Madeja #226
Por Christopher Vergara
Es una lastima que este filme haya fracaso espantosamente. Porque Jerry Bruckheimer no hacia tan bien las cosas desde Piratas del Caribe.
Y es que los últimos proyectos del afamado productor, cuya estancia en Disney se extiende en diecinueve años no ha tenido mucho éxito en sus últimos proyectos a nivel financiero o de crítica. El Príncipe de Persia fue un costoso fracaso con un guión sumamente deficiente, El Aprendiz de Brujo una encantadora fabula que no atrajo a muchos y que decir de Fuerza G, una espantosa comedia de cerdos de guinea.
El Llanero Solitario tuvo muchos problemas en su producción. Planeada desde la gestión de Dick Cook al frente de Disney, se enfrentó a fuertes recortes de presupuesto durante la gestión de Rch Ross (lo cual incluyo reducir de 300 a 210 millones el presupuesto de la película, amén de eliminar ideas que viendo el producto final no tendrían sentido como hombres lobos), hasta llegar a la gestión de Robert Horn, actual presidente del estudio que encontró miles de problemas en vender un filme de un personajes casi olvidado para cuando menos tres generaciones y un género que no ha tenido un éxito blockbuster en décadas.
Con todo esto en contra, aun así Jerry Bruckheimer se aventó el toro. Contrató a Johnny Deep para que no sólo interpretará el mítico papel de Toro (Tonto en su versión en inglés), sino para que además lo produjera vía su compañía Infinitum Nihil, reunió al equipo que concibió aquella primera exitosa entrega de Piratas del Caribe (antes de que la saga degenerará en el confuso guión de la segunda y tercera parte) con Gore Verbinski en la dirección y Ted Elliot y Terry Rossio en el guión (a quienes se unió Justin Haythe, quien al parece eliminó todos los elementos sobrenaturales).
Disney venía de un año practicamente perfecto. Iron Man 3 fue un trancazo mundial. Monsters University una generosa secuela. Oz, el Poderoso un éxito más que modesto. Hasta El Llanero Solitario que le hará perder entre cien y doscientos millones de dólares al estudio.
Y es una verdadera lastima porque estamos ante un personaje épico, que sin duda merecía un revival para las generaciones modernas pero más que nada cuenta con una brillante ejecución.
El Llanero Solitario para quienes no lo saben, fue un programa radial que inició en 1933 y que tuvo tal éxito que se convirtió en un fenómeno mediático hasta principios de la década de los sesenta, en los cuales gozó además de programas de televisión seriales en el cine, novelas, historietas y toda la parafernalia posible. Obviamente el personaje perdió vigencia con el tiempo aunque sigue siendo un icono de la cultura americana.
El Llanero Solitario, la película, cuenta el origen del personaje. La historia de John Reid (Armie Hammer), un abogado recién egresado de la Universidad que decide regresar a su natal Texas convertido en Fiscal de Distrito repleto de ideas sobre justicia y sociedad que se ven esfumadas cuando un sanguinario forajido de nombre Butch Cavendish (William Fichtner) asesina a su hermano mayor, Dan Reid (James Badge Dale) quien era el líder de los Rangers de Texas. En su búsqueda de justicia se une a un indio excéntrico de nombre Toro (Johnny Deep) quien lo convence de portar un antifaz para ocultar su identidad y ser así el 'espíritu errante' que su caballo Silver, le indicó.
Una cosa que realmente me sorprendió del filme fue el guión. A diferencia de el desbarajuste inentendible en que se convirtieron El Cofre de la Muerte y Al Fin del Mundo, o el estúpido Deus Ex Machina que terminó siendo El Príncipe de Persia, el guión de El Llanero es realmente encantador, solido, coherente y realista. Aquí si vale señalar el trabajo de Justin Haythe quien al parece le dio esta consistencia totalmente necesaria.
A nivel técnico como siempre no hay nada de que quejarse. La recreación de la Texas de 1869 (post-Guerra Civil) es fantástica. Sobresale sin duda el trabajo de vestuario, escenografía, y claro, la hermosa fotografía con esos bellos escenarios de Texas.
Las actuaciones están bastante bien. Si, Johnny Deep amén de una marca Disney ya tiene una marca de personajes excéntricos familiares, pese a eso su Toro jamás recuerda a Jack Sparrow más allá de que ambos están locos. Toro resulta sumamente curioso, interesante y divertido. Armie Hammer realiza bien al idealista en principio y aventurero y heroico Llanero. Fichtner se luce como el canibalistico Butch, y la siempre excéntrica Helena Bonham Carter hacer una fantástica mujer con pierna de marfil.
Es también muy destacable el trabajo de los directores de unidad encargados de las escenas de acción. Esas persecuciones en trenes (en especial la última) son de las mejores escenas de acción que se hayan montado en la última década. No necesitan cerros de explosiones (que sin embargo hay) para un fenomenal persecución y cargada de acción y adrenalina, en especial enmarcadas en esta soberbia reinterpretación que hace Hans Zimmer de la mítica Obertura de William Martell que es el tema icónico del filme.
Quizá el único fallo de la dirección de Verbinski es que en ocasiones hay un uso de la violencia que parece innecesario y que por supuesto no estaba presente en la fuente original. No es que me asuste, pero seguramente sangre por aquí y por allá, cerros de muertos por aquí y por allá y hasta caballos balaceados por aquí y por allá asustan a más de uno.
El Llanero Solitario, pese a las malas críticas que recibió es en realidad un producto fantástico, divertido, lo que uno espera de una cinta veraniega. Diversión, fantasía y mucho entretenimiento por dos horas que se van volando.
Lástima que no habrá secuela. Se queda uno con ganas de más.
Y en la próxima madeja: Las mujeres de Yolanda Vargas Dulché.