sábado, 22 de octubre de 2011

Hasta que el término los separe...

La Madeja del Gato (civilista)
Madeja #135
Por Christopher Vergara

Gran revuelo en el mal llamado 'foro jurídico' ha causado la iniciativa que estan trabajando en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal los legisladores del Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática en virtud de la cual se pretende transformar el matrimonio de un acto jurídico con vigencia indeterminada en un acto jurídico que tenga una vigencia de dos años, renovables.

De entrada, el principal argumento es que la mayoría de los matrimonios que se registran actualmente no duran más que eso, y en segunda, que aun pese a las reformas que transformaron y agilizaron el divorcio, estos se siguen presentando en un alto nivel. La reforma va en ese sentido, que baste con el mero transcurso del tiempo y la inactividad de las partes, para que el matrimonio se de por terminado.

La iniciativa presentada por la asambleista Lizbeth Rosas no puede ser consultada, ya que el Diario de los Debates (donde se anexa integra) aun no esta disponible en internet de esa fecha, pero desprendido de la presentación de la iniciativa podemos decir que la reforma va en tres sentidos.

En principio se revive una antigua figura llamada 'capitulaciones' ahora bajo el titulo de 'capitulaciones familiares', que será un documento antenupcial donde los futuros contrayentes estipule acuerdos de estricto carácter económico y social, como la configuración del regímen matrimonial, la forma de disolución de este, las evetualidades relacionadas con el posible divorcio o fin del matrimonio, tales como alimentos, forma de garantizarlos, la guardia y custodia de los menores, así como la duración del matrimonio.

A contrario de como lo han promovido los medios, la reforma plantea que el matrimonio tenga una vigencia MÍNIMA de dos años, y que este término (que los contrayentes estipulen) no tenga un limite, en los hechos, el matrimonio puede seguir teniendo una vigencia indeterminada, aunque podría tenerla.

Por otro lado se busca transformar el concubinato, creando para ello un trámite de registro, se buscará dar certeza a la figura al homologar los derechos y obligaciones con las que son actualmente inherentes al matrimonio, entre ellos cuestiones alimentarias.

Respecto a la violencia familiar, la reforma plantea que el Juez de lo Familiar quede facultad para emitir ordenes de restricción a padres violentos y a imponerles el pago de daños y obligaciones, así como la recuperación de la patria potestad que se haya causado por la falta de alimentos siempre que se compruebe que estos se han vuelto dar en un periodo ininterrumpido de un año.

Aunque faltará conocer a profundida esta iniciativa, y la forma en que las comisiones la van a dictaminar, vale la pena reconocer que más allá del barullo y desconocimiento habitual con el que los medios trataron la noticia, más que solo evitar divorcios, esta iniciativa constituye una verdadera transformación de la figura del matrimonio.

Al brindar toda una serie de certezas respecto a como se deberá terminar el matrimonio (más, cuando las partes los acuerdan cuando no existe el conflicto, sino al contrario un afán de jamás tenerlo), las partes crearan condiciones favorables o aceptables para ambos, asímismo se brinda todo un andamiaje de certeza jurídica al no limitar la unión de las parejas a un mero reconocimiento del Estado y que la vida los guarde bien.

El Estado estaría asumiendo la necesidad no sólo de reconocer estas parejas, sino de además darles todo un marco jurídico obligandolos a que, tal como sucede en los contratos, las partes deban fijar las condiciones mínimas por las cuales se desarrollara su relación en aspectos que importan al Estado como sus relaciones economico-patrimoniales así como el interés de los menores que procreen o adopten.

Se podrá argumentar que con esto, se busca 'destruir el sentido del matrimonio' así como convertirlo en una merca mercancia sujeta a un contrato, lo cual constituye un verdadero desproposito. Continuar argumentando que el matrimonio es una mera unión producto del amor, implica un completo desconocimiento de la evolución de las sociedades y en especial de la manera en que se establecen y conciben las relaciones afectivas.

Aunque estas reformas den mayores certezas y realidades jurídicas al matrimonio, no se podrá aun decir que es un contrato, ya que aunque cumpla con algunos elementos de este (y que la figura vigente, ni de cerca lo contemple), al ser un reconocimiento que brindará el Estado relacionado con la situación afectiva y privada de las personas, podemos decir que el matrimonio será un acto jurídico de mayor certeza y solidez. 

Constituye además una falta de atención a los problemas que se crean tanto por matrimonios que permanecen unidos porque así lo dicta la sociedad cuando entre los conyuges más que amor existe odio, o peor, las verdaderas batallas campales que se generan cuando la disolución del vinculo acarrea una pelea por los hijos o los recursos.

El legislador (el bonito eufemismo del legislador) no debe ignorar todos estos hechos, y aunque en la realidad complique la manera en que se llevan a cabo los matrimonios (se requerira una capacitación técnica para que el personal del Registro Civil indique y oriente a los contrayentes sobre su acto futuro), con todo ello, el legislador esta convirtiendo el matrimonio en una figura jurídica innovadora, más acorde con la realidad social y psicológica de las sociedad capitalina. No podiamos seguir viviendo con figuras vetustas, inexactas con la realidad y sujetas al romanticismo social propio de finales del siglo XIX.

No se esta transformando a la familia, el Derecho sólo reconoce que cambió. 

El Último Hilo: Argentina se encamina mañana a las urnas, todo parece indicar que Cristina Fernández, heredera del peronismo de izquierda y constructora del kircherismo obtendrá la reeleción, llevando su mandato hasta el año 2015...

En la próxima madeja: Argentina, elecciones presidenciales.

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