domingo, 30 de octubre de 2016

Doctor Strange: Hechicero Supremo

La Madeja del Gato (mágica y mística)
Madeja #340
Por Christopher Vergara

A estas alturas de su impacto en la industria (aunque apenas sean ocho años) Marvel Studios nos tiene más que acostumbrados a asombrarnos y mostrarnos que los conceptos más descabellados, obscuros o alocados pueden ser llevados a la pantalla grande, integrarse en su universo cinematográfico y hacer que las audiencias del mundo se enamoren de ellos. Doctor Strange: Hechicero Supremo es una prueba más de ello.

Basado en el relativamente popular personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko en las páginas de Strange Tales #110 de 1963, Doctor Strange nos presenta la vida de Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) un neurocirujano de gran prestigio, talento y ego que por realizar una acción estúpida (conducir a alta velocidad sin precaución) sufre un accidente que lo deja incapacitado de sus manos para retomar su profesión. Desesperado y derrotado ante la ausencia de respuesta en la ciencia, busca respuesta y llega al templo de Kamar-Taj en Nepal, donde conoce a La Antigua (Tilda Swinton) quien lo introduce a un multiverso completamente desconocido para el pero para el que tiene talento natural y que lo lleva a enfrentar a una de las más grandes amenazas que la Tierra jamás ha enfrentado.

A nivel de adaptación, Marvel tenía una oportunidad similar a la de los Guardianes de la Galaxia, ya que el personaje al ser relativamente desconocido (o completamente desconocido en el ámbito mainstream) se prestaba a realizar modificaciones o actualizaciones. A decir verdad, salvo muy afortunados cambios en los personajes de La Antigua y Wong (Benedict Wong), la historia es bastante fiel al origen del personaje y a su esencia. Si, quizá el Strange arrogante y refinado recuerda un tanto a Tony Stark pero el personaje siempre ha manejado elegancia y un cierto grado de soberbia debido a su rol preponderante como Hechicero Supremo.

Pasando a la cinta en si, la verdad es una magnífica cinta. El guión a cargo de Scott Derrickson (que también dirigió la cinta y es reconocido como el director de El Exorcismo de Emily Rose) así como C. Robert Cargill (escritor de la cinta de terror Sinister y su secuela) es muy bueno tanto como historia de origen como la otra virtud magnífica que tiene la cinta. Así como los Guardianes de la Galaxia nos presentaron el vasto universo que existe fuera de la Tierra, el Doctor Strange nos lleva aún más allá, pues nos presenta el multiverso Marvel en su área de magia y misticismo. Hasta ahora conocíamos bastante bien el lado científico, espacial y hasta mitológico de Marvel pero no conocíamos el lado de la magia, uno que esta muy presente y donde Strange resalta debido a su rol preponderante como el amo de las artes místicas.

Como dije, el guión sirve como historia de origen tanto para el personaje como para la magia de manera muy afortunada. La historia es bastante orgánica y fluye bastante bien, y cuando el mundo real (o la vida neoyorkina de Stephen) se mezcla con sus aprendizajes místicos es francamente delirante (la escena en el hospital no sólo es emocionante sino desternillante). La cinta a pesar de que no nos restriega que forma parte del Universo Marvel si nos regala detallitos por aquí y por allá que nos reafirman la cohesividad narrativa que ha logrado construir el estudio (el final obviamente completa esto).

La dirección de Derrickson junto con la fotografía de Ben Davis son bastante buenas. Es bastante genial el universo visual que construyeron ambos con su equipo creativo para recrear todo el universo mágico de la cinta. Desde los poderes básicos que aprende Strange (como la teletransportación o convocar armas y escudos) hasta la descomposición de los espacios físicos (que son un tanto Inception) pasando por el Ojo de Agamotto y hasta llegar al delirante enfrentamiento con Dormammu y su universo donde vive es muy espectacular.

Pero esa parte de la dirección sería inservible si no supiera dirigir actores y esa parte es la que cierra una película tan redonda. Benedict Cumberbatch es perfecto como Stephen Strange no sólo porque físicamente es la encarnación visual del personaje sino porque es (aunque eso ya lo sabíamos) un elocuente y glorioso actor que sea en comedia, en drama, en humildad o en acción es perfecto. La forma en que se apropia del personaje es genial. Rachel McAdams como Christine Palmer (otro oscurísimo personaje integrante del trio Night Nurse que empezamos a conocer por Rosario Dawson en las series de Netflix) es un personaje mucho más periférico pero bastante afortunado.

Tilda Swinton es la otra actriz que se lleva si o si las palmas. Su interpretación de La Antigua es francamente genial. Mostrando las complejidades, maldiciones y bendiciones de ser la Hechicera Suprema a la vez que es una gentil y humilde instructora es genial. Swinton logra conjuntar todas estas características tan disímbolas y a la vez tan ricas. Chiwetel Ejiofor como el estoico y rigido Mordor promete bastante mientras que Benedict Wong como el asistente de Strange, Wong, es una agradable sorpresa no sólo por el afortunado giro dado al personaje respecto de los cómics (donde es más un mayordomo que otra cosa) y se presenta como una mano derecha sabia y poderosa.

Finalmente Mads Mikkelsen como Kaecillius, el villano humano de la cinta esta bastante bien. En general se puede decir que sufre el mismo tipo de problemas que otros títulos de Marvel donde sus motivaciones son algo flojas (en este caso es un desprecio a la muerte y una búsqueda de la vida eterna) pero en general cumple. Eso si, Dormammu es mil veces más genial.

El texto que maneja el guión con algunos toques de filosofía budista y oriental es bastante bueno. En realidad el villano de la cinta no termina siendo Kaecillius o incluso el propio Dormammu, sino la naturaleza humana del propio Stephen Strange que puede seducirlo a dejarse dominar por su ego y afán controlador y llevarlo por un camino de destrucción como el de Kaecillius (con la diferencia de que Strange tiene poderes naturales mucho más poderosos). En ese sentido las reflexiones que tiene Strange con la Antigua (que de alguna forma le brindan la brújula moral correcta para actuar en el momento adecuado) son muy interesantes y ciertas, pues cuando eres un controlador y obsesivo por naturaleza tienes que aprender a dejar que las cosas sucedan y aun cuando no te guste como se van presentando, administrarlas y actuar buscando el mejor resultado y tomando la mejor actitud.

Doctor Strange es una magnífica adición más al universo cinematográfico de Marvel. Una película divertida, emocionante y bien construida que muestra, a diferencia de otros estudios, que Marvel tiene muy claro lo que hace y como hacerlo. Le amé. Intenso.

En la próxima madeja: Los resultados de la elección estadounidense.

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