Madeja #207
Por Christopher Vergara
En anticipación al Premio Oscar (donde finalmente ganaría tres premios, mejor actriz secundaria, mejor mezcla de sonido y mejor maquillaje y vestuario), el pasado 14 de febrero se estrenó en México, Les Misérables, versión cinematográfica del popular musical de Cameron Mackintosh, basado a su vez en la novela de Víctor Hugo del mismo nombre.
Con canciones de Claude-Michael Schonenbger (música), Alan Boubill y Jean-Marc Natel (letras en francés) y Herbet Kretzmer (adaptación al inglés), Les Mis, cuenta la historia de Jean Valjean (Hugh Jackman), un convicto que en 1815 obtiene su libertad condicional tras 19 años en prisión. Tras ser rechazado de todos lados por esa condición, obtiene una segunda oportunidad que lo lleva ocho años después a ser alcalde y dueño de una fabrica de Mountril.
Ahí conoce a Fantine (Anne Hathaway) quien trabaja arduamente por mantener a su hija Cosette (Isabelle Allen) a la que raramente vez, y que por diversas circunstancias termina trabajando como prostituta, hasta que Valjean la salva para morir poco después encargando a Cosette a su cuidado.
Jean rescata a Cosette de las manos de los excéntricos Thenardiers (los muy divertidos Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter), a la vez que intenta escapar de las manos de Javert (Russell Crowe) quien al reconocerlo de su pasado convicto lo comienza a perseguir.
Nueve años vuelven a pasar y Cosette (Amanda Seyfried) ya es toda una joven, quien experimenta su primer amor a manos de Marius (Eddie Reymane), quien ayudado por Eponine (Samantha Barks) busca conquistarla, mientras se debate en su compromiso ante un incierto futuro con la revolución francesa de junio de 1832.
La tarea que tenía ante si Tom Hooper (director de El Discurso de el Rey) era poco menos que titánica, pues debía trasladar de manera pulcra uno de los musicales más queridos y exitosos de todos los tiempos, transformando su lenguaje teatral a uno cinematográfico sin perder un ápice de espectacularidad o sentimiento.
Y en términos generales lo logra con algunos fallos menores. En la parte del diseño de producción uno no puede más que aplaudir el magnífico trabajo realizado, la recreación de la Francia revolucionaria es magistral, con una solida recreación, un precioso vestuario y un muy lindo maquillaje y peinados, logrando plasmar de manera muy adecuada las personalidades de cada personaje, y como van evolucionando y creciendo sin que se sienta forzado.
La dirección es por demás correcta, pues aquí Hooper puede lucir muy bien su pasado como director de teatro, con un estilo de dirección sobrio, ciertamente rígido y cuadrado, pero en términos generales bastante correcto. Quizá el único defecto que usa es el exceso de close-up que en ocasiones hace que se pierdan las oportunidades de otras tomas más amplias, en especial en números que lo permiten. O también la premuera que se siente en la escena final, que llega sorpresivamente sin mucha oportunidad de procesar lo visto.
Relativo a las actuaciones (que no el canto), estas son muy solidas y en general interactúan bien. Hugh Jackman obviamente carga el peso de la producción casi de manera completa y lo resuelve de manera competente, Russell Crowe realiza un muy solido villano, aunque es casi hasta el final donde muestra una gama de matices más rica, Anne Hathaway realiza un buen trabajo, aunque en términos generales Fantine sea siempre un personaje bastante plano relativo a sus emociones (es sufrimiento, sufrimiento y sufrimiento).
Sacha Baron Cohen es una agradable sorpresa pues maneja el personaje cómico sin que se vea como sus típicos personajes, mientras que Helena Bonham Carter en general esta muy bien, aunque parece que ya sólo se dedica a refritear el mismo personaje de mujer loca y descarriada. Amanda Seyfried es la parte quizá más débil del filme pues nunca logra un verdadero momento donde uno forme vínculo emocional con Cosette. Caso contrario a Samantha Barks quien logra una espectacular Eponine de la cual uno se enamora al instante. Finalmente Redmayne logra un adecuado aunque nada espectacular Marius que cumple su rol.
A nivel de canto el asunto esta bastante irregular. Hugh Jackman sin duda es quien interpreta con mayor emotividad y actúa mejor los temas, aunque no posee la mejor calidad vocal que sin duda es de Redmayne quien tiene una voz preciosa, varonil y muy atractiva. Por otro lado, Russell Crowe es quien peor canta, aunque es bueno actuando sus temas, su voz nunca termina por cuajar del todo.
Respecto de las mujeres, una vez más Samantha Barks brilla con la muy emotiva y perfecta On My Own, que toma vida una vez más de forma magistral. Anne Hathaway lo hace bastante bien, pero le toco una de las canciones más interpretadas de la existencia y que ha sido hecha de muchas y mejores maneras, el I Dreamed a Dream de Hathaway es bonito, pero ha habido mejores. Finalmente Amanda Seyfried una vez más tiene la peor suerte y es que sus calidades vocales aunque son apreciables, son muy menores para un musical de este tipo.
Aquí cabe hacer sin duda la mención de que todas las versiones fueron grabadas en vivo, por lo que cabe reconocer que sus calidades vocales no fuero intervenidas o manipuladas por la tecnología (o al menos no mucho).
Es por ello pues que Los Miserables es una solida y bonita versión de uno de los musicales más conocidos de la historia, a quien le hace justicia y entrega 2 horas con 40 minutos de solido y muy entretenido trabajo.
Y en la próxima madeja: Review de Oz, El Poderoso.
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