jueves, 7 de julio de 2011

Elecciones 2011, el desencanto de la democracia

La Madeja del Gato (electoral)
Madeja #121
Por Christopher Vergara

El fin de semana pasado se llevaron a cabo elecciones en cuatro entidades del país, el Estado de México, Nayarit, Hidalgo y Coahuila, en todas ellas con un triunfo arrasador del Revolucionario Institucional sobre Acción Nacional y el de la Revolución Democrática. El tema da para mucho, pero hay varios elementos que conviene analizar estado por estado y a la vez realizar un panorama general.

En Hidalgo se llevaron a cabo comicios para elegir presidentes municipales, tras las competidas elecciones del año pasado, donde el PRI se impusó con las prácticas más perversas y antidemócraticas contra la alianza encabezada por Xochitl Galvez. Las elecciones del pasado domingo fueron un triunfo para el PRI, aunque de escala menor, pues perdió municipios, aunque ganó la presidencia de Pachuca, pieza fundamental del juego político.

Lo importante de esta coalición es el error en que cayeron tanto el PAN como el PRD al dejar los comicios en manos de alguién como Galvez, que aunque podrá ser muy carismática y excelente candidata, ni es operadora política, ni garantiza un arrastre de votos hacia los candidatos.

En Coahuila se confirmó la asquerosa política virreinal que permea en el viejo partido, donde el gobernador saliente, impusó con toda la tranquilidad del mundo a su hermano para un sexenio adicional, ante un candidato incompetente y gris de Acción Nacional como Guillermo Anaya, y una izquierda dividida entre un buen candidato con partidos débiles como Jesús González Schmal, y un candidato mediocre del PRD como Genaro Fuantos.

Aunque la elección era sin duda dificil, pues si algo caracteriza la gestión de Moreira es su estilo populachero de hacer política, así como un gobierno de relumbrón y asistencialista, lo cual sin duda es atractivo para el electorado, la desarticulación de un movimiento ciudadano que liderara la oposición trajo que la reeleción de los Moreira se diera sobre los 30 puntos, con una participación aceptable cercana al 60%.

Nayarit por mucho fue la elección más competida, y es el fiel reflejo de la estúpidez que cometieron el PRD (acá dirigido por Nueva izquierda) y el PAN al romper la alianza y este ultimo robar a la candidata mejor posicionada del PRD, la esposa del ex gobernador Antonio Echeverría, Martha Elena García. Si el PAN y el PRD hubiera ido juntos le hubieran ganado a Roberto Sandoval, candidato del PRI que llegó de suerte tras una serie de fatídicas decisiones por parte de Ney González.

Es curioso además como Guadalupe Acosta Naranjo salió a repartir culpas al día siguiente de la elección, culpando a López Obrador de haber saboteados las alianzas en las entidades, cuando fue por culpa del mismo Naranjo y de Jesús Ortega que estas se rompieron. En el caso de Nayarit fue por la necedad de Acosta de ser candidato y en el caso de Coahuila por desarreglos sobre el reparto de posiciones (ambas entidades lideradas por Chuchos), tan no se metió López Obrador en esos casos que fue con candidatos propios, Nayar Marroquín en Nayarit y Jesús González Schmal en Coahuila.

Finalmente vinó la elección del Estado de México, que fue señalada por los mismos partidos como el 'laboratorio electoral' rumbo a 2012, y donde se apostaron los capitales políticos más importantes. El resultado fue incluso aun más abrumador que en Coahuila, pues el PRI obtuvo poco más de 42 puntos de ventaja sobre la coalición de izquierdas, que en terminos generales mantuvo sus históricos de votación y la candidatura del PAN que practicamente se ha desplomado desde 1999.

La elección en general refleja el tono que tuvieron las otras elecciones (aunque con tinte más dramático) y que son, no sólo un peligro para la permanencia del PAN en el poder o la llegada del PRD, sino para la salud de la demócracia misma: la gente esta dejando de creer en la demócracia.

La elección del Estado de México reflejó una creciente falta de participación de la ciudadania, quien desencantada de la clase política se abstuvo en más de 56%, dejando que el viejo partido moviera sus estructuras con tal desfachatez que obtuvo una victoria digna de 1976 y no de una demócracia creciente y moderna. Es decir, no se contuvieron en las cochinadas en que son maestros.

Pero además refleja un verdadero desastre en el PRD y el PAN, que no sólo terminaron con la idea de la alianza al no hallar una figura política que la encabezara y fuera atractiva para el electorado, sino que recurrieron a figuras nacionales de sus partidos, que le dicen algo al electorado de la Ciudad de México, pero nada a un electorado tan distante y territorial como el de Estado de México. Alejandro Encinas y Luis Felipe Bravo Mena sin duda eran mucho mejores candidatos que Eruviel Avila, pero no tenían ni la fuerza territorial, ni el arraigo emocional con la entidad.

La reflexión de que la sociedad esta dejando de creer en la demócracia no sólo pasa por el hecho de que se haya registrado una participación tan baja (aunque en las otras 3 entidades la participación fue mejor), sino por el hecho de que se este eligiendo al Revolucionario Institucional en una suerte perversa de 'el pasado es mejor/yo no conocí ese pasado'.

