sábado, 7 de septiembre de 2013

La reforma educativa

La Madeja del Gato (educativa)
Madeja #231
Por Christopher Vergara

Lo que empezó como una prometedora reforma educativa en el sexenio de Enrique Peña Nieto, se convirtió en una mera (y hasta lamentable) reforma laboral del gremio magisterial que le regresa el control al gobierno federal que estaba antes en manos del hoy-no-tan-poderoso Sindicato Nacional de la Educación, otrora coto de poder de la hoy non-grata profesora Elba Esther Gordillo. 

La reforma al artículo 3° constitucional que adiciona y acomoda diversos párrafos, crea en pocas palabras el Servicio Profesional Docente para lo cual transforma el Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE) en un organismo constitucional autónoma además de establecer que las leyes secundarias (que ya tenemos) establecen las reglas del mismo que tendrá como base la constante evaluación del magisterio. 

Hasta ahí todo iba bien, la reforma educativa fue ampliamente aplaudida por todos los sectores sociales (excepto la propia líder magisterial defenestrada que astuta como es vio siempre venir la semilla ajena a sus intereses que estaba ahí implantada) y todos nos fuimos a dormir con la felicidad del primer gran hijo del Pacto por México. 

Y entonces vinieron las leyes secundarias... y todo fue felicidad aún. Nadie esta en contra que el órgano encargado de la evaluación educativa adquiera independencia a tal grado que se convierta en un organismo constitucional autónomo más. Las reformas a la Ley General de Educación fueron meramente cosméticas. 

Y la manzana de la discordia apareció... se trataba de la inédita Ley del Servicio Profesional Docente, que palabras más, palabras menos, es la encargada de señalar los lineamientos a partir de los cuales de ahora en adelante se rige la evaluación. 

Los puntos más sensibles de la misma son dos: la evaluación a los profesores y la destrucción del monopolio de las Escuelas Normales. De lo primero, se establece un sistema continuo de evaluación magisterial en base a la cual se determinará la permanencia o no de los docentes frente al aula. Si tras tres evaluaciones los profesores carecen de los elementos mínimos para ser docentes, tendrán que abandonar las aulas. El otro punto es que se permite la entrada de profesores ajenos a la Escuelas Normales (osea, egresados de instituciones privadas) al servicio profesional, ergo, habrá profesores no pertenecientes a las normales dando clase. 

La ley además establece un régimen mixto dentro de sus transitorios que establece que los profesores que actualmente están en el sistema magisterial, y que fallen las tres evaluaciones, no serán despedidos del mismo (como sucederá con los nuevos), sino que aunque abandonarán las aulas, serán reubicados en un puesto administrativo desde el cual continuaran cotizando hasta que se jubilen. 

Visto así, la idea no es mala. Es fantástica. El problema es que la muy promocionada reforma educativa no es más que esto que acabo de mencionar y que como se ve es una mera reforma laboral, que se une a la tendencia internacional de corte capitalista y económica que le resta importancia a la estabilidad en el empleo en pos de la eficiencia y el rendimiento. 

Otro punto además a remarcar, es como todos aceptamos, cual focas de circo de mala muerte, el fuerte discurso anti-sindical que los medios y el gobierno se han encargado de construir. Ahora viene a resultar que una persona goce estabilidad en el empleo es malo, que un grupo social goce de mayores beneficios que otro también. Cayendo en una lógica de '¿si a mi me despiden fácil y no me respetan mis derechos, porqué a ellos sí?'. La otredad y el egoísmo llevados al máximo. Ya no se lucha porque los otros estén mejor, se lucha porqué los otros estén igual de mal o peor que yo.

Que quede claro, considero que la evaluación magisterial es magnífica. Pero realizada por las razones correctas y con los instrumentos y mecanismos adecuados dentro de un marco general que incluyera una transformación completa del sistema educativo. 

Seamos claros, desde que José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet iniciarán hace más de 70 años aquello de la 'educación popular y de masas' el sistema educativo no ha sufrido grandes transformación en su esencia. Es decir, se sigue enseñando a los niños de la misma manera que hace tantos años. Salvo la ridícula reforma foxista a la Educación Secundaria y la cosmética reforma al sistema de educación primaria en el sexenio salinista, no ha habido grandes reformas educativas respecto a los contenidos. 

A los niños se les sigue enseñando a memorizar y aprender las cosas de manera mecánica. No hay siquiera intentos de impulsar modelos de construcción (y no repetición) del de conocimiento o que generen en los alumnos la capacidad crítica respecto de los contenidos. Nuestro sistema educativo, como muchas cosas, fue construido en base a un régimen vertical de ejercicio del poder, que no gustaba de la crítica y que prefería fabricar una sociedad acrítica y callada, que sólo legitimará las decisiones de la elite política en turno. Este sistema se mantiene hasta la fecha. 

Por eso tampoco nadie se ha querido meter con las Normales y las han dejado hundirse en el abandono y la anarquía más putrefacta. Se prefiere fabricar maestros de mala calidad, que sólo enseñen contenidos de manera vertical, y que sólo 'amaestren' y 'amancen' a los niños antes que otra cosa. Para esto, también cabe resaltar la brillante participación de ese grupusculo de cínicos que son asociaciones estilo Mexicanos Primero que muy a la 'Waiting for Superman' buscan la privatización de la educación por vía de criticar las deficiencias del sistema. 

Es ahí donde aparece la manzana envenenada del Servicio Profesional Docente: las estandarización en las evaluaciones, dentro de un universo tan inmenso y desigual sólo terminará por mostrar la porquería y desigualdad social que vive este país. El relativo éxito de los otros servicios profesional (el servicio profesional electoral, la carrera judicial, o el servicio exterior mexicano) funcionan en base a que están construidos sobre personas medianamente iguales (al final del día, son personas educadas con una base de conocimientos y experiencia que si bien presenta diferencias entre sus miembros esto se debe más a los talentos naturales que a la falta de oportunidades). 

Esta circunstancia de igualdad no puede aplicarse al servicio profesional docente. Sucederá lo mismo que sucede con una prueba estandarizada como Enlace. No se puede evaluar igual a un profesor egresado de una Norma en ruinas de Chiapas que a un profesor egresado de una Normal de la zona metropolitana de Nuevo León. Las condiciones sociales y económicas de ambas regiones influyen de manera determinante en la calidad educativa que puedan tener los docentes. 

Una verdadera reforma educativa hubiera transformado la forma de enseñar que existe en las escuelas, con técnicas pedagógicas de última generación, con una reestructuración de los contenidos educativos que se aleje de los planes maestros trazados hace setenta años, y con una reestructuración de las Escuelas Normales, no buscando eliminar cotos de poder, sino buscando transformar, revolucionar realmente el sistema educativo. 

Pero eso es pedirle mucho a un gobierno federal que sólo buscaba eliminar cotos de poder que fueran lo suficientemente vulnerables para intentar controlarlos. Esos son meras dinámicas de poder, mover hilos para desarticular posibles frentes incómodos. Política a final de cuentas. 

¿Y los niños? Que se sigan educando como siempre lo han hecho, que al régimen le sigue siendo útil el sistema. Crear ciudadanos inocuos. 

Y en la próxima madeja: Review de El Conjuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario