Madeja #142
Por Christopher Vergara
Lemonade Mouth fue la película musical evento de Disney Channel lanzada el pasado abril en Estados Unidos. Aca en México sin embargo, y a diferencia de otras franquicias eventos su estreno ha demorado meses, al parecer el filme llegó primero a las pantallas de HBO Family antes que a las del canal, haciendo que el lanzamiento de tan importante franquicia para el canal se viera aplazado hasta nuevo aviso. Toda una pena.
Basa en la novela homonina de Mark Peter Hughes y bajo la dirección de la mexicana Patricia Riggen (Bajo la Misma Luna), Lemonade Mouth nos cuenta la historia de cinco jovenes, que coinciden en detención por diferentes motivos (si, a la Breakfast Club), descubren ahi su talento musical en común, y deciden formar una banda que entre al concurso de bandas de la escuela, donde se enfrentaran a la poderosa banda de chicos populares.
Si, el tema es un cliche, y la historia básica es un mero pretexto para algo mejor. Detras de estos seis jovenes hay problemas reales y es a través de la banda, que llaman Lemonade Mouth que todos ellos encuentran su manera de encontrar un lugar al que pertenecen y la manera de resolver sus problemas.
Así tenemos a Olivia White (Bridgit Mendler) una chica solitaria con una familia deshecha que incluye un padre en la cárcel, Wen Gifford (Adam Hicks) que batalla con el conflicto que represente que su padre este formando una nueva familia. Stella Yamada (Hayley Kioko) que actua como una rebelde para ocultar la falta de atención de sus padres, Mo Banjeree (Naomi Scott) que oculta sus talentos ante un padre exigente que quiere que realice una carrera de 'valor' y Charlie Delgado (Blake Michael) que es el típico chico malo que oculta una familia problemática.
Lemonade Mouth es una bocanada de aire fresco para el
canal. Y es una bocanada porque lo regresa a sus origenes más humildes,
cuando era un canal más bien apenas creciendo, en este sentido Lemonade
Mouth es muy similar a la sencillez e inteligencia de Lizzie McGuire y
muchas de las DCOM de esa época.
El filme se aleja de la
grandiosa teatralidad de High School Musical, o de la
diversión honesta y traviesa de Camp Rock, pero a cambio renuncia al
idealismo y lindura de aquellas para irse por caminos ciertamente más
sucios, más humanos, más auténticos. Por ello la música es ciertamente
menos memorable, pero esa perdida de impacto en la música se compensa
con una ganancia increíble en el guión.
Es además valioso porque la historia podría haberse llevado por linderos ya explorados por el canal, pero sea por la novela, la directora o la adaptadora, o por
los tres, el viaje resulta muy atractivo, pues tenemos un casting muy
humano, muy real. Son chicos reales, con problemas muy reales. La falta
de atención, la proyección de los hermanos mayores en los menores, la
excesiva exigencia paterna, los cambios que implica perder un familiar y
reiniciar la vida, y el autoaislamiento como una manera de sobrellevar
el dolor.
Aúbn así podrían haberse llevado muy ligeramente,
aunque sin caer en excesos o dramatismo que pudieran hacer el filme
inadecuado para el público meta del canal, el guión lleva con gran corazón y con gran
realidad los sentimientos de frustración, de soledad, de necesidad de
pertenencia que estos conflictos conllevan. Más que ser una construcción
de canción tras canción, la historia avanza sobre la línea básica de la historia, mientras construye una amistad creíble y
auténtica, y mientras estos personajes poco a poco van resolviendo los
aspectos de su vida que les impiden crecer en su potencial.
La
película muy suavemente realiza una defensa además de las artes, de como
son estas despreciadas, y de como se llega a mercantilizar la educación
ante los escasos fondos publicos que se le dedican. Es ante todo un
filme que busca crear y motivar a todos los underdogs, los losers, los
no-elite, los outcast, a la gente común y corriente a ser como ellos
quieren ser, un mensaje muy repetido ultimamente pero que aun parece ser necesario en la sociedad americana.
Claro, el filme no funcionaría sin un casting tan bonito,
Bridgit Mendler brilla con una luz especial, pues se aleja de la rutina
comica que le exige el sitcom y se mete en un rol más natural y humano,
su Olivia es hermosa. La sorpresa sin duda es Adam Hicks, el si sale del
plástico absoluto en que lo envuelve Luther y crea un personaje
creíble, divertido, inteligente, y sobre todo muy lindo. Jamás crei que
el pudiera despertar tanta ternura en el espectador. Hayley Kioko en cierta manera
repite su rol de niña mala de Hechiceros, y en general necesita manejar
más la naturalidad, pero sin duda su rol se cumple. Naomi Scott y Blake
Michael lo hacen MUY bien en sus respectivos roles. En especial Naomi
plasma muy bien los conflictos propios de una cultura tan exigente y
demandante como la India, aun cuando se situa en América.
Por eso
creo que es un filme redondo, es la herencia más directa que nos deja
Carolina Lightcap en su mandato en el canal (sería el unico proyecto que
desarrollo en su totalidad) y en general se gana por derecho propio su
lugar en la historia del canal.
Porque es puro corazón, y es pura
humanidad. Es el clásico 'persigue y lucha por tus sueños' pero repleto
de contenido, de aprendizaje, de realidad. No sólo la frase, es la
realidad. Demuestra una amistad real que ayuda a combatir
incertidumbres, miedos, bajas de autoestima, y demás problemas
inherentes al crecimiento y a la adolescencia.
Lemonade Mouth es una bocanada de aire fresco para el canal. Muy bien!.
El Último Hilo: Falta abarcar en ello pero el soundtrack es apreciable sin ser un rompecharts. En especial Somebody y Determinate son muy buenas canciones.
Y en la próxima madeja: La caida en los ratings de Nick.
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