Si algo hace tan maleable al Revolucionario Institucional es su profunda falta de una ideología solida (más allá de frases vacías e históricas), esa falta de ideología hace que sea un partido atractivo a todos los sectores de la población (y no genere filias y fobias tan enraizadas como las generan el PAN y el PRD en diversos sectores económico-sociales). Esa suerte perversa que menciono se refiere a que para los sectores electorales mayores de 30 años (que nacieron y vivieron bajo el regímen del viejo partido) en muchas maneras añoran esos viejos años, bajo la idea no sólo de que tiempos pasados fueron mejores, sino que reflejan cánceres sociales de la ideario mexicano como 'roban pero gobiernan', o 'al menos el PRI nos daba algo' o maximas intragables como 'el que no tranza, no avanza'.

Es ante el fracaso del gobierno federal panista en los ultimos doce años, y ante la incompetencia de la izquierda mexicana en presentarse como una opción valida de gobierno más allá de las zonas de influencia que ha alcanzado, que la gente añora ese sistema viejo y perverso, que constituye una especie de Nirvana político, y que sólo engendra los peores defectos de la sociedad mexicana, como lo son el de ser una ciudadania floja, egoista y desinteresada que sólo protesta cuando se le afecta muy directamente.

Tan se ha aprovechado el Revolucionario Institucional de este fracaso de la izquierda y la derecha, que sus mismos candidatos son un reflejo de ello, desde abominaciones como los 6,000 compromisos de Eruviel Avila hasta aberraciones como el 'Más Mejor' de Ruben Moreira, los 'compromisos' que esta tomando el PRI son más una suerte de institucionalización de las dádivas electorales que una serie de compromisos que fortalezcan la demócracia.

Aunque muy loable, firmar sólo compromisos de arreglar parques, construir carreteras, dar despensas, pavimentar calles y construir obras viales, no representa el 'deber ser' de un gobernador, más de aquellos que provienen de un partido que se jacta de ser 'el contructor de la instituciones mexicanas', y más cuando los candidatos se avientan sendas frases para la basura como 'soy parte de la nueva generación de priistas que nacieron y crecieron en la demócracia'. Tan son frases vacías, que ninguno de los compromisos (ni siquiera planes) de gobierno de los candidatos priistas, incluye temas de alturas como reformas jurídicas, transformación de las instituciones autonomas, impulso a democratización y pluralidad partidista y sobre todo, jamás contemplan acercarse a la ciudadania y hacerla partícipe de sus decisiones.

Lo frustrante del tema es que esto sólo refleja lo mucho que dejamos de hacer, el desencanto de la demócracia, no sólo proviene de la terrible labor de los partidos, y de los constantes desafíos de la mediocre clase empresarial que tenemos, proviene de los mismos ciudadanos, que son total y completamente responsables del desencanto del que a la vez son presa.

La ciudadanía no ha hecho nada en los ultimos 14 años por seguir trabajando por la transición demócratica, si algo tenemos que envidiarle a todos aquellos países de América Latina que se reconstruyeron asimismos tras las terribles dictaduras militares que vivieron fue ese ánimo y espíritu con el cual se reconstruyeron y nacieron a la democracia. Los ciudadanos mexicanos no lo hicieron, se conformaron con la pluralidad política obtenida en 1997 y la alternancia partidista de 2000 y se echaron comodamente en la hamaca, y hoy, 14 años después de eso, se quejan y anhelan el pasado, por un futuro que se negaron a construir.

Pero quiza lo más grave y perverso del asunto es la segunda parte de esa diana diabólica con la que el PRI esta regresando por sus fueros, que es la manera tan estúpida en la que el electorado joven esta confiando en el viejo partido, movido por los fallidos gobiernos de izquierda y derecha, esta dispuesto a entregar sus primeros votos, por casi las mismas razones que sus padres, con el adendum, de que ellos 'no vivieron y no conocieron el viejo PRI'. Y este el gran fracaso del sistema educativo y el gran fracaso de quienes creemos en la historia, no es concecible de manera lógica que los jovenes confíen en un partido sólo porque no lo conocieron. Es inconcebible por la mínima razón de que deberían conocerlo, y deberían luchar porque no se repita, y en cambio van y entregan su voto.

Esto no quiere decir que el PRI sea en automaticamente malo, o que sus representantes lo sean, es lo que representa y configura este 'nuevo' PRI, que no es más que el viejo PRI que aprendió a estar unido y a presentar figuras jovenes, populares y atractivas (aunque ineptas, mediocres o grises), ese es el gran fracaso que hemos tenido como sociedad, y que ha tenido la clase política, que no pudimos destruir a ese viejo PRI, que pensamos que sólo sacandolo de Los Pinos bastaba, que no nos dimos cuenta en la grave amenaza que estaba latente, y hoy será titánico derrotarlo, por toda una serie de perversos factores que se conjugan.

El viejo y conocido adagio dice que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, y parece ser terriblemente cierto, a ciudadania mediocre, clase política, económica y social mediocre, y a eso, gobiernos mediocres. Yo no creo merecerlo, quienes añoran el pasado o se excusan en su juventud, si. Pobre México.

El Último Hilo: Y nos vemos en Michoacán, ahi Silvano Aureoles tiene la histórica batalla de crecer entre la población y hacer crecer sus preferencias para crecer electoralmente, cosechar la buena imagen del PRD en la entidad, reafirmar el caracter cardenista de ese electorado, sobrevivir a la voragine tricolor moreliana y de paso tomarse un calderón de chocolate con cocoa. Batalla de antología, pero donde todo esta para ganar. Al tiempo.

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