Madeja #136
Por Christopher Vergara
La semana pasada la Argentina celebró las septimas elecciones que celebra tras la restauración de la democracia llevada a cabo en 1983, y tal como anticiparon las encuestas y repitiendo la tendencia vista en las primarias de hace unos meses, la actual Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner se impusó de manera arrolladora al obtener más de 11.5 millones de votos, alrededor de 54% de la votación emitida, con una diferencia de más de 36 puntos sobre su más cercano competidor, el socialista Hernes Binner.
El triunfo de Cristina es una clara muestra de muchos factores políticos que se alinearon en la Argentina para obtener este resultado tan contundente, pero el primero de ello es la misma reinvención de la Presidenta.
No es tan dificil recordar que tras su triunfo en 2007, Cristina se enfrentó a una situación complicada, pues tuvo un paro del sector agrícola que mostró las deficiencias de su operación política, situación que fue aprovechada por la oposición que capitalizó esas derrotas, sumados a los golpes que recibió la economía tras el crack mundial de 2008 así como a los casos de corrupción que estallaron en esas épocas.
El panorama pintaba dificil para la Presidenta y eso demostró en la sonora derrota que se llevó en 2009 cuando el Frente para la Victoria sufrió graves reveses en las elecciones legislativas de medio termino, sumado al crecimiento del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el derechista Mauricio Macri, sumado a las fuertes desavenencias con Julio Cobos, su compañeros de formula a la Vicepresidencia y su jurado enemigo después, con este panorama, el futuro de los Kirchner se veía sombrío rumbo a las elecciones de 2011.
Y entonces sucedió, hace un año nos despertamos con la noticia del trágico fallecimiento de Nestor Kirchner, suceso que conmovió a nivel personal profundamente a la Presidenta pero que además fue un punto de quiebre para su administración. De las cenizas de la perdida de su marido, Cristina renació en su labor como Presidenta.
Así Fernández se alejó del tono agresivo y conflictivo que era el sello de Nestor, y mostró un talante conciliador y negociador, reconstruyó a su equipo de trabajo logrando conjuntar las mejores herencias de Nestor pero sumando valisoso elementos propios, y sobre todo empezó a trabajar implantando programas sociales y productivos.
Y eso se empezó a reflejar, lentamente el descontento empezó a bajar, la economía argentina empezó a crecer a niveles y tasas cercanas superiores al 8%, con el consiguiente disminución del desempleo, Fernandez pactó y apoyó a los sectores agrícolas y los niveles de producción (en especial de trigo) han alcanzado niveles históricos. Esto se ha reflejado además en el nivel de ingresos de la gente, lo que aumenta el consumo, y bueh, en general sigue fortaleciendo los procesos de producción.
Fernández supo negociar con la oposición e implementar importantes leyes como la nueva ley de medios que en los hechos democratizo a los mismos y restó gran cantidad de poder a los monopolios estatales. Admeás apoyó leyes simbólicas que la muestran como una gobernante moderna y liberal al apoyar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Pero Fernández más allá de sólo quedarse con estos, sin duda, innegables y valisos logros que siguen poniendo a Argentina como todo un ejemplo en lo referente a reinventarse como nación y en ser punta de lanza de América Latina, más allá de eso, Cristina supo realizar un trabajo formidable a nivel de comunicación social y política al transformar a Nestor en un héroe, al convertirlo en una figura, al utilizar su dolor personas y convertirlo en un dolor nacional.
Y es así como llegamos a la campaña, la campaña electoral de Cristina fue formidable en todos los aspectos, con una oposición practicamente demolida, sin argumentos políticos o siquiera emocionales, Cristina realizó una de las campañas más limpias y emotivas de las que haya historia, apelando a los sentimientos más básicos y y elementales.
La campaña de Cristina apelaba a la memoria de su marido, a la memoria de Néstor, el hombre que implantó las bases de la transformación de Argentina, la memoria del Presidente que sacó a la país de la ruina. Pero también apelaba a ella, a ella como la mujer que debía seguir adelante por amor a su patria sin importar el tremendo dolor que la acongojaba, de ahi nacío el epiteto Fuerza Cristina.
Y de ahi nació el principal valor de la campaña, el lema Fuerza Argentina. Fuerza Cristina, Fuerza Argentina fue toda una campaña que giró más que Cristina como la salvadora o la mesías, en Cristina como la amiga de un pueblo. Y más que eso, fue toda una campaña de amor por los y las argentinas, fue una muestrario de historias de argentinos, conocidos o no, que tienen historias de éxito, y que como la misma Presidenta, se han sabido levantar de las adversidades para transformarse y seguir adelante. Fue una campaña de amor a la Argentina, fue una campaña de amor a los argentinos.
Y con estos dos factores, ¿cómo perder?, con el bolsillo en una situación comoda, y una campaña que apela a la unidad nacional, a un pueblo trabajador, informado, conciente y ante todo con un creciente bienestar. ¿Cómo perder?.
Cristina se supo reinventar, cual ave Fénix se levantó de sus cenizas y resurgió, y así el pueblo argentino le dió un caluroso refrendo a su gobierno. Era realmente emocionante ver las calles inundadas de mujeres, hombres, en especial jovenes, en una total algarabia, en un total extásis político pocas veces visto. Contentas de un gobierno que ha trabajado por ellas y felices ante lo que se presenta como un futuro por seguir construyendo promisorio. Ante un mundo que cada vez descree de sus gobiernos y de sus políticos, ver a una sociedad emocionarse de esa manera con alguién es simplemente emocionante.
Bien hecho Cristina, eres todo un personaje digno de análisis en muchos niveles, que los proximos 4 años sean venturosos y triunfantes. Muchos argentinos necesitan nuevos referentes y nuevos modelos a seguir. El mundo los necesita. Regalanos eso, Cristina.
Fuerza Cristina.
El Último Hilo: ¿Qué diferencias con México, no?. Es imposible no voltear al Sur y sentir un tremendo asco por nuestra clase política, y en especial, una terrible desilusión por nuestra sociedad mexicanas.
Y en la próxima madeja: So Random y ANT Farm, review.
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