Madeja #134
Por Christopher Vergara
Dicen que su magia puede ser imitada, pero sólo los maestros saben realizarle. Y así, es Hollywood. Críticada y odiada por muchos, pero amada y consumida por millones, Hollywood sigue siendo la meca del entretenimiento mundial, del entretenimiento en su más pura concepción, directo, ligero, fresco y divertido. Y ni siquiera el mismo Hollywood logra realizarlo siempre, porque no basta con imitar la formula, se requiere ponerle corazón.
Y cuando hay corazón, todo lo demás funciona. Y ese es el caso de Gigantes de Acero, que se estreno la semana pasada en los Estados Unidos y México.
Real Steel es la cuarta producción de la 'nueva' DreamWorks de Steven Spielberg y Stacey Snyder que cuenta con distribución y marketing a cargo de Walt Disney Studios, vía el sello filmico Touchstone. Su costo aproximado fue de 110 millones.
Real Steel nos cuenta la historia de Charlie Kenton (Hugh Jackman) un antiguo boxeador que en el año 2020 se dedica a boxear con robots (como es el mundo dentro de 9 años) y que vive ahogado entre deudas y una carrera cada vez más decadente.
Es así como, una buena tarde se entera que su exnovia ha fallecido, y deberá arreglar los papeles respecto de su hijo Max (Dakoto Goyo), para cederle la guardia y custodia a su hijo. Antes de ellos, y ante la luna de miel cercana de ella y su marido, deberá conservar al niño hasta que termine el verano.
Es así como Max se muestra como todo un interesado en los robots de boxeo, y así se embarcan en un tour para que Charlie pueda pagar sus deudas. Una noche, mientras robaban piezas para reconstruir un robot, Max cae a un peñasco y encuentra a un robot, viejo y creado como costal de sparring, así Max adopta a Atom, y lo lleva de pelear en los barrios más bajos a las grandes ligas.
¿Qué es una historia que hemos visto mil veces? Sí. ¿Qué es tremendamente emocionante? También.
Gigantes de Acero es un solido blockbuster en toda la extensión de la palabra. Es una excelente feel good movie que se combina con cerros de testoterona y luchas capaces de atrapar a un publico masculino que en otras condiciones estaría poco dispuesto a ver una película sobre como un niño y su padre se reencuentran y reestablecen su relación.
Y es aqui donde se siente la hechura de Shawn Leyy, director del filme. tiene una larga experiencia en comedias familiares como Gordo Mentiroso, Más Barato por Docena, y Una Noche en el Museo, y este viene a ser su primer filme ajeno al genero. Y aqui se puede demostrar que todo ese andaje en la comedia ha logrado darle elementos para realizar una direcció atinada, bien realizada, contenida, con un balance justo entre la comedia y el drama, y sobretodo dando emoción y acción a las peleas de los robots, que son realmente buenas.
Cabe además resaltar los bonitos diseños de robots luchadores, todos estos (sean obra del CGI, de animatronics e incluso de marioentas) son creación de ImageMovers, el grupo de trabajo que dirige Robert Zemeckis y que junto con Spielberg es productor ejecutivo del filme.
Las actuaciones también son bastante buenas, resaltar la química que logran Jackman y Goyo, al realizar una química divertida, auténica, y creíble. No sólo se establece un futuro cercano, y creíble, se establecen personajes de sencilla identificación y encariñamiento. Evangeline Lilly toma un rol necesario como el interés romántico en turno, añadiendo presencia feménina a la pantalla.
La historia probablemente sea el talón de aquiles de la historia, basada en un corto llamado Steel de 1956 realizado por Richard Matheson, el guión de John Gatins cuenta con algunos hoyos, momentos DUH!, y fallas que aunque pueden ser notables o de menos generar un dejo de 'mmm' en la audiencia, no pesan frente a un filme que es destacable por otro elementos.
Es por ello que Hollywood es Hollywood, porque se requiere todo aquello que es para dar productos que sean cien por ciento su esencia. Bien por Gigantes de Acero.
Y vaya con tanto comercial de ESPN.
El Último Hilo: Descanse en paz el maestro Miguel Ángel Granados Chapa. Pionero del Excélsior de Julio Scherer y pieza clave de medios importantes como Proceso, La Jornada, Radio UNAM, Radio Educación y Reforma. Su legado aun pervive en esos medios. Aunque el maestro nos deja en orfandad para los tiempos por venir.
Y en la próxima madeja: Ahora si, matrimonio con término.
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