños y breves regalos a las personas buscando prepararlas para cosas más grandes y en especial, de como debemos agradecer los momentos que nos regalan las personas, agradeciendo los momentos de la vida, pues uno nunca sabe cuando terminaran.

No hay manera de no amar este filme, CJ Adams esta precioso como Timothy, creando un personaje gracioso, encantador, simpático, nunca chocante, y muy divertido. Jennifer Garner esta hermosa como siempre, muy tierna y genial, Joel Edgerton esta perfecto como Jim, el nervioso y temeroso hombre preocupado de repetir los errores de su padre. El resto del elenco esta muy perfecto alrededor de los tres personajes. Sobresale el pequeño pero genial rol de Dianne Weist, como la malhumorada y aburrida jefa de Cindy.

El guión no puede ser calificado de innovador al ser bastante convencional, y algo predecible en cuanto las hojas se empiezan a caer. Pero la dirección (de Peter Hedges) complementada con la fotografía y el diseño de producción idílico crean una cinta de manufactura impecable y que permite pasar un rato más que agradable. Hilvanando risas tras risas, y sonrisas tras sonrisas, que como dije, son auténticas. 

En muchos sentidos, Timothy me recordó a Pollyana, la protagonista de un viejo filme del Disney más clásico sobre una niña que de igual manera cambia las vidas de aquellos que viven en otro idílico pueblo americano, mucho más antiguo. Timothy realiza una misión similar, aunque enmarcado en un concepto mágico, cargado de una hermosa filosofía sobre el destino, el cumplimiento de este y lo que debe suceder cuando los seres queridos se van. 

Vean Timothy Green sin expectativas, sólo dejense llevar y diviertanse ante un honesto, divertido y genuino filme sobre aquellos pequeños momentos que construyen la felicidad de una vida. 

Y en la próxima madeja: Review de El Llanero Solitario.

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