Madeja #186
Por Christopher Vergara
Mucho se ha agitado el cursimente llamado foro jurídico así como el mundo político ante la aprobación (apenas en la madrugada de hoy) de la reforma laboral. En uso de la facultad de iniciativa preferente que la reciente reforma política le dio al Ejecutivo Federal, Felipe Calderón mandó al Congreso de una de las reformas que durante más tiempo buscó impulsar y no había podido, por la incompetencia política propia y de sus operadores.
Y dado que la iniciativa tiene un plazo de dictaminación forzoso de 30 días (mismo que están empezando a correr también ya para el Senado de la República), los diputados se dedicaron a dictaminar la citada iniciativa de reforma, en la cual el PRI y el PAN ven cristalizados muchos de sus sueños legislativos dentro de esa mamarrachada que llaman las 'reformas estructurales' que supuestamente llevarán a México a la modernidad, lo que sea que signifique ese desgastado adjetivo.
La reforma laboral aprobada contempla una serie de cambios legislativo que legalizan muchas de las prácticas laborales que durante años han venido realizando los empleadores, la reforma contempla la legalización de la subcontratación (outsourcing) así como el establecimiento de ciertas limitantes para el patrón como respecto a que puede subcontratar, las prestaciones (muy mínimas y ambiguas) que deberán tener los trabajadores y las responsabilidades que deberá tomar en caso de que falle el intermediario.
También establece nuevas modalides de contratación que permiten formas más 'flexibles' en la contratación, se establecen por un lado los contratos a prueba y por capacitación que consisten en contratar a un trabajador que deberá demostrar capacidades para el puesto a realizar y si a juicio del patrón no las tiene podrá rescindir la relación a los 6 meses, en el segundo caso se tratará de un contrato donde el empleado será capacitado en el objeto de su trabajo. Además se contempla la generalización de los contratos temporales que la anterior versión de la LFT consideraba como no comunes
Se contemplan una nueva modalidad de pago que será el pago por horas, que aunque se argumenta es práctica común en otros países e incluso en México, ni siquiera con la adición realizada por los diputados deja de tener un vacío legal que no clarifica bien los alcance del mismo.
El derecho a huelga sufre algunas modificaciones, siendo la más importante la limitación a salarios caídos que tiene como objeto limitar la duración de las huelgas buscando que estas se resuelvan más rápido evitando generar pagos a los patrones por tiempos indefinidos.
La iniciativa además contempla que sea la productividad (que será definida, de manera rara por patrón y empleador) y no la antiguedad la que defina de quien deberá ser la plaza superior que queda vacante dentro del escalafón laboral.
Finalmente la iniciativa contiene una serie de cambios menores que paradojicamente resultan ser los más positivo en la legislación laboral, como la eliminación de la cláusula de exclusividad sindical así como la creación de la licencia de paternidad aunque limitada a pocos días tras el nacimiento del bebe.
El dictamen aprobado elimina cualquier modificación a las reglas sindícales que si contenía la iniciativa del señor Calderón y era la parte más brillante del mismo. Sin duda el PRI se negó radicalmente a que fueran tocados los privilegios de la bola de haraganes líderes charros que detenta esa vetusta e improductiva central obrera que es la CTM. Los sindícatos son buenos y necesarios per se, pero la democracia debe estar presente desde adentro mismo así como la transparencia en el ejercicio de sus recursos siquiera respecto a sus trabajadores.
¿Cuál es el problema de la reforma laboral si sólo legaliza prácticas que ya operan en la realidad?. El problema principal es que como toda nación bananera, nuestra clase empresarial es cutre y mezquina y aunque se da golpes de pechos respecto a que es casi salvadora de la patria, en realidad es una clase empresarial mezquina, ambiciosa, de pobreza cultural, sin sentido social, temedora de la competencia, acrítica de sus propias carencias, explotadora, y manipuladora de la ley.
Si con las anteriores disposiciones los patrones violaban la ley a mansalva y maltrataban derechos laborales, no quiero pensar lo que van a hacer con estas nuevas reglas. Si se apoyaban en los resquicios de las viejas leyes para realizar estas prácticas, con estas leyes van a buscar nuevos resquicios para seguir mercantilizando el trabajo como un simple recurso más. En una nación donde se tuviera una clase empresarial responsable e inteligente estas reglas serían útiles y sanas, pero con estos empresarios la cosa esta jodida.
Y esto también es culpa de la clase política, tenemos unos políticos en el PRI pero especialmente en el PAN que son tan imbéciles que se tragan el cuento de que estas reglas van a ser la panacea que van a traer empleo, bienestar y crecimiento al país. Son tan estúpidos que creen que aquellas cosas que vieron y aprendieron en EU y Europa van a funcionar no'más porque la pongan en ley y esto es totalmente falso. Eso es lo triste de andar agarrando ideologías extranjeras sin siquiera darles una quemazoncita de adaptación.
Sin duda el mercado laboral necesita adaptaciones y reglas más propias de su realidad actual, pero no puede olvidar la esencia propia que le da origen al derecho laboral, que es las condiciones de inequidad propias de una relación de trabajo, donde al existir una subordinación, el patrón siempre tendrá más medios y posibilidades que el trabajador. La tarea del Derecho debe ser, en sus posibilidades equilibrar esa relación laboral dandole una serie de beneficios al trabajador que le permitan obtener condiciones mínimas de bienestar y no simplemente ver al trabajador como una mercancía.
El problema es que estamos inmersos en una lógica de pensamiento donde creemos que los empresarios nos hacen un favor casi divino al crear empleos, cuando esto es falso, ellos crean empleos porque los necesitan para poder producir y obtener así el lucro que buscan. No le hacen un favor a nadie al darle empleo a las personas.
Jamás tomaré una postura radical del tipo ¡qué mueran los empresarios, las empresas y el capitalismo burgués! porque ni pienso eso, ni creo que sea un discurso útil estos días. Pero irnos al otro radicalismo de apapachar a los empresarios como si fueran viejitos en desvalía tampoco es lo correcto.
La labor del Estado es la de procurar la equidad entre los diferentes actores sociales, políticos y económicos en aras de consolidar un estado democrático, por ello es que las normas laborales deben velar siempre darle a los empresarios un marco donde puedan crear empleos pero a la vez sean partícipes del desarrollo y crecimiento de la economía nacional, donde haya un continuo mejoramiento de las condiciones sociales de la población.
Pero con estos empresarios mediocres y estos políticos ciegos (y esta clase trabajadora tan apática) seguimos condenados al eterno país bananero que somos.
El Ultimo Hilo: Igual de mediocres que empresarios y clase política tenemos medios de comunicación. Valga el hígado leer tanta ignorancía, insensatez y estupidez en los periódicos y televisoras estos días. Por un lado se ponen a criticar y atacar al PRD por tomar la tribuna alegando que 'entorpecen la democracia' como si de verdad el comportamiento legislativo del PAN y PRI haya sido inclusivo, abierto al dialogo y no el mayoriteo grosero que vimos en la realidad.
Pero lo peor es que completa ignorancia de su función social y su entreguismo cuál focas de parque acuático. Ni una sola explicación en los medios respecto a lo que incluye y consiste la reforma laboral y muchas loas y aplausos a los diputados 'por la histórica reforma' que aprobaron con el 'decidido impulso del Presidente Calderón y el Presidente electo Peña Nieto'.
Culebras bananeras.
Y en la próxima madeja: Review muy atrasado de LOL.
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