Madeja #148
Por Christopher Vergara
Walt Disney produjo en 1964 la que sería su ultima gran obra maestra, la única que lo llevaría a ser nominado al Oscar a Mejor Película (perdiendo ante My Fair Lady) y la cual lo consagraría como el maestro del entretenimiento familiar antes de su fallecimiento en 1966. La gran labor de Walt con Mary Poppins, amén de las fantástica música de los hermanos Sherman, fue dotar de corazón y sentido, a un personaje fantástico, enigmático y repleto de grandiosas aventuras como lo es Mary Poppins, creación de Pamela Travers. Es darle sentido a la misión de la famosa niñera.
En 1993, poco tiempo antes de su muerte, el famoso productor Cameron Mackintosh consigue los derechos teatrales de la obra ante una siempre renuente Pamela Travers quien siempre quedó con sentimientos encontrados sobre la obra que popularizo su creación, pero en su opinión, desvirtuó su sentido netamente inglés.
Es así como en 2000, McKintosh se acerca a Thomas Schumacher, presidente de Disney Theatrical Productions, quienes empiezan a trabajar en un montaje conjunto de la obra, rescatando anecdotas de la novela de Pamela que el filme de Walt no incluyó, conjuntandola con su mejor música, momentos y el gran corazón de la cinta. Así en 2004, el West End vió el estreno de Mary Poppins, que en 2006 llegaría a Broadway y en 2009 arrancaría un tour nacional.
Y así llegamos a México, donde ese primer tour nacional, tras un exitoso recorrido de 3 años, decide cerrar con broche de oro con una temporada de tres semanas, es decir, 24 funciones, en el Auditorio Nacional, el centro de arte y cultura del país por excelencia quien abre sus puertas para presentar este fabuloso musical.
Mary Poppins es un musical, tal como su mismo protagonista 'practically perfect in every way' (practicamente perfecto en todo sentido), estamos ante una obra que presenta todo lo que hace grande a Disney y a Broadway, grandes y espectaculares canciones, un guión repleto de corazón, un montaje lleno de energía, diversión, color y luz, un elenco envidiable, una orquesta en vivo rebosante de talento, y un mensaje de amor, respeto y pasión imborrable.
El guión, conserva esencialmente la estructura del filme, tomandose la libertad de sustituir o transformar ciertas escenas en favor de otras anecdotas extraidas de los libros de Travers, conservando en su centro, una historia de descuido y abandono familiar que es resuelta por la mágica niñera. Pero el guión, a cargo de Julian Fellowes no se queda ahi y profundiza y humaniza a los personajes. Así nos encontramos a un George Banks que explica su dureza y busqueda de 'precisión y orden' derivado de una infancia similar de abandono a cargo de una terrible naná que educaba a base de 'azufre y melaza'. Y así también hallamos a una Sra. Banks que en lugar de ser sufragista, es una compleja y confundida esposa que no sabe llenar las expectativas de su familia.
El guión conserva la chispa y vibra de los personajes 'magicos' de la obra, Bert, quien aumenta su papel al ser más claramente no sólo el amigo y confidente de Mary, sino el narrador de la historia al público, y Mary, quien conserva su misma esencia misteriosa, generosa, amable, firme y magica que caracteriza el personaje.
Pese a la necesidad de ser más ligera por andar en tour, el diseño escenico de Bob Crowley y el diseño de iluminación de Howard Harrison, son fantásticos, la casa estilo libro pop-up, que gira y se va, los escenarios como el banco, el parque, la tienda de la Sra. Corry, el cuerto de los niños y los techos de Londres son fantásticos, es una maravillosa combinación de escenografías espectaculares y una iluminación así como efectos especiales fantásticos, agiles, y que envuelven al espectador en ese mágico mundo.
La música es fantástica, aunque los nuevos temas de George Stiles y Anthony Drewe no alcanzan las notas de absoluta maestría de los hermanos Sherman, entregan piezas entretenidas y que dan sustento y lógica a la trama, destacando dos temas, Practically Perfect y Anything Can Happen que son gloriosos. Y como dije, la música de los hermanos Richard y Robert Sherman es inmortal, ahi estan esos grandes temas, Supercalifralisticexpialidocius con un divertidisimo montaje y una coreografía maravillosa, Step in Time con una energía y rapidez de infarto, Jolly Holiday es colorida, llena de vida y con hermosos montajes, A Spoonful of Sugar es la canciónb que refleja perfecto el rol y objeto de Mary, y la infaltable Feed The Birds es por mucho la mejor canción del musical, convertida en un fantástico dueto entre Mary y la vieja de los pajaros, que plasma un bello mensaje sobre la caridad y la solidaridad, un punto clave de Mary.
Todo esto no podría funcionar sin un maravillos elenco, y el actual que se presenta en México es glorioso, Megan Osterhaus interpreta una frenética y vivaracha Mary, Nicolas Dromard se convierte en complice de la audiencia al llevarnos al mágico mundo de Poppins, Laird Mackintosh interpreta un excelente George Banks, reflejando su tristeza, desesperación y falta de sentido, mientras que Rebeca Thornbill se luce con la Winifred Banks la confundida esposa (quien tiene un sólo increíble). Finalmente Annie Baltice y Reese Sebastian Diaz (en mi función) realizan unos encantadores Jane y Michael Banks, en una versión más traviesa e imperfecta de los singulares personajes. No falta decir que el resto del elenco, el ensamble y la orquesta son igual de fantásticos. Todos orgullos miembros Equity.
Es por ello que Mary Poppins es un musical practicamente perfecto. Porque nos recuerda que no importantando todas las circunstancias de la vida, no debemos olvidar nuestros sueños y emociones de infancia que deben nutrir nuestra vida adulta, que deben regir nuestro actuar, y nuestra forma de relacionarnos con nuestra familia y amigos.
Y es que, un poquito de azúcar toda purga endulazara...
Gracias Mary, anything can happen if you let in... ;)
Y en la próxima madeja: Selena Gómez & The Scene, review!
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