Madeja #139
Por Christopher Vergara
Como ya es de conocimiento público, el fin de semana pasado se llevaron a cabo las elecciones en Michoacán, las ultimas del año y así como las ultimas antes de las elecciones federales del 2 de julio de 2012. Derivado de la reforma electoral de 2006 en aquella entidad (y por la cual el gobierno actual fue electo para un periodo de alrededor de 4 años), las autoridades actuales fueron electas por un periodo de 3 años y 8 meses.
Tras los computos definitivos del Instituto Electoral del Estado de Michoacán se confirmó la tendencia que favorece por más de 4 puntos al candidato del PRI, el alcalde con licencia Fausto Vallejo, sobre la candidata de Acción Nacional, Luisa María Calderón y sobre el candidato del PRD, Silvano Aureoles.
En tanto que en las elecciones de diputados locales, el PRD logró escalar hasta una segunda posición (hablamos de un voto diferenciado), mientras que en las alcaldias se presenta una situación similar con algunas alternancias en municipios especificos.
De Vallejo Figueroa poco se puede agregar, aunque realizando una campaña gris y sin entusiasmo (el candidato no cuenta con una preparación acorde con el 'nuevo' PRI joven y renovado), los importantes recursos de la entidades, así como un trabajo y reconocimiento constante (ha sido 4 veces alcalde de Morelia), lo han llevado a un triunfo ciertamente merecido, en una campaña desmotivada donde arrancó con una ventaja que al final peligro.
Aunque no forme parte de la nueva ola del PRI, si fue ayudada por este e influye aun más en el animo triunfalista y egocentrico que ha caracterizado al partido los ultimos dos años, donde sienten su camino a Los Pinos como un mero trámite electoral. Sin duda una gubernatura más son más recursos para operar en el panorama tan maloliente que se han convertido las elecciones.
Aunque animados por la designación de su candidato presidencial (de la cual hablaremos más adelante), la perdida del gobierno para el PRD representa un duro golpe, pues con ello solo conserva dos gobiernos (el de la Ciudad de México, más el de Guerrero, sin contar Chiapas donde las cosas son muy perversas) y pierde además un bastión histórico, al ser Michoacán la cuna del cardenismo y del perredismo moderno.
Sin duda esta perdida de una entidad tan emblemática pesa en el animo del electorado, aunque dentro de todo constituye una derrota hasta cierto punto entendible, considerando un desgaste por la actividad de gobierno muy fuerte, un gobernador secado en recursos provenientes de participaciones federales, así como una campaña de desprestigio emprendida por el gobierno federal y la falta de un candidato con mayor arrastre y fuerza en la entidad.
Finalmente la derrota más pronunciada (tanto por la diferencia como por los personajes) pasa por la hermana del Presidente, Luisa María Calderón y pesa por varias razones, principalmente por el significado político que tiene. Aunque es sabido que Calderón estaba en contra de la participación de su hermana (y esta decidipó irse por la libre) cuando la candidatura fue suya, decidió inyectar todos los recursos posibles para evitar una derrota que no sería la de Cocoa, sino sería la de Felipe.
Y que fue lo que terminó sucediendo... Por un lado el modelo electoral que ensayó el señor Calderón demostró tener sus fortalezas pero también ser muy débil cuando se quiere lograr todo a base de billetazos y con una candidata reaccionaria y antipatica. No vale secar gobernadores, inyectar cuantiosos recursos a través de programas sociales e incluso utilizar al ejercito para influir en el ánimo del elector.
Este modeloe electoral es el que planeaba (o planea) realizar el señor Calderón a nivel nacional con el candidato del PAN (en especial si termina siendo uno debil como Ernesto Cordero) y que con este sendo fracaso, que se carga al señor Calderón, se presenta un factor interesante en el partido, la lucha de poderes y la consecuente descomposición que es altamente probable se de.
¿A qué nos referimos? a que una vez demostrado que su método electoral tiene serias deficiencias, ni con el control burocrático ferreo que ejerce el señor Calderón logrará imponer como en día de campo a su candidato, lo más probable es que deberá negociar e incluso enfrentar revueltas internas dentro del partido, lo cual sólo pinta como destino un partido desdibujado, debil y condenado a un tercer y lejano lugar en la contienda electoral.
Por ello las elecciones de Michoacán han sido tan importantes, porque fueron un juego de tres bandas que ponen las fichas rumbo a las precandidaturas que presenten probablemente en diciembre o al menos en los ambientes políticos por venir.
Y esto apenas empieza...
El Último Hilo: Para imponerse, La Cocoa dejó a Marko Cortés, senador con licencia, la candidatura de Morelía, elección que se encuentra hasta el aun incierto conteo, cerrada sin que ninguno se pueda declarar ganador...
Y en la próxima madeja: López Obrador, candidato.
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