Madeja #202
Por Christopher Vergara
Desde el pasado 24 de noviembre se exhibe en el Museo de Arte Popular (Revillavigedo 31, en contraesquina con el Teatro Metropolitán), la exposición Yolanda Vargas Dulché, Contadora de Historias. Exposición homenaje a la mítica creadora de Memín Pinguín y Lágrimas, Risas y Amor, auspiciada tanto por Editorial Vid como por Televisa.
La exposición nos recibe en su patio con un diorama circular del cual será mejor hablar al final pues es como cierre. Sólo cabe destacar que ahí veremos a una sonriente Yolanda Vargas Dulché, en un lujoso escritorio con una maquina de escribir medio destruida, de la que en la exposición conoceremos su historia.
Una vez llegado a la sala de la exposición, nos recibe una replica de la oficina de doña Yolanda con una valiosa y útil linea del tiempo. Ahí se nos cuenta el nacimiento de doña Yolanda allá por 1919, su posterior carrera musical a mediados de los 40's en la mítica XEW con su hermana Elba como el dueto Rubia y Morena, así como su posterior ingreso a la Compañía Periodística de Garcia Valseca, donde empezó a escribir historietas para el Pepín, donde nacería en una primera etapa Memín Pinguín.
Esto acompañado de un bello diorama con un piano, un clásico micrófono de la XEW, unas letras brillantes que simulan la entrada del viejo edificio de Ayuntamiento y un radio que reproduce de manera consistente el viejo tono de la radiodifusora seguido del clásico: X-E-W, la Voz de América Latina desde México.
De ahí damos a la época donde conoció al amor de su vida, Guillermo de la Parra Loya, con quien fundaría la mítica EDAR, Editorial Argumento, momento ideal, donde se nos cuentan con unos bonitos dioramas la seis historias más populares de la autora: María Isabel, Rubí, Gabriel y Gabriela, Ladronzuela, El Pecado de Oyuki así como el clásico Memín Pinguín.
Además se aprovecha para narrarnos un poco del proceso creativo, conocemos guiones originales de doña Yolanda, arte original de Antonio Gutiérrez y como finalmente se veía en el impreso,amén de conocer el éxito que tuvo Editorial Argumento (fundada en 1955 y transformada en 1983 en Grupo Editorial Vid) con tantísimas publicaciones que tuvo, así como su éxito internacional, no sólo en América Latina y España (dónde llegó a través de Editorial Cinco) sino con ediciones en países como Portugal, Italia o Filipinas.
Posteriormente conocemos el paso de estas historias a los medios audiovisuales, triunfando en la televisión con las versiones en telenovela de El Pecado de Oyuki, Rubí, Alondra (versión en televisión de Casandra), Gabriel y Gabriela o Ladronzuela. Para finalizar con el paso al cine, siendo el mayor éxito de doña Yolanda adaptada al cine, lo que probablemente fuera su historia favorita de Lágrimas y Risas, 'María Isabel' en dos míticas cintas de 1968 y 1970 con la gloriosa Silvia Pinal.
Finalmente en el patio tenemos el diorama que comenté al principio, ahí podemos tomarnos fotos dos escenarios que simulan la lujosa casa de Gabriel y Gabriela o la pobre vecindad de Ladronzuela, así como diversos posters de películas y series del tipo 'ponga su cabeza ahí'.
Es con esta sencilla pero muy bonita exposición, llena de dioramas, de color, de escenografías y de montajes muy bonitos que conocemos la vida de Yolanda Vargas Dulché, quien sin lugar a dudas sea probablemente la escritora más leída de América Latina y me atrevería a decir que la escritora de cómics/historietas más famosa y leída de todo el mundo.
El valor de esta exposición radica en que es un irrepetible acto de reinvidicación. La obra de Yolanda, si bien popular y famosa, siempre ha sido vilipendiada por todos aquellos que con prejuicios la han atacado: los fanáticos del cómic por no ser más que 'historias rosas y aburridas', los intelectuales de la literatura por ser 'literatura corriente para el proletariado', las feministas por 'presentar modelos arcaicos y deformativos de la mujer', etc. Podemos hallar miles de argumentos como este.
Y cada uno es hablado desde la ignorancia y el desconocimiento de la obra, quienes hemos leído la obra doña Yolanda conocemos el talento y maestría de una autora para crear personajes y situaciones entrañables, con personajes que luchan y trabajan duro para lograr sus objetivos, con personajes que sufren las consecuencias de sus actos buenos o malos, con historias que no reniegan de la dureza de la vida sea en la forma de la pobreza, de la maldad, de la soledad, del desamor, del infortunio.
Como no enamorarse de los trazos del maestro Gutiérrez, de la seductora y
destructiva belleza de Rubí, de la inocencia y bondad de María Isabel, o
de la sumisión y hambre de progreso de Oyuki, o el arte del maestro
Sixto Valencia, la picardía de Memín y su Mamacita Chula, de Ernestillo,
Ricardo y Carlos.
Si, la obra de doña Yolanda no es perfecta, su código moral probablemente este oxidado, su visión del bien y el mal no permite los grises, Memín Pinguin tiene un tono que ahora es políticamente incorrecto, pero todo esto son defectos muy menores ante la magnificencia de esta obra.
La obra de Yolanda Vargas Dulché es probablemente el mejor retrato
sociológico que se tenga del México de la década de los 60's a los 80's.
Es el mejor retrato de una sociedad en los albores de su construcción,
donde la pobreza gestaba mujeres como María Isabel, honradas y
trabajadoras pero también como Rubí, ambiciosas y destructivas. Donde
las clases sociales no importaban cuando eres niños, y un niño rico de
familia ausente, un hijo de un pobre carpintero alcohólico, el hijo de
una artista de cabaret y el niño de una mujer negra se pueden convertir
en los mejores amigos.
Es una lastima que la obra de una de las escritoras más prolíficas y exitosas de la historia contemporánea sea vilipendiada por existir en un medio que no es considerado 'serio' por el circulo rojo, y que ni siquiera entre el medio del cómic sea valorado y rescatado.
Enhorabuena al Museo de Arte Popular por esta iniciativa que reinvindica a la Reina de la Historieta Mexicana. Y ustedes conozcan y lean la obra de doña Yolanda, no se van a arrepentir.
El Último Hilo: No todo es miel sobre hojuelas. Aunque todo esto es muy encomiable, no deja de notarse que una de las intenciones de esta exposición es relanzar los productos de la autora que Editorial Vid (ahora en manos de Manelick de la Parra Vargas, su hijo) lleva regenteando durante décadas.
Y es triste no por el hecho de lanzar el producto (es maravilloso tener siempre disponible estas obras), sino porque después de casi llevar a Editorial Vid a la quiebra, perder todas las licencias que tuvo y que lo convirtieron en practicamente un mega monopolio editorial del cómic y la historieta, tenga que ser una vez más la obra de sus padres la que salve a la empresa de la quiebra.
Y no sé, 2012 no es 1964. Si bien Lágrimas, Risas y Amor y Memín Pinguín siguen siendo un negocio (aun a sus carísimos 15 pesos por ejemplar), dudo que sean lo suficientemente fuertes para sacar a toda una empresa, marchita y lo que se quiera de la quiebra. Pero Yolanda, aún desde el cielo, es poderosa.
Y en la próxima madeja: ¿Y qué hacemos con los estados y municipios endeudados?
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